Crítica de Agnosia
Cuando creíamos que las superproducciones españolas habían llegado a su límite con las muy decepcionantes “Lope” y “Los ojos de Julia”. Cuando esperábamos que de ahí en adelante todo iba a ir a mejor, y que realmente podríamos contar con un bombazo español antes de que el año acabara… llegó “Agnosia” para volver a sumirnos en la miseria.
De dilapidar el nuevo esfuerzo de la industria cinematográfica nacional se encarga el director valenciano Eugenio Mira (firmante de “The Birthday”), al que ayuda un reparto capitaneado por Bárbara Goenaga, Félix Gómez, Eduardo Noriega e incluso el ilustre Jack Taylor. Todos ellos al servicio de una historia ambientada a finales del siglo XIX sobre una mujer mujer con agnosia (imposibilidad, por parte del cerebro, de recibir correctamente los estímulos a los que es inducido) que se somete un revolucionario experimento para recuperarse, su padre, sus doctores, sus criados y su prometido, y sobre un McGuffin (la lente de una mira telescópica, o así) que bien podría rivalizar con cierta brújula de oro.
En conjunto, un confuso entramado que supuestamente mezcla thriller histórico con drama romántico y ciencia ficción, pero que interesa tan poco como para que no se le preste atención ni a uno, ni a otro, ni al de más allá.
Y es que resulta increíble la total apatía que desprende el film desde sus compases iniciales, incapaces de enrocar al espectador en un producto que ya de por sí se antoja de muy difícil aceptación. Difícil por lo rocambolesco de su entramado (la empresa del padre, el invento para curar a la chica… todo muy complicado) y por lo sobrecargado de sus imágenes, de supuestos lirismo y hermosura pero con gran potencial para hacerse agotadoras. La sombra de Guillermo del Toro es alargada.
Así las cosas, “Agnosia” se torna antipática en apenas unos minutos, losa de la que no consigue desprenderse nunca y que la condena irremediablemente a una enemistad total con el público.
Los principales culpables: director y guionista, el primero por abusar de burdas referencias y de un estilo relamido hasta el paroxismo (ese hortera homenaje a Jacques-Louis David); el segundo (Antonio Trashorras) por confundir al respetable con mil y un subtramas para el olvido y no ofrecer atisbo alguno de esa profundidad dramática que tanto necesitaría para empatizar; los dos juntos, por mear fuera de tiesto en repetidas ocasiones a base de secuencias vergonzosas, gratuitas y sobre las que cabría haberse parado a pensar un poquito antes. Me refiero a esos niños desnudándose, a la escena final de las escaleras, o al momento de lupanar… todos ellos responsables de abrir puertas con destino peligroso que luego nadie se preocupa por cerrar.
Aunque desde luego, poco ayudan las labores de todos y cada uno de sus actores, a cuál más increíble y con momentos de vergüenza ajena: si ya cuesta aceptar a Noriega, mucho más si éste se saca de la chistera un par de diálogos en catalán para echarse a temblar. Son los primeros en sentirse incómodos con sus alter egos, y así lo hacen saber sin pudor alguno.
En conjunto -y de lo que realmente sufre “Agnosia”- un verdadero tostón de casi dos horas de duración que si entretiene es sólo por las involuntarias (y muy a su pesar) concesiones al humor que provocan sus pasajes más ridículos.
Quizás la única forma de disfrutar de ella sea cerrando los ojos y atendiendo a la banda sonora, impresionante aunque terriblemente incorporada a las imágenes.
Lo que sorprende de todo ello es que un producto tan olvidable como este (literalmente, a las dos horas ya no sabe uno de qué iba la cosa, ni falta que le hace) cuente con un respaldo económico tan grande y semejante diseño de producción, mientras que trabajos mucho más interesantes tengan que vérselas canutas para llegar a realizarse. Tal vez alguien debería empezar a replantearse la situación de la industria cinematográfica española. Eso sí, las localizaciones del film, muy bonitas.
3/10
Pues a mi la peli me ha encantaqdo, me ha parecido fascinante, y realmente me ha conmovido. Una gran obra.
Bueno, pues ya se sabe que para gustos… a mí se me hizo eterna. Pero apuntada queda tu valoración, saludos y gracias por pasar, opinar en contra de la crítica, y aun así no atacar al que ha escrito la crítica!
La catedral que sale en la peli es la catedral de Girona.