Crítica de Aliens versus Predator: Requiem
Esta vez, los encargados de dirigir la función son los hermanos Colin y Greg Strause, hasta ahora diseñadores de efectos especiales de películas como «300«o «Poseidon», que adaptan un guión del temible Shane Salerno («Shaft», la serie «UC: Undercover»).Una nave Predator se estrella en la Tierra, liberando a varios facehuggers (vaya, las criaturas semejantes a manos que se adhieren a la cara de la presa para depositar un embrión en su interior), y al poderoso PredAlien, un monstruoso cruce entre las dos razas extraterrestres causante del accidente al eliminar a todos los tripulantes Predator.
En el planeta de los depredadores, la colisión no se pasa por alto, y en seguida se manda a un cazador a la Tierra para eliminar cualquier rastro de la nave, del PredAlien, y de los demás Xenoformos que se han reproducido. Así, mientras los Alien se dedican a asesinar a diestro y siniestro a cualquier humano que se ponga por delante, vuelve a empezar la cacería, la lucha por la supremacía racial.
Muchos cambios se aprecian en esta película en relación a la anterior entrega. De hecho, casi parece que los directores renieguen de la original «AvP», de la que se le criticó sobre todo la falta de enfrentamientos entre las bestias que le dan título, y la casi total ausencia de sangre.
En esta ocasión las luchas son constantes y mucho más largas. Además, la violencia se ha incrementado, puesto que al situarse la acción en un pueblo habitado, las víctimas humanas son literalmente incontables. Basta con ver los primeros minutos para confirmar las intenciones de los directores: a la ya citada pelea que provoca el accidente de la nave, se le suman dos muertes humanas, incluyendo nada menos que la de un niño (ver sufrir a la infancia suele ser algo inaudito en las películas de acción americanas).
Otro gran fallo con que contaba la cinta de Anderson era cierto desaprovechamiento de lo que tan conocidas sagas ofrecen. «AvP» era un survival normal y corriente, que bien podría haber sido protagonizado por una especie alienígena completamente nueva. Claramente, los hermanos Strause son mucho más fans de tan conocidos bichos, puesto que toda su película es un guiño constante a las míticas obras de Scott, Cameron, McTiernan, y compañía, con momentos casi idénticos a las originales. Cualquier amante de las sagas originales disfrutará de sobremanera con la cámara que se aleja lentamente de la mirada aterrorizada de los actores y poco a poco va subiendo hasta enseñarnos el despellejado de una víctima del Predator, los ataques acuáticos de los Alien, o con los enfrentamientos entre estos y el ejército. Hasta algunas de las frases están sacadas directamente de sus precursoras.
Es tal el intento de distanciarse del «AvP» original, que incluso se opta aquí por renovar la fisionomía de los extraterrestres. Así, los Alien se acercan enormemente a los que se diseñaron para «Aliens. El Regreso» (de James Cameron), mientras que los Predator abandonan la armadura que lucían en la primera parte.
Pero no lancemos campanas al vuelo. Porque si en algo sí se parecen las (hasta ahora) dos entregas, es en que carecen de un guión mínimamente decente. Entre homenaje y homenaje, la historia que se cuenta resulta insulsa y previsible, con situaciones absolutamente incoherentes y unos personajes planos e intrascendentes. Ninguno tiene nada que le haga valer la pena, hasta el punto de resultar tan molestos que el espectador deseará impaciente sus muertes. De haber alguna actuación decente, podría al menos establecerse un vínculo entre personaje y público, pero para redondear la faena Reiko Aylesworth (de la serie «24») y compañía completan unas labores demasiado apáticas e increíbles. Esto hace que, pasados los primeros y espectaculares diez minutos, la película entre en su tramo más tedioso con la presentación de cada uno de ellos.
Afortunadamente, se trata de apenas veinte minutos, pues justo después la acción se reactiva y se convierte en una vorágine de persecución, peleas y muerte (la doble decapitación y el empalamiento con un disco de puntas son espectaculares), que seguramente no tengan sentido alguno, pero a fin de cuentas es lo que uno desea ver ante producciones así.
Así pues, «Aliens versus Predator: Requiem» cumple con su objetivo de entretener y corregir los errores de la anterior entrega. Aumenta las dosis de pelea y violencia, a la vez que hace las delicias de todo fan del universo formado por Xenoformes y Depredadores mostrando una infinita sucesión de homenajes. Un guión invisible le impide estar a la altura de las sagas originales, pero aun así resulta un espectacular ejercicio reverencial.
Y el final, como no podía ser de otra manera, abierto a una más que posible tercera parte.
6,5/10
Lo del Pred-Alien creo que es una idea cojonuda, apuntada ya en el anterior film. De esta espero más chicha pero tan poco sentido como en la anterior… En definitiva, me confirmas lo que esperaba… Ahora el problema esta en si convenzo a alguien para que me acompañe a verla o tengo que volver a ir solo al cine…
Iré a verla, y espero que en la tercera parte salga Godzilla.
Y AHORA COMO NARICES CONVENZO A MI MARIDO DE VERLA?
Saludos
hmmm…difícil lo veo: lo más fácil sería poner a los bichillos de Independence Day, que habrían sus cabezas por la mitad y sacaban a otro bichejo de su cerebro, o algo así, y tenían tentáculos y naves
nona, pues ve sola mujer!
cesare, de hecho la película se abre con la última escena de la primera parte. Y esa es la única referencia a la película. Está genial porque no se han flipado demasiado con el bicho: es muy Alien, pero upgrated, por así decirlo, con cuatro cosillas Predator…. (jujuju, es que hasta me excito pensando en él!)