Análisis de Hi-Fi Rush (PC, XBox series X/S)

No había terminado de despegar la Tango Gameworks de Shinji Mikami desde que se fundara en 2010 y se estrenara en 2014. Y eso que el pistoletazo de salida era golosísimo, un retorno al terror del jefe y principal rostro visible de la casa, quien llevaba sin pisar el género desde Resident Evil 4. Sin embargo The Evil Within, un poco como su secuela, se atragantaba con ciertos grumos conceptuales y tropezaba con varios pedruscos narrativos caídos aquí y allá. Tampoco Ghostwire: Tokyo terminaba de clavar su propuesta por culpa de un diseño bastante redundante y poco novedoso. Quizá lo que el estudio necesitaba era lo que acaba de ocurrir con Hi-Fi Rush: eliminar el hype y la chorrada de marketing como intermediarios entre el juego y las expectativas de las y los jugadores, ver la luz por sorpresa (hicieron un shadow drop tras la conferencia de Microsoft y Bethesda en enero de 2023) pasando de cero a cien en un microsegundo y recuperar la pureza gamey que sólo los hack’n’slash pueden ofrecer.

Y eso es el juego. Un simplemente glorioso hack’n’slash. Ojo, aquí Mikami aparece sólo como productor (el crédito en la dirección es para John Johanas), pero la espina dorsal de Hi-Fi Rush no deja de prolongar la de algunas de sus incursiones en el género para Capcom (God Hand) y PlatinumGames (Vanquish y Mad World). Y logra colocar su propuesta en las cotas de carisma y depuración jugable de Devil May Cry 3 y 5 o de los Bayonetta. Así que palabras mayores ya de entrada… pero además con un twist: en el fondo, en la forma y a todos los efectos, Hi-Fi Rush es un juego de ritmo.

Y aquí empieza la fiesta. La historia nos sitúa en un mundo distópico megacorporativista cuya agenda la marca el turbocapitalismo de Vandelay, empresa apoyada en hordas de robots currantes (y agresivos) que quiere, pues yo qué sé, dominar el mundo. Chai, nuestro protagonista, es un chaval inocentón que por accidente termina con el ipad incrustado en mitad del pecho. Desde ese momento es capaz de captar los ritmos implícitos de la realidad urbana postindustrial que lo rodea: pistones que marcan la cadencia perpetua de un bombo, intermitentes que se encienden y apagan al compás, cadenas de montaje que orquestan sinfonías mecánicas. Y en consonancia, nosotros, en las zapatillas de Chai, deberemos movernos siempre a ese ritmo.

Es, simplemente, una receta imparable para la diversión. Hi-Fi Rush está planteado como un ejercicio avanzado en molar. Su euforizante selección de temarrales rock -que combina canciones escritas expresamente para el juego con hits de Nine Inch Nails, Prodigy o The Joy Formidable- pisa el acelerador desde un minuto uno en el que suenan Back Keys y con ellos nos estalla en los morros una presentación visual cuidadísima. Una dirección de arte que remite lejanamente a Jet Set Radio, marcada por un aspecto cartoon y un espíritu muy de cómic (hay manganime, Marvel setentero, Disney y pop art) con un limpio cel-shading, un hipercolor que nos lleva hacia otra obra maestra de Mikami, Viewtiful Joe, y unas animaciones expresivas y fluidas con el empuje de Sunset Overdrive. El trabajo de cámara y edición son magníficos, las interpretaciones son de primera y el guion, a pesar de contar una historia que es casi un macguffin, resulta divertidísimo en su espíritu slapstick, en su continua profusión de gags tronchantes, en su metajuego referencial -cuesta contar todos los guiños- y en su vocación disparatada.

Pero obviamente si Hi-Fi Rush funciona tan, tan bien es gracias a sus explosivas mecánicas musicales y a cómo las implementa incrustándolas en un sistema tan codificado como es el del hack’n’slash. Como juego rítmico no sólo pide tensión sino también precisión, y como propuesta de acción no sólo requiere reflejos sino también armonía. Por ello tras cada set-piece (a los “versos” de Bayonetta aquí se les llama “estribillos”) se nos puntúa no sólo en virtud del tiempo, el daño recibido y los combos sino, especialmente, de la coordinación y el compás con la música. Su planteamiento es, básicamente, el de literalizar el concepto “coreografía de golpes y esquivas”, algo como lo que planteaba Metal: Hellsinger pero con acción cuerpo a cuerpo en tercera persona. A cambio de la exigencia (que tampoco es tanta: en cuanto se entra en el flow, la cosa avanza como una locomotora) el juego recompensa con un surtido de golpes avanzados desbloqueables que van sumando caos y belleza y también con la ayuda de hasta tres sidekicks que desatascan ciertas situaciones y, ellos también, otorgan riqueza mecánica y estética al asunto.

Tras un juego que parece más un juguete se esconde, en fin, una auténtica lección de diseño de videojuegos vieja escuela, un derroche de medios expresivos que nunca pierde el foco sobre sus propios planteamientos -se pone maximalista progresivamente en una escalada épica, como debe ser, pero nunca se le disparan las pretensiones- y, sobre todo, un viaje divertido, extasiante, tronchante y ultracarismático. Si Tango empieza a demostrar toda su potencia manteniéndose en este nivel de frescura y desparpajo los vientos van a girar pronto a su favor. Que vengan más así.

Trailer de Hi-Fi Rush

Hi-Fi Rush: cum on, feel the noize
  • Xavi Roldan
4.5

Por qué jugar a Hi-Fi Rush

La sorpresa de la temporada. Hi-Fi Rush es un juego de acción rítmica que ya sólo alcanzamos a resumir con un sobadísimo cliché: ni le sobra ni le falta nada. Tal es su pureza jugable y sus atractivos aciertos estéticos, la fuerza de sus planteamientos intachables y sus compactos resultados. Hará historia.

Sending
User Review
0 (0 votes)
Xavi Roldan empezó la aventura casahorrorífica al poco de que el blog tuviera vida. Su primera crítica fue de una película de Almodóvar. Y de ahí, empezó a generar especiales (Series Geek, Fantaterror español, cine gruesome...), a reseñar películas en profundidad... en definitiva, a darle a La casa el toque de excelencia que un licenciado en materia, con mil y un proyectos profesionales y personales vinculados a la escritura de guiones, puede otorgar. Una película: Cuentos de Tokio Una serie: Seinfeld

Te puede interesar...

Escríbenos algo

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *