batman

Batman

En pleno siglo 21, cuando las pantallas se hayan infectas de músculos de héroes ocultos tras vistosos trajes de colores de licra que oprimirían hasta el paquete de un asiático, y máscaras que cubren los rostros de celebrities, previamente dibujadas y devoradas por los lectores más acérrimos de cómics de más de medio mundo, nos olvidamos de que en la antigüedad no fue así.

En 1965, en un despacho de un canal de la televisión yanki de cuyo nombre prefiero no acordarme, la Fox dio luz verde a un proyecto que contaba las peripecias de un mamarracho con barriga vestido de murciélago y un niñato pre-heredero de la tendencia Agatha a combinar colores imposibles. Sí amigos, aquello era Batman, la serie, de la que después llegó una película, y aquel productor hoy descansa tranquilo en su tumba, donde espero que ponga PUM, BANG, CRASH.

Tras la cancelación de la serie por desacuerdos varios, el “orejas puntiagudas” permaneció desterrado a las viñetas de las que en aquella ocasión nunca debió haber salido.

No fue hasta 1979 que Richard Donner estrenó su cinta Superman con gran éxito de taquilla y crítica, cuando el productor Michael E. Uslan, sintió que existía otro gran héroe de la casa DC que merecía unos cuantos halagos y, al paso, embolsarse un puñado (de millones) de dólares, claro. Así que se propuso darle a Batman la oportunidad de resurgir en pantalla grande. Los años fueron pasando y directores como Joe Dante, Ridley Scott o Ivan Reitman se fueron cayendo del proyecto mientras que nunca se llegaba a verdaderos acuerdos con las diferentes productoras. Incluso Steve Englehart, reputado guionista de cómics, escribió un borrador del guión donde Robin muere al comienzo de la película a manos de un delincuente, no sabemos si horrorizado por la combinación de colores. Pero aquello seguía sin cuajar del todo y con ello se acercaba el 50 aniversario de la creación del personaje.

Tuvieron que pasar unos cuantos años más para que Tim Burton abandonase la Walt Disney Company, escribiese una gran historia sobre un fantasma cachondo y caliente llamado Beetlejuice, la estrenase y consiguiese recolectar el suficiente éxito hasta que Warner Bros. le considerase apto para dirigir aquel ambicioso proyecto de lo que vendría a ser LA (siguiente) película sobre un súper héroe.

Con todos los libretos, conceptos e ideas sobre la mesa que se habían ido gestando durante aquella larga década, Tim Burton prescinde de un guión que Tom Mankiewicz, autor de muchas aventuras de Bond, escribió para la historia y propone coger obras maestras como «El regreso del señor de la noche» y «La broma asesina» como cómics de referencia y algunas ideas del borrador de Steve Englehart para confeccionar el guión que junto a Sam Hamm escribirá definitivamente.

Aunque no fue un camino de rosas, ni mucho menos. Las primeras broncas entre Burton y los productores de la cinta vinieron cuando el director propuso a Michael Keaton, protagonista de Beetlejuice, en el papel principal. Sus razones eran que Bruce Wayne debía ser un tipo completamente normal, que llevaba una doble vida y una doble identidad, no alguien que se caracterizase necesariamente por ser un cachas. Y, claro, por todos nosotros es sabida la poca afición de Michael Keaton a los gimnasios. Al hacerse pública la elección del actor, los fans del personaje comenzaron a enviar cartas a la productora en contra de la decisión tomada hasta el punto de que las acciones de Warner Bros. bajaron en bolsa. Por todos nosotros es sabido el alto nivel de justicia que tienen los yankis.

Pero las broncas no sólo llegaron por parte del bueno de Keaton. Irónicamente, en un acto de cachondez extrema, los productores se opusieron a que el diseño de Gotham City fuera tan oscuro y gótico. Ellos querían una visión más colorista y familiar de la ciudad al estilo de la serie de los años 60. Repito. El diseño de la ciudad donde Batman combate a los malos que se llevó un Oscar de la Academia gracias al talento de Anton Furst (y algo bastante de Mr Burton), tenía que ser necesariamente familiar para atraer a las familias al cine. Todo familiar, como en Acción de Gracias familiar.

Afortunadamente Bob Kane, creador del personaje y consultor creativo de la cinta, salió varias veces en defensa del director y finalmente gracias a él, y a la cigüeña que en aquellos momentos vivía en el pelo de Burton que los puso finos, los productores agacharon la cabeza y le dejaron seguir adelante con aquella (loca, loquísima) idea.

Para su siguiente GRAN protagonista, contrató a Dios (sí, esta película también la protagoniza Dios), esta vez con la cara de Jack Nicholson, con la idea básica de que teniendo un actor veterano, los espectadores más conservadores y alejados de aquel mundillo de los cómics también se dejarían los cuartos al pasar por taquilla. Pero como Jack Nicholson no es tonto (es Dios, y le encanta chupar cámara), pidió 6 millones de dólares por interpretar al excéntrico Joker, además de un alto porcentaje de beneficios de taquilla y merchandising. Aquello le supuso alrededor de 50 millones de dólares (la broma, Ja).<

Para la novia de Bruce Wayne se optó por contratar a una de las sex-symbols de la época, Kim Basinger, y el resto del reparto lo completaron con actores de menos caché como Jack Palance o Michael Gough.

Finalmente, con un presupuesto de 35 millones de dólares y tras tantos años de espera para los fans, Batman comenzó su rodaje en los estudios Pinewood de Londres, donde se filmó íntegramente. La cinta estuvo lista para su estreno el 25 de junio de 1989 en USA y abrió el fin de semana con casi 43 millones.

Cuenta cómo Bruce Wayne, un magnate empresarial, sale cada noche de su lujosa mansión a combatir el crimen en las calles de Gotham City oculto tras la identidad y la máscara de un héroe, Batman. Pero las cosas comienzan a ponerse feas cuando un nuevo criminal conocido como Joker pretende someter a la ciudad de Gotham a los deseos de su macabra y perturbada mente.

Qué se puede decir sobre esta película que no se haya dicho ya en sus más de 20 años de vida? Sencillamente la coloca como una de las obras que, para el gusto de muchos, colocó a Tim Burton en el sitio donde merecía un artista con una mente privilegiada como la suya. El trabajo tras la cámara es tan fascinante como inquietante con la consiguiente pretensión que supone transportarnos hasta las oscuras y lúgubres calles de una ciudad magistralmente reconstruida para deleite de las masas y convertirla en una protagonista más de la historia.

Aunque si de algún protagonista hay que hablar, con permiso del héroe, desde luego ese es Nicholson. Su personaje es llevado hasta el extremo del desquicio y la locura como sólo él (y sólo él) tiene el privilegio de haber hecho disfrutar y atormentar a varias generaciones de espectadores. Su visión y rienda suelta del Joker podría perfectamente situarle en una mesa con Alicia, un conejo y un sombrerero tomando un té y no desencajar en absoluto. Para el Joker de Nicholson todos los días son un no-cumpleaños que celebrar. Por hilarante que parezca, es el histrionismo en esencia pura lo que conduce la película y ahí es donde el Joker encaja con todas sus piezas, enganchando al espectador con cada plano donde aparece y haciéndole partícipe de todas sus maquiavélicas bromas.

Por el contrario, el ritmo al que se desenvuelve Batman/Bruce Wayne es más lento y menos vistoso que el de su archienemigo. La presentación del protagonista es desacertada y la escena inicial en la fiesta se presta torpe y, a mi juicio, poco imaginativa. Aunque bien es cierto que Michael Keaton logró otorgar al personaje cierta familiaridad, humanidad y lado campechano, como el Rey. Y aunque ese momento tarde en llegar, llega. Creedme.

La música juega un papel bastante importante y es que el score compuesto por el entonces conocido de pasada por Burton, Danny Elfman, se fusiona perfectamente con la trama y logra que uno se quede el ritmillo y tararee el tema principal, por ejemplo, al ir a por el pan. Nada que ver con los temas compuestos por Prince. Aunque alguno de aquí quiera darme hoy una paliza por decir esto, me chirrían y no me parece que acompañen al espíritu gótico que debería sonar en los botellones en los polígonos de Gotham City. He dicho.

La película logró recaudar la friolera de 411 millones de dólares y vender murciélagos hasta en la sopa gracias a la agresiva promoción que Warner había hecho de su película estrella aquel verano, pese a que los fanáticos más acérrimos se enfadaron un poco con los cambios que se habían sacado de la manga. Esto era por ejemplo que El Joker fuera el autor material de la muerte de los padres de Wayne, cosa que en los cómics no sucede o que, pese a que el verdadero nombre de Joker es completamente desconocido, en la cinta de Burton se llama Jack Napier, mezcla de Nicholson y mezcla de Alan Napier quien interpretaba a Alfred en la infame serie de los 60.

Con todo y con eso, la película logró callar bocas sobre la interpretación de Keaton, hizo (re) admirar el talento de Jack Nicholson y disfrutar de la historia que de verdad se merecía el murciélago porque, a decir verdad, algunos nunca habíamos bailado con el demonio a la luz de la luna.

Sending
User Review
0 (0 votes)

Te puede interesar...

Comentarios

  1. Jo, cómo me gustan los Bollycaos estos culturetas… Gracias Zack, un placer leerte.
    En cuanto a la peli, me encantó en su momento (¿porque había pocas superheros movies que echarse a la boca?),porque de Burton me gusta todo (casi todo) y amí si me fascinó su Gotham City, porque NIcholson estaba brutal… pero…. nononono, Keaton NO y todavía hoy en día, Keaton no. Pero como casi todo el rato iba con la máscara, no les restó demasiado a la whole piece. Una de mis prefes de Batman.

  2. pues yo Keaton sí, oigan. Me cae muy bien ese tío, qué le vamos a hacer (y sólo me convenció en Batman… curioso)

  3. Batman y Robin con Poison Ivy en plan trio todos hablando en verso y con fatwoman rondando…que peliculon de mi infancia…tengo hasta las figuritas de accion. Jejejeje de verdad, no me parece TAN mala

  4. Hay tanta diversidad de opiniones con respecto a Keaton que es dificil decidirse, pero lo que está claro es que de todos aquellos "Batmen", él fue el mejor.
    SavemeBarry, de verdad un trio con Poison Ivy y Robin? Eso de seguro termina con las retinas derretidas…

  5. Zack muy posible no te lo niego pero es una de mis películas infantiles mas alquiladas junto a Liberad a Willy.
    Tenia 7 años o así tampoco me pidas mucho criterio…pero incluso ahora la veo con ojos cariñosos. Dentro de su cutrez y sus diálogos imposibles, tiene su nostalgia la película.

  6. Keaton si me gusta, pero no me encajaba como Bruce Wayne pues parecian dos personas diferentes cuando se encajaba el traje.

    Me gusta más el Keaton "joputa" de "De repente un extraño"jeje.

    A mi me gustó mucho este Batman de Burton y la B.S.O. de Elfman, aunque no la he vuelto a ver. Aunque seguro que de revisarla me sigue gustando.

  7. SavemeBarry, a mí me pasa un poco con Batman Forever, por muchas piedras que me lluevan. Pero es que esos dos villanos esquizofrénicos me conquistaron. Nada que ver con Val Forrondosco Kilmer como Batman.

    EvilAsh, revisitala en cuanto tengas ocasión porque la actuación de Nicholson es de traca, majo.

  8. Me sumo a lo de "Batman Forever no está mal". La vi en la edad correcta (me llevó mi padre al cine) y sale Jim Carrey. Me cuesta mucho decir que es una mierda pese a que estoy convencido de que lo es. Batman y Robin la vi tarde y mal, por lo que por ahí sí que no paso, jejeje.
    Aunque me caen mejor que El Caballero Oscuro, la verdad…

Escríbenos algo

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *