Crítica de Avatar
Pues ya está. Hemos visto «Avatar» y seguimos en pie. Nuestras vidas no han experimentado un cambio sustancial y el cine como arte sigue siendo el que era. Don’t believe the hype, «Avatar» sólo es una película, pero… ¡qué película!
Si James Cameron se despertó una mañana queriendo hacer el espectáculo más grande del mundo, lo ha conseguido: se ha montado un circo de tres pistas que tiene de todo, y mucho de nada al mismo tiempo. Lo veremos.
Así que para celebrar semejante evento, os ofrecemos una crítica libre de spoilers y un poco más larga de lo habitual en sintonía con la desmesura cameroniana. Esperemos que nos perdonéis, y ya sabéis: quien quiera se puede ir abajo de todo y sintetizar varias horas de trabajo en una reduccionista nota sobre 10 (jejeje…)
Vamos.
El Nuevo Mundo
En pleno siglo XXII la raza humana se ha lanzado al colonialismo intergaláctico salvaje. El último bastión es Pandora, un planeta rico en recursos naturales habitado por los pacíficos Na’vi, una raza de seres azules de tres metros que conviven en armonía con la naturaleza. En coexistencia tensa, los humanos planean la explotación del planeta mediante la infiltración de científicos a través de «avatares», cuerpos Na’vi creados expresamente sobre los que proyectan sus consciencias. En este escenario, un soldado parapléjico se hace cargo del «avatar» de su difunto hermano con la infiltración definitiva como objetivo. Pero una vez se ha mezclado con los Na’vi, su visión del asunto cambia…
Por aquí van los tiros, tal y como pudimos ver en unos trailers que dejaban poco espacio para la imaginación y que se confirma y concreta en una capacidad de sorpresa nula. Sí, señores y señoras, «Avatar» es justo lo que parece.
El síndrome «Titanic»
Pero a parte de esta inexistente capacidad sorpresiva, el mayor defecto de «Avatar» se deriva de su propia bestialidad conceptual: es tan excesiva en su planteamiento que se ve obligada a gustar a todo el mundo, a llegar a todo tipo de público, de modo que desprecia cualquier posible muestra de mala baba, salida de tono o rasgo más o menos «autoral», por lo menos en el sentido más clásico del término. Posiblemente queriendo escapar del «PG-13» -¡y el caso es que no lo ha logrado!(1)-, Cameron opta por una historia de «valores tradicionales» (amor, pacifismo, aprendizaje), en una película que busca abiertamente un carácter de «universalidad». Lo cual podría ser una virtud, pero se convierte en un defecto en el momento en que el director decide hipotecar un guión más audaz para pisar directamente terreno Disney.
O peor: terreno «Titanic». Porque con el taquillazo de 1997, Cameron parece haberse visto obligado a repetir la gesta, y le ha salido a grandes rasgos algo parecido: la historia de amor y la utilización de los conceptos de heroísmo y redención son casi de estudiante de cine de primer año. El sentido de la aventura y el pulso narrativo en los momentos de acción, de auténtico maestro. El equilibrio entre ambas facetas viene determinado, como decía, por el interés comercial (que tiene que aspirar a ser el máximo, no lo niego), y también por el interés que pueda tener Cameron (o JC) en forrarse de nuevo de Oscars y en autocoronarse de nuevo «Rey del Mundo».
Que sí, que con el poderío visual que rezuma la cosa ¿quién quiere una historia potente? Pero es que no estamos ante el nuevo capricho de Emmerich ni el último bofetón de Michael Bay, sino ante la nueva obra de uno de los mejores realizadores del cine comercial americano de los últimos 20 años: cualquier habitante de esta Casa tendrá con toda seguridad entre sus películas de cabecera algún que otro hito de Cameron: empezando por los dos «Terminator», «Aliens» o incluso «Abyss».
Por eso duele especialmente la poca atención que ha prestado el director y guionista a detalles tan «accesorios» como ese argumento del que hablaba, trufado de tópicos y lugares comunes, con unos diálogos de parvulario o los propios personajes que lo habitan, paradójicamente bidimensionales y dolorosamente previsibles. Conviene, como ya os imaginaréis, agarrarse bien a la barra de seguridad de la vagoneta para disfrutar de la montaña rusa, pero sin hacernos demasiadas preguntas. De lo contrario, al cabo de veinte minutos de haber empezado la película ya sabremos por dónde va a transcurrir todo y seremos capaces de predecir la evolución y todas y cada una de las reacciones de los personajes.
Batiburrillo temático y batidora referencial
Volvamos al guión. Me planteo si a lo mejor tendría que haberse quedado callado JC y haber dirigido su película sin dar demasiadas vueltas a si debería tener, o no, un argumento más o menos desarrollado.
Pero Cameron sabe que detrás de una buena película de acción tiene que haber por lo menos un buen puñado de conceptos interesantes para trascender (algo) el género. Y aquí en lo que se embarca es en una papilla New Age que no termina de penetrar una superficie filosófica neohippie, dejando que su reivindicación ecologista apenas arañe.
Con lo que en «Avatar» hay de todo, pero poco: se presenta como una metáfora indisimulada hacia el avance destructor de la tecnología sobre la naturaleza. En especial, no es difícil ver un paralelismo entre la campaña militar en Pandora y la actuación armada norteamericana en toda su historia: si podemos establecer una relación entre los humanos de «Avatar» y las campañas militares -por ejemplo- en Oriente Medio, también podemos irnos más lejos y ver a los Na’vi como una suerte de nativos americanos a las puertas del etnocidio. No en vano, los habitantes de Pandora lucen una apariencia casi cherokee. Demonios, si ni siquiera falta el plano del Na’vi soltando una lágrima ante un árbol talado. Sí, hay algo de parodia involuntaria en todo esto.
O podemos ir más allá aún: los humanos, superiores en armamento y en avances científicos pretenden «culturizar» y salvar de su primitiva ignorancia a sus azules oponentes al más puro estilo Cristianismo.
Pero Cameron, antes que un director, es casi un ingeniero, un experto y amante de la tecnología más puntera y poco sospechoso de comportamientos apocalípticos, de modo que lo que probablemente plantee sea una posible coexistencia entre avance científico y naturaleza, aun dificultada por el hambre expansionista humano.
Por eso combina conceptos desarrollados a partir dela tradicional «Realidad Virtual» con elementos de las religiones puramente totémicas (no deja de ser parecida la relación de cada humano con su «avatar» a la de cada Na’vi con su dinosaurio volador), y contrapone las jerarquías militares tecnificadas con las estructuras sociales chamánicas.
Pero no nos equivoquemos, todos estos conceptos no son más que apuntes referenciales que quedan sin profundizar y crean un marco en el que se encuadra esa historia que, como decía, resulta bastante obvia. Quien quiera ver en «Avatar» un nuevo hito de la construcción narrativa postmoderna es libre de hacerlo. Por mi parte, más bien me parece que «Avatar» es a las actuales corrientes «buenrollistas» (2) lo que «Matrix» fue a la filosofía ciberpunk. O sea, una simplificación de unos preceptos populares presentados de una forma bastante naïf e inofensiva. Y en el caso que nos ocupa, casi hasta pasada de moda.
Y poco original. Que en «Avatar» no es difícil ver referencias tomadas de aquí o de allá: remite a la leyenda de Pocahontas y a «El nuevo mundo» de Malick. Cuenta una historia de amor con un planteamiento prestado de «West Side Story» (o de «Romeo y Julieta», ya puestos). Algo hay de la estética y el argumento de «Apocalypto». Otro algo del tono visual del «Episodio II» de «Star Wars». Y una épica acorde a la de «El señor de los anillos: El retorno del Rey»… Nada que objetar, esto es un pastel postmoderno, y como tal tiene que defenderse, y al final con todo acaba funcionando como síntesis de todos sus precedentes y, más interesante, de la propia cosmogonía cameroniana: muchos de los aciertos del director aparecen «remasterizados» en «Avatar». Empezando por esa concepción dual que comentaba (historia de amor vs. película de acción) tipo «Titanic», hasta los ambientes científicos de «Abyss» (el tratamiento del color es muy parecido en varios momentos), pasando por la armería bestiaja del segundo «Terminator». Y dos autoreferencias directas, porque él lo vale: las armaduras robóticas gigantescas parecen sacadas directamente de «Aliens», y la escena aérea encima de la nave de combate recuerda (¡oh, sí!) a «Mentiras arriesgadas».
Y ahora, que empiece el espectáculo
Vayamos a lo bueno, a lo que ha hecho que (lo suelto ya) «Avatar» se me haya quedado pegada en la retina desde el momento en que la vi y por lo menos hasta que la vuelva a ver, que será en breve.
Estamos ante una película tan jodidamente grande (perdonad mi francés) en su aspecto puramente «visceral» -fotografía, color, efectos digitales, ritmo- que todo lo contado hasta el momento queda convertido en nada, en tontería, en futesa sin importancia.
«Avatar» es sólo una película. Como decía no cambiará la percepción del cine a nadie, ni marcará de manera radical el camino a seguir. Pero aceptando esto, es una experiencia brutal, el mejor uso del 3D visto hasta el momento en dos horas y tres cuartos de desmadre visual, de aventura en estado puro y de delirio casi infantil.
El diseño de los paiajes, de las criaturas, de la flora, de los propios Na’vi. Todo, TODO está cuidado al detalle, con mimo y con sabiduría.
Hay planos de un preciosismo visual (especialmente las noches en Pandora) abrumador, y la escalada de acción es apabullante, reforzada por ese uso de la imagen estereoscópica que comentaba.
Al respecto, el director se muestra sabio en su planificación colocando la cámara directamente dentro de la acción. Entre los soldados, tras cristales, en pasillos; a una altura humana, sacando partido de las texturas y el mayor rendimiento posible del 3D haciéndonos creer que estamos dentro de la película, no sólo en una sala de cine con objetos flotando delante nuestro.
Y cuando se pone más Cameron, cuando la acción toma protagonismo, convierte lo digital en físico, los casquillos te rebotan en los pies y las explosiones te acarician la cara. Y queda claro quién es el puto amo en la acción blockbuster: el pulso de las secuencias más trepidantes, el modo en que se mueve la cámara, la planificación y en especial el montaje, todo está milimetrado y al servicio del espectáculo. Todo llevado con mano maestra, con la experiencia de un genio.
Por su lado, los actores están estupendos aun enfrentándose a mamotretos del calibre del coronel Quaritch (Stephen Lang), a tópicos como Norm (Joel Moore) y Trudy (Michelle Rodriguez) o a mindundis como Selfridge (Giovanni Ribisi). Siguorney Weaver está fantástica sólo por el hecho de ser Sigourney Weaver y la pareja protagonista (Sam Worthington y Zoe Saldana) tienen la química suficiente aun en sus facetas azul pixel.
Y mención especial para la música, una maravillosa partitura de James Horner que se las tiene que ver, eso sí, con la patosa canción-de-la-película de turno (si se puede rascar otro Oscar más, mejor).
Conclusión
«Avatar» es desde ya un clásico del mismo modo que lo fue «Titanic». Lo cuál no prueba unos valores cualitativos reales, pero sí una gran capacidad de ceñirse a unos códigos cinematográficos más o menos universales e intemporales basados por un lado en las grandes historias del clásico de Hollywood y por otro en el cine como puro espectáculo.
Ya lo habéis leído: el guión de «Avatar» de tan clásico es tópico, casi anacrónico, con lo que su valor está situado en otro lugar: concretamente en la capacidad de su director de hacernos vibrar durante casi tres horas mesiánicas y excesivas, de hacérnoslo pasar como críos y de crear un universo propio basado en mil y una referencias pero en el que todo cuadra mágicamente. Por eso, aunque en términos de análisis más o menos académicos la cosa no pasaría del correctillo 5, un servidor la despacha con un rotundo
9/10
(1) Según la Motion Picture Association of America, las batallas, aún sin gota de sangre, son «demasaido épicas», hay lenguaje inapropiado, concretamente la palabra shit (ains), y algun personaje… ¡fuma! Por mi parte yo creo haber detectado algún que otro pezoncillo durante la peli. Si así fuera, teniendo en cuenta la mojigatez supina de la MPAA en estos temas, quedaría explicado el asunto. Surrealista.
(2) A saber, el interés renovado por las culturas ancestrales, la preocupación medioambiental y los conceptos de conexión con la naturaleza, paz y harmonía kármika
Como te envidio, yo aun tengo q esperar mas días mordiendome los dedos T_T
Aun no la he visto ando algo ocupado en la universidad….pero para mi Cameron sera el rey del mundo otra vez….Me gusta mucho tus criticas eres muy efusivo cunado te agradan o te desagradan las citas un saludo tio…
Matias, mientras no pases de los dedos no habrá problemas… Eso sí, cuando la hayas visto, te invito a que entres y rebatas mi hiperbólico 9 ;)
Caballeroscuro, no te preocupes, que la peli ni siquiera se ha estrenado aún. Lo hará este próximo viernes 19. Y luego tranquilo, que en cartelera durará eones, así que no te la pierdes ni de coña.
Gracias por lo de mis críticas. La verdad es que a veces sí me doy cuenta de que soy muy efusivo. En ocasiones me parece que incluso demasiado. Pero mirad, para la mesura y la templanza ya están los medios convencionales, ¿verdad? Siempre es más divertido hacer sangre o alabarlo todo exageradamente, ¿no?
Y sí, mola ver las películas antes que nadie. Es lo bueno de los pases de prensa, que luego podemos ir fardando por nuestros blogs (jejeje). Lo malo es cuando el pase de prensa es el día antes del estreno. Entonces tenemos que hacer una "crítica express" sin poder reposar demasiado las impresiones. Lamento que algunas de mis críticas hayan podido ser de este tipo, sinceramente estoy más contento con las que he trabajado más. Como esta misma de "Avatar", sin ir más lejos.
En fin, saludos gordos a los dos! Gracias por pasaros y por comentar. Nos vemos por aquí!
Para mí esta peli es brutal, colosal. Es cierto que es típica en muchos sentidos, clásica, comercial y tararí ta tí… pero es de estas pelis que te llenan y sales de la sala de cine diciendo ¡qué pasote!
Y me ha encantado tu crítica, ¡de pe a pá!
ps: los efectos especiales, increíbles! (aunque dentro de diez años quizás nos parecerán basurilla)
Pues sí, nita, creo que somos legión aquellos a los que nos ha gustado. Nunca es garantía de nada que algo guste a mucha gente, pero creo que en este caso es acertado. Todo el mundo coincide en que el guión es muy flojo, pero que todo el apartado técnico es de meá y no eshar gota. Todo el mundo está disfrutando como enanos de "Avatar", así que vamos a tener que dar un tirón de orejas al Capi, por soso
En cuanto le vea le pegaré un pequeño rapapolvo y le humillaré ante quien tengamos delante, jejeje
Ais, y gracias por el cumplido! :D
Saludos!
Perdón por meterme (lo creo posible desde el momento en que mis orejas están en juego!)… pero
a) yo no salí diciendo qué pasote…lo hubiera hecho de no durar tanto!!!
b) la legión de admiradores incondicionales de la película (críticos USA incluidos) son cada vez menos, lo cual es normal, claro, pero también vendría a reflejar cierta "necesidad de que nos guste" un tanto excesiva. Recordad que si la peli fracasa comercialmente, el cine entero se va a pique! Ojo, no me refiero al comentario de Blutarsky, que de buena tinta sé que se extrajo más que nadie y que la vio antes de leer críticas de otros medios…básicamente porque aún no la había visto nadie.
De todos modos, creo que ahora es normal que haya cierto entusiasmo, pero veréis que el tiempo me da la razón, y que cuando abráis los ojos, vendréis a arrodillaros ante mí, pedirme disculpas y decirme la razón que tego, lo mucho que valgo y lo bueno que estoy. je!
Dales duro, Bluto!!!
No seré yo quien celebre el espectáculo visual como tal, sino que el tan deliberadamente simple guión ve amplificado su mensaje gracias al uso del 3D y de los efectos.
"No vendamos ecología, metamos al espectador en Pandora y que la viva", lo mismo que pasa con los Avatares, mucho más expresivos que los personajes de carne y hueso.
Acción, espectáculo y tener claro que la forma prima sobre el fondo, eso ha hecho Cameron.
Eso sí, con un 7 en la nota ya iba bien ;)
1 saludo!
Sí, pero es que se trataba de que la nota fuera tan jodidamente hiperbólica como la película en sí. De ahí el 9, jejeje…
Muerte al juicio. Larga vida al soma
Saludo!
redrum (por meterme donde no me llaman), me parece bien, pero y si el espectador no se quiere conformar con un mero documental sobre un planeta? porque para ver eso, ya tengo el Imax, donde ponen unos documentales con 3D mucho mejores y, lo que es mejor, una duración mucho más corta! nah, no me hagas mucho caso, que más pienso en Avatar y más mal me cae la peliculita (eso sí, a la dos iré tan rápido y exultante como fui a ver esta)
Hay capitan estas mal tio, claro q avatar es buena osea…. Pluto buena puntuacion y entiendo loq ue quieres dar entender… es mejor q no opines mas capi jejeejeje ( es broma)…
Bueno, anoche tuve la oportunidad de ver la pelicula con mi novia en 3D (lo aconsejo obligadamante para poder disfrutarla completamente), y no hay duda que los efectos visuales, el uso de la cámara y la fotografía, paisajes, vegetación y hasta cierto punto (aunque no sorprende en demasía) su fauna son simplemente impresionantes aunque en mi opinión sigue teniendo el mismo ingrediente de casi todas las peliculas del tipo ciencia ficción: mucho ruido y pocas nueces (muchos efectos y pobre argumento), la historia es muy predecible y como dijiste en tu crítica (muy buena por cierto), sólo con verla los primeros 20 minutos, ya se sabe en qué va a acabar la cosa. Una historia de amor en la cuál (muy diferente a la vida real) la pareja termina feliz como en casi todo cuento estilo Disney, la interminable hambre humana por acabar con todo lo que sea verde (no importa en qué planeta sea), pero fuera de los efectos especiales, el ambiente en 3D y la música, para mi es una historia más, un clásico como Titanic, pero nada mas. Se hubiese podido profundizar más a mi parecer en lo ecológico pero obviamente esto se puede contraponer a lo comercial y en eso Hollywood no hubiese perdonado tal ofensa. Pero es entretenida y vale la pena verla, también le doy 5 puntillos en general y 9/10 por la música y los efectos. Saludos
Bueno me confienso soy ecologiste y sencible al ambiente por eso me gusto el mensaje q dejo… La historia quedo en segundo plano muy comun y felices por siempre….
Aún contando situaciones desagradables, es una película tremendamente vital, paradójicamente me hizó sentirme bien.
Hola!.. Es mi película favorita!! ;)
Me alegro Chiquinquira. Hay mucha gente que la adora… Vamos, que no estás solX ;)
Un saludo!
Excelente critica.Confieso que la primera vez que vi Avatar no me gusto pero acababa de suspender un examen puede ser la explicación.Luego la volvi a ver en bluray tranquilo sin preocupaciones y me gusto mucho.Nunca me habia pasado esto con una película.
Jeh, sí, a veces pasan estas cosas con el cine.
Uno ve una película y la siente de una manera. Y luego la vuelve a ver, en circunstancias totalmente distintas, o bien después de un tiempo prolongado, o lo que sea, y las sensaciones pueden llegar a ser diametralmente opuestas.
Es una de las grandezas del cine, no?
Saludos, espero que pudieras recuperar ese examen, jeje…