Crítica de The Amazing Spider-Man 2: El poder de Electro
Con la promesa de corregir (entre otras cosas: que si un enfoque distinto del personaje, tan lícito como innecesario; que si más construcción de la mitología que lo rodea…) los supuestos errores de la reivindicabilísima trilogía sobre el Hombre araña que dirigiera Sam Raimi ayer mismo, como aquél que dice, se nos prometió este reboot en forma de nueva saga titulada The Amazing Spider-Man. Y hablar de «los errores de la primera trilogía» es asociar conceptos de manera inmediata: aquella tercera entrega que se veía afectada por una severa dispersión, provocada por los mil y un fuegos que el bueno de Raimi debía apagar en apenas lo que da de sí el metraje de una superproducción normal. Bien, pues ya en su segundo asalto, Marc Webb ha ido a caer en la misma trampa, confirmando de entrada que de aprender la lección, nada. A lo largo y ancho de sus excesivos 142 minutos, El poder de Electro padece de las mismas sensaciones encontradas que en su día provocarón la araña negra, el hombre de arena y compañía: el interés va y viene tanto por parte del espectador como, diríase, por los propios responsables del film, según se le dé bola a uno u otro de los infinitos temas que trata el guion de Orci, Kurtzman y Pinker. No es que sea excesivamente flagrante la situación (digámoslo ya: estamos ante una buena película, ¡tranquilos!), pero sí sirve para confirmar otra cuestión: que esta Marvel no es la misma de la rama Vengadores…
Si por el otro lado, de la mano de Disney como marchante cinematográfico, se ha dado con la fórmula idónea para hacer de cada propuesta un gozo total, plenamente satisfactorio tanto para neófitos como para devoradores de cómics, el caso de Peter Parker es netamente distinto. Con Sony como apoderada de los derechos, el amigable vecino busca otros horizontes que rondan latitudes más oscuras, se busca ahondar el la personalidad del héroe/persona y sus tribulaciones de la misma manera que lo hacen algunas de las ramificaciones viñeteras más populares de su historia, ya de por sí más marcada por la tragedia de lo acostumbrado. Bien, de nuevo, lícito. Sólo que ya hemos recorrido esta senda en demasiadas ocasiones, y a estas alturas la sombra del héroe atormentado personificado por Christian Bale es tan alargada que agota. Esta nueva entrega de The Amazing Spider-Man no sólo se acerca más a un Wayne teen que a Stark, es que vuelve a pasarse de largo a la hora de reincidir en los conceptos que ya supusieron un exceso en la anterior entrega: las dificultades de compaginar vida personal y superheroica, los poderes que conllevan responsabilidades, los dramas que marcan personalidades, guste o no… Infinitas veces nos lo vuelven a recordar en esta ocasión (vía ex-amigos, vía novia, vía tía May, vía trabajo) respetando si se quiere la idiosincrasia del cómic (desde siempre hemos querido más a Spidey por su personalidad que por sus poderes) pero en detrimento de una adaptación cinematográfica demasiado machacona en conceptos francamente simples, para describir a un personaje ya de sobras conocido por fuera como por dentro. Y añadiendo además un nuevo ingrediente a la fórmula que constituye, a juicio de quien esto escribe, el mayor de los problemas de la cinta: la historia de los padres de Peter.
Toda esta renqueante exploración personal (momentos videoclip incluidos) tiene lugar entre medio de otras varias presentaciones de personajes, positivos (Gwen, más aún) y negativos (Electro, Harry). Y entre varias set pieces de acción. Lo decía al principio: demasiados frentes abiertos que enseguida otorgan al espectador esa molesta sensación de interés tipo acordeón: el apego se acerca y se aleja de la pantalla conforme se dan cuatro primeras pinceladas de un antagonista a quien después se abandona por completo durante minutos y minutos mientras se nos transporta a un flashback para conocer los tejemanejes de Richard Parker (Peter Sr., vamos), historia que se abandona para seguir la novela de amor de Peter y Gwen, que después es descuidada en favor de la presentación de un nuevo maloso que dará paso inesperadamente al primer maloso que llevaba un buen rato sin dar señales de vida. Una dispersión terrible que condena un entretenimiento que daba para mucho más. Y es que, cuando toca arremangarse, El poder de Electro sí cumple a las mil maravillas: cuando busca despertar al respetable de cierta sensación de letargo, lo hace con momentos de lo más espectaculares, no sólo por aprovechar al 100% las posibilidades de un 3D que rara vez solemos recomendar desde aquí, sino por la propia concatenación de acontecimientos, confluyendo en unos pasajes de acción cada vez más climáticos hasta llegar al esperado enfrentamiento final. Brutal, demoledor… y rápidamente contrarrestado con un exceso de barroquismo digitalizado (esa telaraña a cámara lenta) que a punto está de echar por la borda lo logrado.
Así es The Amazing Spider-Man 2: ofreciendo una de cal y una de arena, consigue paliar las frías sensaciones de sus momentos menos logrados a base de brillantes pero apartados fogonazos de puro deleite (repetimos: es una buena película). Marc Webb se descubre tan impersonal como dado al sensacionalismo visual/digital (redescubre la importancia del bullet time), de la misma manera que Andrew Garfield, Emma Stone y compañía vuelven a descubrir que si se hacía necesario un remake, era por contar con actores como la copa de un pino. A ratos más aburrida de lo temido, a ratos sumamente entretenida (es una pena que los chistes de Spider-Man tengan tan poca importancia en el global del film, en pos del semblante turbado del Peter Parker sin máscara), desde luego que no pasará a la historia ni podrá equipararse a las grandes proezas superheroicas que se están consiguiendo por otras galaxias; pero cumple, que ya es más de lo que muchos nos temíamos cuando vimos por primera vez a Rhino…
6,5/10
Voy a intentar que no me quede tan largo el comentario, que luego me sale la vena de escritor y empiezo a soltar palabras hasta hartar, jeje.
Veo tu nota, Carlos, y bajo al 5. Y me duele porque Spider-man (el clásico, no este Ultimate) fue mi superhéroe de referencia en mi niñez-adolescencia y las películas de Raimi me acompañaron en mi época universitaria de una forma bastante peculiar, pero es que no, la anterior me pareció pesadísima y ésta… aunque mejora, tiene un grave problema de ritmo.
Vale que empieza con fuerza y Spider-man se gana al espectador de calle, pero luego empieza todo el tema Peter Parker/soy-un-cool-atormentado-porque-mi-chica-me-ha-dejado-esta-mañana-y-de-mis-padres-y-mi-perro-no-sé-nada y se vuelve todo un poco… no voy a decirlo, venga, lo digo, Crepusculero. "Ahora te quiero, ahora no, porque quiero estar contigo, pero no puedo porque te pongo en peligro". Y, francamente, a mí se me hizo un poco pesado. Si sabemos que os queréis, cansinos, no gastéis metraje en eso.
Las escenas de acción lo compensan (sobre todo la de Times Square o ese gran final en la torre de reloj), pero a nivel visual parecían a veces gráficos videojueguiles. Y eso que Spider-man se mueve como una araña, trepa como una araña y salta como una araña, pero había momentos que parecía demasiado goma, demasiado informático (me gustó más el de Raimi en ese sentido).
Y otro punto negativo es que la trama se dispersa hacia tantos sitios (misterio de los padres; enfermedad de Harry; Electro; Gwen;) que a veces parece una película montada a trozos. Eso sí, reconozco que los actores lo hacen bien (Dane DeHaan crea un Harry con unas motivaciones muy convincentes, aunque su "Duende Verde" es un poco precipitado). Y hablando de él… ¿en serio un adolescente enfermo puede tumbar a dos guardias de seguridad tan fácilmente? Supongo que es una de esas situaciones de: "lo hizo un mago".
Eso sí, reconozco que me ha gustado mucho ver ese momento mítico-clásico-épico-dramático de la ATENCIÓN GRAN SPOILER muerte de Gwen FIN SPOILER, porque era algo que se esperaba desde que supimos que esta saga estaría protagonizada por Gwen Stacy (aunque levemente modificado de los cómics originales). Lo cuál me plantea otra cuestión… ¿de verdad la gente no sabe eso? Quiero decir, ya sé que no todo el mundo leerá cómics y seguirá las andanzas de Spider-man, pero creo que la SPOILER muerte de Gwen FIN SPOILER es un momento ultraconocido de los cómics del trepamuros. Realmente me sorprendí de ver que la gente se sorprendía de ver ese momento. A lo mejor es culpa mía por pensar que hay más gente por ahí que lee cómics y sabe de ésto un poco.
Para terminar, demasiada manía con rodar la acción de noche. Que queda muy bien con el tema efectos y eso, pero se hace un tanto repetitivo. Que por cierto, otra pregunta ¿no es un poco raro que haya dos grandes amenazas contra los ciudadanos, y éstos en lugar de huir se queden tras las vallas de la policía como queriendo ver el espectáculo? (un error que también cometió Raimi en la tercera parte). Es que me imagino el diálogo de los dos mendas esos que salen en televisión tras el incidente de Times Square:
-Tío, estamos tras la valla viéndolo todo… ¡vamos a morir!
-Sí! ¡pero va a ser una muerte espectacular de la leche!
PD. Yo habría finalizado la película tras el "discurso" de Gwen y alguna acrobacia de Spider-man. Ese SPOILER epílogo con Roborhino y el niño-a-tope-de-cafeína-que-me-echen-lo-que-sea FIN SPOILER, me sobra un poco.
Ale, ya me he pasado otra vez de palabras… jeje. Un abrazo!
“Se prometió algo y no sé cumplió. Y cuando ese algo no se cumple simplemente se da un paso al costado. Sobre todo cuando ilusionaste a millones de fanáticos diciendo que no se volverían a cometer los mismos errores”. Así reflexiono con el reboot de Spider-Man. Aunque no sé porque me sorprende las malas críticas que ha recibido la segunda parte. En la primera el director Marc Webb ya dejó clara su visión del arácnido. ¿Qué podíamos esperar de un cineasta que como única obra destacable es la comedia romántica 500 Days of Summer? Si con Raimi al personaje se le llenó de balas, aquí se le hizo el cajón y se le terminó por sepultar. Y más allá de lo ñoño que puedan parecerle mis palabras, es una tremenda pena. Porque desde que Christopher Nolan demostró que si se puede elaborar una historia seria usando un personaje infantil, los que estamos del otro lado quedamos babosos. Se le podría haber tapado la boca al vecino. Se le podría haber superado pero no se hizo. Es una gran decepción. Y esa no es toda la noticia: se anunció una tercera parte. ¿Pa’ qué cresta me pregunto yo? Dejen las cosas tal cuál y no jodan más; que se olviden. El mayor ícono de superhéroes del planeta ya está muerto… Al menos para mí.
A mi me pareció la mejor película de Spiderman junto con Spiderman 2. La adoré, disfrute como niño.
Mi ranking personal de mejor a peor:
1.-The Amazing Spiderman 2
2.-Spiderman 2(Casi empate con la 1)
3.-Spiderman 1
4.-Spiderman 3
5.-The Amazing Spiderman
@jose luis¿Crepusculero? Pues crepusculo habla de una mujer sin personalidad que no puede defenderse a si mismo, hace triangulos amorosos inecesarios y solo sirve para ser rescatada constantemente, curioso eso se vio en la trilgoia de Raimi.
Si no te gusta la version ultimate fusionada con el universo 616 entonces no te gusta spiderman por que raimi no pudo respetar ni uno ni otro
Ricardo que exagerado, tenemos a la mejor representacion aracnida cosa que no pudo hacer raimi, igual batman returns fue duramente criticada y no deja de ser la representacion mas exacta de batman y nolan no ayudo en nada solo sirvio en mutilar iconos importantes en vacia películas armamentistas y pretenciosas.