Crítica de 1984

1984

Cuando la hazaña es directamente imposible, debe agradecerse el esfuerzo. Que te caiga entre manos un libro inadaptable, y adaptarlo, manda narices y tiene su mérito en cualquier caso, por mucho que la empresa responda a delirios económicos del mercachifle de turno. Prisas, horarios, presiones y otras bestias no son buenas consejeras, máxime si se trata de rendir homenaje a un mito como es la novela de Orwell. Pero la realidad fue la que fue: en 1984 se estrenó 1984, escrita y dirigida por un Michael Radford que, a sabiendas de la misión imposible, apuesta por establecer ciertos límites. Lejos queda la cantidad de mensajes que se extrae de cada una de las páginas del libro original; en su lugar, se intenta sumir al espectador en un mundo totalmente nuevo a las primeras de cambio. Un mundo opresor y enrarecido, cargado de simbología y metáforas visuales, que deberían compensar la balanza. Buen intento, logrado sólo a medias: al final, resulta que para poder disfrutar del film uno debe ser fan absoluto del material original (para poder rellenar todas las fisuras que quedan durante el visionado) o bien un total desconocedor del mismo. Para los demás, la propuesta cumple sólo a medias. Pero, hey, ya es.

Su ritmo es asincopado, los esfuerzos por trascender por encima de sus posibilidades se hacen evidentes y juegan en su contra, las interpretaciones son extrañas, y la cámara se mueve con demasiada solemnidad mientras el montaje confunde en más de una ocasión. Sobre el papel, definición perfecta de película fallida. Sin embargo, todo ello confluye en una película con algo de embriagador. Desde sus primeros minutos, Radford consigue sumergirnos en un universo claustrofóbico y deprimente, sumamente vívido, por el que deambula un héroe a la fuerza silencioso, feúcho y esquelético. Enfermo, como todo lo que le rodea. De imposible empatía a priori, y sin embargo con un importante conflicto interior que es más que suficiente para sustentar el interés: seguir cumpliendo órdenes a rajatabla, o cuestionarlas y hacer lo que siente que es lo correcto. Que no es sino la rebelión contra un sistema que anula al ser humano (de clase baja); que lo espía y lo vigilas las 24 horas del día. No es nada nuevo: si el libro fue visionario en su día, la película también se adelanta a su tiempo, si bien hablemos en todo momento de problemáticas que se van repitiendo.

El principal pecado de 1984 reside, en realidad, en esos pasajes en que busca paragonarse al libro. A falta de mejores soluciones, recurre a una voz en off de la que abusa, entorpeciendo en demasía tanto el desarrollo del entramado, ya de por sí en dificultad por un montaje que se antoja atropellado; pero también extrae al espectador del ejercicio mental al que le había sumido, al descubrir el truco sin demasiado pudor y rebajarse a un plano mucho más terrenal de lo que el resto de elementos parecía indicar. De nuevo, habrá que achacar culpas a las prisas para llegar a tiempo (imagino); de lo contrario no se explica la relativa torpeza con la que se resuelven algunos puntos delicados del argumento, a los que no les hubiera venido nada mal un par de vueltas más.

Con todo, como distopía deprimente y arenga social, cumple. Y sus momentos climáticos alcanzan cotas muy altas de emoción (máxime en sus últimos minutos), por lo que sería bastante temerario tildar el trabajo de Radford de malo, sólo por considerarlo insuficiente en relación a la obra original en que se basa. Una obra que, recordemos, era inadaptable. 1984 es una cinta de ciencia ficción con conciencia, y como tal da que pensar, emociona, y asusta lo suyo. Debería valer.

6/10



Y en el Blu-Ray…
20th Century Fox reedita la película en alta definición con un trasvase a los 1080p traducido en un trabajo correcto como novedad de catálogo: no hay remasterización ni trabajo de restauración alguno, por lo que los colores se antojan algo más apagados incluso que el original, y la definición de la imagen no revolucionará el formato precisamente. Por su parte, el audio en todos los idiomas se presenta en un justito DTS-HD 1.0, y su único contenido adicional pasa por un tráiler de cine. Poca cosa, pero de ahí su condición de fondo de catálogo, y su goloso precio.

En diciembre de 2006 me dio por arrancar mi vida online por vía de un blog: lacasadeloshorrores. Empezó como blog de cine de terror, pero poco a poco se fue abriendo a otros géneros, formatos y autores. Más de una década después, por aquí seguimos, porque al final, ver películas y series es lo que mejor sé hacer (jeh) y me gusta hablar de ello. Como normalmente se tiende a hablar más de fútbol o de prensa rosa, necesito mantener en activo esta web para seguir dando rienda suelta a mis opiniones. Esperando recibir feedback, claro. Una película: Jurassic Park Una serie: Perdidos

Te puede interesar...

Escríbenos algo

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *