Crítica de 2 Guns
Al final la excepción será norma. Resulta que lo que hace unos pocos años parecía casi un acto de rebeldía homenajística ahora es una tendencia: el montar actioners directos de puro entretenimiento testosterónico obviando la pirotecnia digital de los recientes blockbusters más prefabricados, tomando en cambio como modelo los títulos con más pedigrí de los años setenta o más tirón popular de los ochenta. En este caso, aquellos thrillers fronterizos con posible ramalazo cómico y cierta cantidad de sustancia noir corriendo por sus venas protagonizados por crápulas, caraduras o perdedores. Esos que los Coen han revisitado, a su manera, en alguna que otra ocasión. Esos que transcurren en ese lugar donde todo se resuelve a tiros y donde 43 millones de dólares traen de cabeza a no menos de cuatro grupos distintos de matones. Es lo que ocurre aquí, un maldito embrollo que incluye a un capo hispano de la droga, un grupo clandestino de la CIA, una panda de militares corruptos y un montón de gorilas con mala hostia, y los pone a orbitar a todos entorno a un par de desgraciados macarras interpretados por Mark Whalberg y Denzel Washington. Uno de inteligencia naval y el otro un poli que han sido traicionados por sus propios hombres.
Eso es la premisa inicial, y desde ahí ya podemos hablar de despliegue de giros argumentales a todo trapo y, muy especialmente, de un cúmulo de secuencias físicas que basculan entre la pura acción y el policíaco destartalado. Pero que siempre, como decía, apelan a códigos pretéritos. La buddy movie construida a partir del ítem «condenados a entenderse» y el relato de acción country rock con abundantes dosis cómicas, un poco en la estela de (la, por qué no, reivindicable) Un botín de 500.000 dólares o, yo qué sé, alguno de los clásicos de Don Siegel tipo La gran estafa. Una nueva celebración del movimiento con una falsa pátina de seriedad, imprimida por el rigor de la cámara y la solvencia y rotundidad narrativa de Baltasar Kormákur (ya fogueado en el género: lo último que le conocimos fue Contraband), y un corazón de entretenimiento vieja escuela casi infalible. Casi: algunos tropezones de ritmo y algunos topicazos confundidos con guiños al género hacen flirtear el producto final con el tedio fugaz.
Pero son sólo momentos. Lo demás, sin ser nada especialmente ocurrente ni irremediablemente arrollador sí resulta endiabladamente entretenido. Bien engrasado gracias a la potente química de su pareja protagonista, el blanco y el negro, el chulo y el más chulo aún. Juntos dan forma a este carrusel de humor hillbilly y de trapicheos texmex. Y articulan todo un juego moderada y autoconscientemente cazurro de machurrismo macarra aderezado de tiros, explosiones, faroles y fantasmadas y chistes genitales por doquier. Poca finura hay en todo esto, pero es que un poco de eso se trata, de poner a prueba el paladar del espectador remitiendo a los sabores más añejos y menos refinados del cine de género. Kormákur es un tipo inteligente, y lo suyo no ha sido una jugada automática a partir de un encargo cualquiera basado en la adaptación de algún cómic resultón (en este caso, el homónimo de Steve Grant y Mateus Sontolouco), sino un movimiento que tiene tanto de distensión autoral como de homenaje, como de búsqueda del estilo en la anti-estilización.
Así que conviene dejarse las amarguras en el recibidor de casa, porque en la sala la película nos invita a jugar pase lo que pase. Propone posibles análisis formales y de género, pero rehuye de hipotéticas alegorías colocándose en un punto de sencilla intemporalidad y de puro desarrollo lúdico. En cierto modo estamos ante una película completamente hueca, pero precisamente por eso el director puede conducir el espectáculo con ausencia de prejuicio y la suficiente efectividad hasta convertir 2 Guns en una película directa, etílica y muy salada. Simple pero llena de cosas atractivas (atracos con máscara de goma, narcothriller, romances peligrosos) y con un reparto que patea culos en el que a los ya citados añade a Edward James Olmos y un Bill Paxton correoso como la cecina. Un entretenimiento cachondo, carismático y autocoñón. Intrascendencia, pero con corazón y entrañas.
7/10
No inventa nada pero devuelve las buddy movies a donde debían estar. Es una peli de acción sin tremendas fantasmadas por ordenador y tiene una trama que se sigue con interés y que no es una ensalada de tiros porque si. De los protas, prefiero a Walbergh que a Washington, ya que a Denzel ya lo tengo muy visto en este papel (que no quiero decir que no me guste). Si no me equivoco ha sido una sorpresa en USA ya que no es una supreproducción y ha sido numero 1 en taquilla.
¿Tendremos segunda parte?
joer, pues no me estáis dando un hype de cuidado, entre uno y otro…
Jajaja es que las pelis de acción de ahora estaban siendo unos "ñordos" considerables…y esta pues recuerda…que se yo un poquito a "el último boyscout" o similares (es la primera que se me ha ocurrido). Tiene pocos artificios (lease fantasmadas CGI) y unos personajes molones con algunos oneliners de aquellos que te dejan con la sonrisa en la boca.
Imagino que estareis por el festival de Sitges como cada año ¿no?.
Qué pregunta es esa? Te pasarás tú por ahí? ;)
Puesí, amigo Ash, buena descripción de la peli… Uno se pregunta en realidad cómo sería el cine de hoy de no haber existido los 80.
(claro que la respuesta obvia supongo que es que entonces hoy se haría un cine como el de los 80 y nosotros seríamos más felices)
Insisto en la pregunta de Carlos: ¿te veremos el pelo en Sitges?
Sip. Allí estaré los dias 12 y 13. Tengo ya las entradas para "Contracted", "Antisocial","Patrick" y "The world´s end".
Y luego pues de paseo a la caza de algún famoso, a algún encuentro de esos que organizan gratuito y esas cosas.
¿Este año estais los dos?¿estareis todo el festival?.Sigo teniendo el movil de Carlos, así que el sabado por la mañana cuando esté por allí os "wasapeo"…jeje.