Crítica de Antes que el Diablo sepa que has muerto

Hace algunos meses llegó a nuestras carteleras «En el Punto de Mira«, un fallido thriller de acción que jugaba con la línea temporal avanzando y retrocediendo continuamente, teniendo como eje central el intento de asesinato del presidente de los EEUU en Salamanca. Acabó resultando un tedioso ejercicio de monótona repetición que además dejaba suelto más de un cabo, convirtiendo su mayor atractivo (el contar la misma historia desde puntos de vista diferentes a base de flashbacks y de rebobinar la cinta) en su principal verdugo.
Ha tenido que pasar medio año para que ahora llegue a nuestras carteleras «Antes que el Diablo sepa que has muerto», un juego formalmente muy similar a aquél, dirigido por el octogenario Sidney Lumet, y protagonizado por el omnipresente Philip Seymour Hoffman, Ethan Hawke, Marisa Tomei, y Albert Finney. Y como era de esperar, el resultado ha sido mucho, mucho mejor.

Así pues, la película que nos ocupa se desmonta en varias piezas que poco a poco se van reordenando hasta componer una precisa pieza de orfebrería que gira alrededor del frustrado atraco inicial, avanzando y retrocediendo en el tiempo y narrando los acontecimientos que lo preceden y siguen desde todos los ángulos posibles. Pero no hay por qué alarmarse, puesto que para seguir tan caótico planteamiento el espectador cuenta con la ayuda de avisos en forma de detenciones de la imagen y carteles informativos en todo momento de a qué personaje está siguiendo y si se encuentra antes o después del mencionado atraco, por lo que todo resulta increíblemente fácil de seguir.
De este modo, Lumet no solo evita que el guión del debutante (en cine) Kelly Masterson acabe con nuestra paciencia, si no que logra mantener el interés en todo momento, aumentando conforme se acerca a su tramo final. Pero además, la gran pericia del cineasta hace que el libreto no quede diluido en pro de una dirección tan atípica, sino que todo fluye cogido de la mano y de manera absolutamente compensada. Y así va evolucionando desde lo que a simple vista parecía un thriller rompecabezas a un drama familiar de lo más intenso, duro e inmoral, que seguramente no dejará a nadie indiferente.

Además de lo atractivo que resulta el argumento, otro gran motivo para ver la película es sin duda alguna su reparto. Todo el que deambula por la pantalla está simplemente perfecto, con mención especial para un Philip Seymour Hoffman que vuelve a demostrar que actualmente es el mejor actor de Hollywood (su facilidad para cambiar de registros empieza a ser insultante), y para el portentoso Ethan Hawke, aunque sería injusto olvidarse de las labores de Finney y Tomei.
Todos ellos se desenvuelven en un marco impecable, pues el apartado técnico es también excelente, encabezado por una elegante y absorbente fotografía que parece enfriarse al mismo tiempo que la trama.

Se le podría reprochar cierta falta de garra en su tramo inicial (que no escena), pero aún así «Antes que el Diablo sepa que has muerto» es una muy buena película, incluso estupenda en más de un aspecto. Entretiene e interesa pese al intricado y agotador montaje, que aquí se descubre como un gran logro, y además consigue atar todos los cabos de manera sorprendente, por lo que todo espectador que la vea quedará sobradamente satisfecho. Y eso pese a la dudosa moralidad del conjunto.
Es cierto que no se trata de la mejor película de Sidney Lumet (después de todo su filmografía cuenta con películas insuperables) pero sí es uno de los grandes estrenos del recién empezado 2008. Muy aconsejable.
8/10