Crítica de Amityville: El despertar
Probablemente, junto con Los chicos del maíz, la saga de filmes de terror de Amityville sea una de las más prolíferas dentro del género, pero también de las peores, y es que ya la película original era bastante tediosa, pese a estar basada en un drama real. Después llegaron numerosas secuelas, a cada cual peor y más televisiva, con algunas cintas en las que el mal provenía de una lámpara de pie extraída del hogar o de una casa de muñecas. No podía faltar un remake insulso y carente de interés, protagonizado por Ryan Reynolds en 2005, que no hacía más que hundir un legado ya de por sí bastante olvidable.
Pues bien, el cineasta especializado en el género Franck Khalfoun, director de las muy interesantes e intensas Parking 2 y el remake de Maniac, y compañero de sangrientas tropelías de Alexandre Aja, se pone manos a la obra con esta especie de secuela-reboot, donde somos conscientes del caso real que sucedió 40 años atrás, pero también de las películas de ficción que se realizaron basándose en el caso del hijo que asesinó a toda su familia, porque la terrible casa se lo exigía.
Tenemos el A-B-C de este tipo de películas. Una familia formada por una madre y sus tres hijos se muda a la casa de Amityville, tras un terrible accidente que ha dejado a su hijo en estado vegetativo. Al poco tiempo de estar viviendo en su nuevo hogar, aparte de los extraños acontecimientos que se van sucediendo, el hijo parece despertar y empieza a dar señales de mejoría, aunque todo tiene un precio…
Desgraciadamente, pese a un inicio prometedor, una fotografía interesante, unas actrices que realizan un buen trabajo y una rica atmósfera, todo se convierte en una sucesión de sustos circenses, de esos de subir el volumen para provocar el salto de la butaca, y que al final se hacen pesados. Además, el cineasta emplea demasiados recursos sacados de las sagas de Expediente Warren e Insidious, especialmente sus efectos sonoros, su música o algún susto, quizá por tratarse de un producto de Blumhouse, empresa también creadora de sendas franquicias.
Es una pena que Khlafoun, un director prometedor dentro del género, se haya visto involucrado en esta película menor dentro de una franquicia muy aburrida. Además, el estreno pasó con más pena que gloria por las salas estadounidenses, demostrando el escaso interés por la popular mansión. Sin embargo, ya el año pasado también se produjo una nueva secuela con el subtítulo The Evil Never Dies, donde parece que el mal se introduce en un mono de juguete. Pues eso, que parece que esto nunca acaba.
Valoración de La Casa
En pocas palabras
Sorpresa: la nueva entrega de Amityville, número tropecientos, no tiene absolutamente nada que aportar. No es horrorosa, pero…