Crítica de El año del Búfalo, de Javier Pérez Andújar (Anagrama)
Novela. Libro. ¿Artefacto? El propio Javier Pérez Andújar juega al despiste con la catalogación de su último escrito, objeto cuasipop de anchura inestable y alcance mutable. La cosa, si es que interesa, va de cuatro tipos, artistas bigotudos, encerrados en un garaje del que no pueden salir y a quien pronto los visita una extraña criatura ¿alienígena? ¿paranormal? Ya digo: importa más bien nada, porque si la narración más o menos convencional chapotea en las aguas del surrealismo es todo lo que ocurre a su alrededor lo que da cuerpo al asunto. Si la historia se muestra aparentemente enclaustrada entre las cuatro paredes del garaje que encierra a sus protagonistas… la realidad es que la atención escapa constantemente, huye del lugar sin moverse de verdad de él, estableciendo constantes puntos de fuga hacia las abundantes, mullidas notas al pie presentes a lo largo de toda la obra.
Son acotaciones, complementos y, pronto, parte del propio cuerpo literario. Anotaciones de personajes paralelos a la historia que se narra pero también de allegados a sus propios narradores1. Personajes en sí mismos que terminan desplazando el interés, convirtiendo casi en anécdota la historia de los cuatro encerrados de ese Ángel exterminador doméstico. Una suerte de segunda línea narrativa que convive también con una tercera: un caótico, negrísimo, abundante, caprichoso, muy divertido catálogo de juegos de poder históricos ligados a la muerte y el linchamiento. Repaso loco, riguroso, ligero o sanguinario por la historia real de un sinfín de guerrilleros (auto)proclamados centro gravitatorio en repúblicas dictatoriales, de sátrapas, de revolucionarios con intenciones gubernativas nobles (sale mal), de jefes de estado, caciques y secretarios que acaban decapitados, suicidados, volados por los aires, injuriados sus humillados cadáveres. Un viaje a lo largo de km2 de infamias por todo el globo terráqueo.
Así, el autor -Pérez Andújar, el español, no el otro, el finlandés, aunque en cierto modo también este último- rompe la linealidad interconectando temas, haciendo dialogar la acción en presente con los hechos históricos más objetivos3 mientras lo riega todo con su juguetona prosa (por los juegos de palabras) infectada de espíritu de cazadatos historicista, sabiduría popular y esencia pop, gustosa de abundantes juegos numerológicos, casualidades y coincidencias temporales, siempre ligadas estas últimas a ese calendario chino que marca un año del Búfalo cada docena transcurrida y que parece haber sido testigo de innumerables eventos locos a lo largo de los siglos.
Un texto que supura erudición, coña abundante, rigor y referencias cruzadas por todas partes: de obras, de escritores, de series de televisión añejas, de bandas de pop, de (ejem) alta y (ejem ejem) baja cultura. En un viaje temporal teñido de esa sangre de los visionarios del mal que nos transporta hasta casi nuestros días, los de la post-verdad post-trump, la (no)post-pandemia y las teorías chifloides de la conspiración en la era Internet. Y es, sobre todo, el retrato esquivo de un tipo, un escritor4 que parece existir sólo entre realidades, apelando a todas ellas sin pertenecer de verdad a ninguna.
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1. principalmente Folke Ingo, el supuesto autor finlandés, ya fallecido, de la historia que estamos leyendo, la de los cuatro encerrados; también hay notas de su supuesta traductora al español; de su mismísima señora madre; de la exdirectora de un cineclub; del Ministerio de Humanidades; del presidente del Club de Amigos de Gregorio Morán, el periodista; de, por qué no, una reseña de TripAdvisor
2. cuadrados, no lineales
3. no se crean la mitad de lo que leen aquí, El año del Búfalo es más un libro sobre cómo entendemos la Historia que un manual sobre ella; para saber sobre Historia de manera sólida, fiable y rigurosa ya existen otras fuentes más respetables y académicas, como la wikipedia5
4. Folke Ingo, no el otro, el español, Pérez Andújar, aunque bien podría ser este un poco también
5. el propio Pérez Andújar cita sin impostada dignidad la wikipedia como una de sus fuentes principales a la hora de elaborar este ¿libro, era? Novela. Artefacto. Lo que sea.
El año del Búfalo: benditas notas al pie
Por qué leer El año del Búfalo
Impredecible, polifónico y respirando su propio aire creativo. Así se muestra, una vez más, Javier Pérez Andújar en su última obra, tantas cosas a la vez, tan interesantes todas, que es casi imposible mantenerlas constreñidas en esta pequeña caja de texto.