Crítica de Atrapados en Chernóbil (Chernobyl Diaries)
Da la sensación de que el equipo que capitanea Oren Peli, ese que empezó trayéndonos Paranormal Activity y después se apuntó a prácticamente todo lo que seguía con el rollo del falso documental, se ha hecho la picha un lío. A día de hoy ya nadie sabe si se lleva el found footage, la exageración casi paródica del mismo, o el rechazo rotundo del método, pues cuando uno de los tres se agota aparece de improvisto una producción que lo reivindica, y otra vez a estirar el chicle. En medio de este mar de dudas asoma la cabeza Atrapados en Chernóbil, batiburrillo argumental y metodológico del que se hace rematadamente imposible entender sus metas artíst… Bueno, lo que sea que persiguen productos así. A saber: empieza con las imágenes que graba un chico con su cámara de vídeo (horror) mientras viaja por Europa con tres más. Después de este prólogo, ya no hay filmador amateur que se precie, y sin embargo, el estilo medio improvisado, medio «esto no es ficción» ahí sigue. El director (un tal Bradley Parker) se mueve con ellos, les persigue, se mete en medio de una conversación… Hasta recurre a todos los truquitos básicos de que dispone una cámara de a pie: zoom in, zoom out, enfoques automáticos por aquí, diafragma alterado por allá. Ahora bien, el montaje cien por cien cinematográfico también está ahí, luego la pregunta se repite: ¿qué demonios se intenta conseguir con esta película?
No se tome a la ligera ni se achaque a pretenciosos sabelotodismos la queja, que un servidor es el primero en disfrutar de un espectáculo palomitero (y mejor aún si es de género) sin tener por qué fijarse en tales pormenores. Si se hace referencia a semejante dislate técnico-artístico es porque, mal que le pese, se descubre como la más sangrante de las heridas de la cinta. Veamos: la gracia del material encontrado reside, en teoría, en que la mano del cineasta debe notarse lo menos posible. Y si lo hace, debe ser a niveles menos evidentes que un movimiento de cámara caprichoso, o una planificación excesivamente antinatural. En cambio, un director debería querer dejar su huella en una producción de corte clásico. Repito, en teoría. Lo que en práctica está más que claro es que una conjunción de ambas intenciones difícilmente saldrá bien. En Atrapados en Chernóbil nunca queda claro si se pretende tirar de hiperrealismo o de artificio cinematográfico, dando como resultado un desvío constante de la atención hacia los encuadres, los planos, los zooms y el montaje en general del producto. Y así, meterse, dejarse llevar, sucumbir a la pesadilla es misión casi imposible. Eso por un lado.
Un mundo aparte (o no del todo a fin de cuentas) es el caso del guión, firmado por el propio Peli. De algo que juegue (consiga o no su objetivo) con el realismo, se espera algo mínimamente plausible. Que el entramado se vaya por los cerros que considere oportuno, pero que la esencia se mantenga con los pies en el suelo, por así decirlo. Y hay varias formas de conseguirlo. Una opción es tratar a los personajes con naturalidad, dotándoles de reacciones creíbles a situaciones complicadas. Otra, tratar de evitar los clichés más obvios, más peliculeros. Aquí pasa todo lo contrario. Protagonistas hostiables y absurdos lugares comunes (no se puede entrar pero conozco otra forma para hacerlo, la furgoneta con la que tenemos que escapar se ha averiado…) fuerzan a tomarse la cosa en coña, y no parece que haya sido este el objetivo de sus responsables.
No lo parece porque detrás de toda esa mediocridad casi guasona, hay un esmero evidente por recrear un marco, una atmósfera francamente desoladores a la par que terroríficos. Porque se acirta en la decisión de no acabar de mostrar (salvo en su idiota epílogo) a los asaltantes de los protagonistas, grupo de turistas que visita Chernóbil destrangis y acaba encontrándose con su fauna. Y no lo parece porque efectivamente, tiene algún que otro pasaje logrado. O sea que, digámoslo sin tapujos, Atrapados en Chernóbil tampoco va a suponer una absoluta pérdida de tiempo. Lástima de lo erróneo de su planteamiento artístico, y de ese guión que no tarda en vulgarizarse tanto como para acabar convertido en un exploit del cine de zombis, de esos que no merecen más que convertirse en material de relleno de un pack de cintas de terror editado directamente en DVD…
4/10
Y en el DVD…
Warner edita la película por aquí únicamente en DVD, lo cual es más que suficiente teniendo en cuenta la calidad de la película, su escasa repercusión mediátca, y el hecho de haber sido concebida como si de un documento real se tratara. Vamos, que de nada serviría un Blu-Ray cuando la imagen y el audio ya son de por sí justitos (si bien el segundo se presente en 5.1 tanto en inglés como en castellano). Llama la atención el menú de inicio de la película, que de hecho, parece el típico por defecto que saldría al editar una cinta casera y copiarla en disco con los recursos que te pueda ofrecer de serie el propio sistema operativo con que trabajes. Por lo demás, apenas dos extras acompañan al trabajo de Brad Parker. Una escena eliminada de 40 segundos, correspondiente a la presentación de la película (esto es, los personajes hablando en una terraza. Nada más), y un vídeo de poco más de dos minutos, Teoría de la conspiración, que es más bien una publicidad viral que otra cosa y que pretende hablar de lo que sucedió en realidad en Chrenóbil, quiénes fueron los verdaderos culpables… en fin, demasiado que decir en demasiado poco tiempo.
En resumen, edición justita. Si te gustó en su día la película hazte con ella por el valor que le des, pero no esperes nada más que eso, tener la garantía de poder volver a verla en condiciones.
Interesante. Parece ser que "The Chernobyl Diaries" es una decepción universal, todas las opiniones que he oído/leído han sido negativas, en lo personal yo no la vi en la sala de cine, quizá lo haga en formato casero. Eso solo porque una trama que involucre el 'pueblo fantasma' de Chernóbil es algo que me llama mucho la atención.
¡Saludos!
http://www.totally-unrated.blogspot.com
Te diré más: buena parte de mis años mozos en el cole estuvieron marcado por Chrenóbil, en cuanto a que varios de mis amiguitos y yo nos empezamos a interesar por el tema a raíz de un documental que vimos por TV3.
Así que ya ves, soy el target perfecto para esta película, y quizás por ello hasta haya sido más benevolente de lo que debería y todo…
Ya nos contarás cuando la veas! (Se estrena hoy mismo por aquí)