Crítica de Algo pasa en Hollywood
Vista pro primera vez hace prácticamente dos años en el festival de Sundance (o sea, en enero del 2008), «What Just Happened» es una de esas películas malditas cuyo estreno va retrasándose una y otra vez, hasta que de repente aparece por salas de cine europeas tras un paso limitado y desapercibido por los USA y una carrera comercial condenada al DVD. Lo cual no deja de ser curioso teniendo en cuenta la siguiente lista de nombres que aparecen en su reparto: Robert De Niro, Sean Penn, John Turturro, Robin Wright Penn, Catherine Keener, Stanley Tucci, Michael Wincott, Kristen Stewart y Bruce Willis. Para más inri, tras las cámaras se sitúa todo un veterano como es Barry Levinson, resposable de «Rain Man», «Acoso» y «Esfera» entre muchas otras.
La suma de tantos elementos se antojan más que suficientes para encandilar al espectador, pero sin embargo no acaba de cuajar nunca en un film que, sin ser un desaguisado, no logra nunca a rebasar los límites de la normalidad más absoluta, convirtiéndose en un mero entretenimiento poco más allá de la mediocridad (y por tanto justificando tan importante retraso en su distribución).
Basada en la novela casi homónima de Art Linson (también firmante del guión), «Algo Pasa en Hollywood» abarca una semana en la vida de Ben, un productor cinematográfico atormentado a nivel laboral tanto por los delirios de artista comprometido del director de su última producción, como por los desvaríos de la estrella de próximo trabajo, un Bruce Willis empeñado en no afeitar su frondosa y desaliñada barba; pero tampoco logra arreglar su vida personal, compuesta por un núcleo familiar descoyuntado altamente influenciado por sus sentimientos hacia su primera ex-mujer. Con todo ello deberá lidiar antes de que el tiempo se agote y pierda el interés de las distribuidoras por sus películas, y de su familia como padre y marido.
A quien consuma televisión americana de manera compulsiva, lo más probable es que semejante argumento no le sea del todo ajeno, y es que no son pocos los parecidos entre «Entourage» (serie de la HBO de obligada visión) y la película que nos ocupa, ya sea por la caracterización de su personaje principal como por el recurso de acudir a numerosos artistas invitados interpretándose, o más bien riéndose de sí mismos.
De este modo, «Algo Pasa en Hollywood» podría haberse rebautizado algo así como Una semana tranquila en la vida de Ari Gold, subrayando una y otra vez el efecto tranquilizador porque, precisamente, es aquí donde nos encontramos con el primer y seguramente más importante problema del film.
Huelga decir que todo lo que trate de los entresijos ocultos del mundo cinematográfico resulta de lo más atractivo, al suponer el descubrimiento de una imagen algo distinta al concepto bucólico del séptimo arte: hacer una película no es un sueño hecho realidad, y entre la idea original y el resultado final suele haber grandes divergencias de las que el mayor damnificado suele ser el artista (llámese director o guionista). Ahora bien, no menos cierto es que tampoco supone el máximo de la originalidad tratar tales temáticas, y que la que centra el argumento de «Algo Pasa en Hollywood» (referida al estrés al que se ve sujeto un productor o similar) está demasiado fresca en nuestras memorias, personificada en la figura del antes mencionado personaje de «Entourage».
Por lo tanto, para alcanzar el éxito con una propuesta tan abiertamente similar (en concepto) a la serie, la película debería ofrecer algo más, un paso que fuera más allá de su sobresaliente hermana mayor, que es justo lo contrario al trabajo de Levinson(1). Porque el Ben de Robert De Niro no es sino una versión muy, muy descafeinada del Ari Gold de Jeremy Piven, de la misma manera que lo son sus problemas laborales en comparación con la del segundo. Dicho de otra manera, «Algo Pasa en Hollywood» es una vuelta de tuerca menos sobre las grandes dificultades por las que pasa una película para ver la luz, lo cual supone una triste ironía para un guión que, justamente, centra gran parte de su atención en ellas. Y es que casi parece que las mismas censuras y re-montajes a las que se ve sometida «Fiercely» (la película dentro de la película) las haya sufrido «What Just Happened», tras una muy conservadora apuesta por no levantar más ampollas de las correctas.
Tal estrategia lo único que logra es provocar cierta sensación de animadversión en el espectador, que no acaba de meterse nunca en el film siguiéndolo a una distancia considerable y acrecentada por la terrible dirección del director de «Bandits». No contento con el más que suficiente ejercicio de autor surgido, de manera natural, a raíz del juego metacinematográfico (y que se potencia con una hábil banda sonora extraída del footage de «Fiercely»), Levinson se empeña en emplear un frenético montaje totalmente innecesario que no tarda en hacerse realmente molesto. Secuencias aceleradas, disfunciones temporales y cortes cada uno o dos segundos son una carga excesiva, en especial cuando se emplean en las escenas más baladíes y por tanto totalmente eliminables en la sala de montaje.
Si a ello se le añade el poco esfuerzo de un Robert De Niro en piloto automático (de lo más flojo de cast), el público tampoco encontrará en el protagonista alguien con quien simpatizar, viéndose obligado a escudarse en los numerosos cameos que sí dan la talla (a este paso, nos haremos fans de la Stewart sin haber visto un solo minuto de «Crepúsculo»), entre los que destaca un Bruce Willis tan desternillante como genial.
Por contra, y como decíamos al principio, «Algo Pasa en Hollywood» no es en absoluto una total salida de tiesto, y eso se debe, Bruce Willis a parte, a un guión que pese a sus carencias logra mantener un mínimo de interés, brillando muy puntualmente en algunas escenas bañadas de un humor tan inaudito como cínico, y en un tramo final irreprochable y de una calidad muy por encima del resto de metraje.
Por consiguiente, para resumir cuentas (lamento el rollo) tacharemos la nueva propuesta de Barry Levinson de producto meramente entretenido, válido tanto para ver a un buen puñado de actores de renombre como para descubrir (otra vez) la cara oculta del Hollywood más feroz. Pese a ello, todo queda en la agridulce sensación de haber desaprovechado un enorme potencial, resultando un film tan intrascendente como antipático… Y por supuesto, queda a años (siglos) luz de su más inmediato competidor: «Entourage».
5/10
(1) Por mucho que, en realidad, lo lógico sería pensar que es «Entourage» (estrenada en 2004) la que se basa libremente en la novela original de Art Stinson (publicada en el 2002 bajo el nombre de «What Just Happened? Bitter Hollywood Tales from the Front Line»), lo cierto es que a nivel puramente cinematográfico la serie vino primero.
Todas las críticas que he leído dicen lo mismo. Definitivamente, no iré a ver esta película al cine, si acaso la veo ya será en DVD…
http://www.partigi.com
bueno, de hecho, está a la venta en DVD (en USA) desde hace casi un año, así que muchos problemas no tendrás para verla ;)
Saludos!
Anónimo, por mucho que no te guste, no puedes poner tanto spoiler sin avisar antes… reedito tu texto corregido:
Esta película es muy mala, en serio, no vayan a verla.
Es monótona y aburrida, aparte de tener una temática vacía, sin contenido. Está totalmente centrada en ensalzar la figura de Robert de Niro, actor que ha sido muy bueno pero que, todo hay que decirlo, está en decadencia. Su trama es simple: [[SPOILER]] ensalzar la figura del productor Robert de Niro, el cual produce una película en la que muere un perro de un tiro en la cabeza (lo cual no gusta a los espectadores), cuyo guionista es un adicto a las pastillas, su director no quiere cambiar el final para que guste a la audiencia(y finalmente no lo cambia);el productor trata de volver con su ex y acostarse con ella;aparece bruce willis que para salir en una pelicula que produce Robert tiene que afeitarse la barba, él no quiere y así se tiran media película y al final se la afeita y la hacen. Fin. [[FIN SPOILER]]
En serio, con todos mis respetos a quien le guste (cosa que dudo seriamente), NO VAYAN A VERLA, NO TIREN SU DINERO A LA BASURA.
Un saludo.