Crítica de 12

Tras casi diez años de silencio, Nikita Mikhalkov regresa tras las cámaras con «12», película en la que también aparece como actor y que fue nominada al Oscar como mejor película de habla no inglesa en la pasada edición de la ceremonia. En esta ocasión, el director de «El Barbero de Siberia», (que ya había ganado una estatuilla por «Qumando el Sol») adapta todo un clásico del cine, la mítica «Doce Hombres sin Piedad» de Lumet, a la actualidad rusa, dejando patentes las enormes lagunas que aún hoy siguen inundando el país.

Un chico checheno de 18 años es acusado de asesinar a su padrastro, un oficial del ejército ruso. Doce miembros de un jurado son encerrados en el gimnasio de una escuela para decidir su destino. La decisión debe ser unánime, pero cuando la vida de alguien está en juego, siempre hay espacio para la duda, y las tensiones acaban por explotar…

No cabe duda de que la idea que propone Mikhalkov es de lo más curiosa y al mismo tiempo digna de elogio. No solo se atreve a actualizar una película que forma parte de la historia del cine y que además es casi un emblema intocable, sino que lo hace reformulando su esencia desde sus cimientos para hacer de tan americano discurso sobre la justicia y la moralidad de su pueblo, una historia con personalidad propia y completamente rusa, por así decirlo, desvirtuando a sus personajes y rompiendo ese aura de heroicidad y convicción que tenían los originales, sustituidos aquí por una moralidad algo más ambigua provocada por una vida en la mayoría de casos dura y desgraciada.

Sin embargo, éstas son solo las premisas de «12», y a la hora de la verdad, mucho me temo que estamos ante una película de envoltorio impecable pero de contenido bastante inferior.

Primero de todo, «12» es larga, larguísima, llegando a superar las dos horas y media (títulos incluidos, eso sí). Y no solo lo es, si no que además se hace eterna.
Habiendo mantenido la historia original intacta (recordemos que «12 Hombres sin Piedad» apenas llega a la hora y media), el guión se dilata a base de flashback sobre los orígenes del acusado y los relatos de los doce miembros del jurado. Ambos recursos tienen su función, que es la de mostrar la dureza y el sinsentido de los enfrentamientos entre rusos y chechenos por una parte, y cómo están las cosas en el país a nivel social por la otra, pero son parte de un discurso que desde luego no requería de tantas y tantas explicaciones, llegando incluso a repetirse más de una (caso de los flashback) y por lo tanto pudiendo llegar a desesperar a más de uno. Además, el pasado del acusado es también prácticamente lo único que sucede fuera de las cuatro paredes del gimnasio en el que están encerrados los doce, algo que rompe sin remisión la película en dos partes radicalmente distintas e irremediablemente chocantes entre sí.
Para rematar la faena, son escenas (bélicas) rodadas muy a la Hollywood, haciendo que toda esa personalidad rusa que tiene «12» gracias a sus personajes y a alguna situación se pierda debido a su factura técnica. Pero eso es algo que, de hecho, se percibe a lo largo de toda la película, aunque en menor medida.
De hecho, otro error en el que incurre a mi entender el director es en la introducción aquí y allá de una serie de ornamentos de lo más barrocos generados por ordenador, que empiezan siendo una mera curiosidad pero acaban teniendo demasiada presencia adulterando un poco más la esencia de la película en sí.


Al margen de todo ello, también es obligatorio reconocer que por mucha más profundidad que se le haya querido dar a los personajes (como digo, rellenándolos con un pasado difícil que se encargan uno a uno de exponer en forma de monólogos), lamentablemente ninguno de los actores es capaz de aportar ese porte, esa fuerza que irradiaban Henry Fonda y compañía, en parte debido a la inexplicable (aunque agradecida a fin de cuentas) comicidad con la que todos son retratados en el remake (perdón, «versión libre») ruso.
Además, todas las remembranzas de los protagonistas se vinculan de manera más o menos directa a una exhaustiva explicación del por qué de sus votaciones o de sus posibles cambios de opinión (algo con lo que no contaba tan detalladamente la película de Lumet), y eso consigue que en más de una ocasión, lejos de defender sus motivaciones, sus opiniones resulten mucho más increíbles, forzadas y por tanto antinaturales.

Por último, me gustaría también decir que esa variación final con respecto al original en referencia al destino del acusado, que sirve una vez más para hacer hincapié en la difícil situación por la que pasa actualmente Rusia así como para hacer temblar los conceptos de justicia y moralidad que hasta ahora habían crecido en los personajes y en el espectador, se antoja algo forzado, restando un poco más de credibilidad al guión.

En resumen pues, al hablar de «12» toca hacerlo de una película tan bella en su fondo como equivocada en su forma, ya que un noble propósito es echado casi por tierra a causa de un metraje terriblemente excesivo, ligado precisamente a los excesos de su director.
Como podía imaginarse, lo mejor de ella reside en la película en que se basa, gracias a la cual se atisban algunos momentos de brillantez. Supongo pues, que quien no haya visto «Doce Hombres sin Piedad» disfrutará mucho más de ella, aunque yo les aconsejaría que directamente recuperaran la obra maestra de Sidney Lumet, mucho menos irregular y artificiosa.
Considero, finalmente, que era completamente innecesario tomar como excusa este remake para hablar de unos temas que habrían tenido mejor cabida en un tipo de película completamente distinta (y de hecho, esa misma es la sensación que se tiene en todo momento).
Habrá quien seguramente la defienda a diestro y siniestro, yo la verdad, no entiendo que contase con esa nominación al Oscar.
5,5/10

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En diciembre de 2006 me dio por arrancar mi vida online por vía de un blog: lacasadeloshorrores. Empezó como blog de cine de terror, pero poco a poco se fue abriendo a otros géneros, formatos y autores. Más de una década después, por aquí seguimos, porque al final, ver películas y series es lo que mejor sé hacer (jeh) y me gusta hablar de ello. Como normalmente se tiende a hablar más de fútbol o de prensa rosa, necesito mantener en activo esta web para seguir dando rienda suelta a mis opiniones. Esperando recibir feedback, claro. Una película: Jurassic Park Una serie: Perdidos

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Comentarios

  1. Al menos ha vuelto, y esperemos que pronto por sus fueros…

  2. sí bueno, yo reconozco que no he visto ninguna suya, así que mucho no hablo, pero si van a ser todas como esta…apaga y vámonos!

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