Crítica de La balada de Buster Scruggs
Los hermanos Coen siguen siendo los amos. ¿Que Netflix les subvenciona una película y es un canal que, le pese a quien le pese, se reconoce más por las series? Pues marchando una película… a base de episodios. Lógico, ¿no? En La balada de Buster Scruggs volvemos al lejano oeste, terreno conocido. Abrimos un libro ilustrado y de ahí pasamos a la primera de las minipelículas de las que se compone el metraje total, de más de dos horas: o sea que no sólo son episodios, es que es una oda a la ya clásica práctica de la maratón netflixiana, ya oficialmente asentada como nueva forma oficial de consumo de cine y series (¿Ir al cine? ¿Esperar un episodio cada semana? Qué anticuado suena). Y a lo atracón: se acaba un capítulo, se pasa página (literalmente) y vamos a la siguiente historia.
Pululan por aquí desde Liam Neeson a Zoe Kazan, de Tom Waits hasta (ups) James Franco. Y protagonizan entramados de todo tipo, desde los westerns más clásicos o crepusculares a hipérboles sobre la actualidad. Por supuesto, no faltan a la cita los punzantes toques de humor negro, irónico, o estudiadamente salidos de madre. El surrealismo fumado, muy contenido pero no por ello menos desquiciado. Y la música (que por algo se llama como se llama) ocupa un lugar destacado tanto abiertamente, como en la primera de las historias, como de forma más indirecta, como el hilarante capítulo centrado en la recitación, muy acompasada, de Ozymandias. Así que sí, el formato se antoja extraño, pero esto es cien por cien Universo Coen. Celebremos.
¿Que por qué con menos entusiasmo que en las grandes ocasiones? Porque como en todo recopilatorio de cortos, algunos interesan más que otros. Porque al final, el carácter anecdótico de los mismos se contagia al cómputo global. Y en ocasiones se hace pelín frustrante, pues la mayoría de minipersonajes podrían haber dado trabquilamente para un largo marca de la casa. La balada de Buster Scruggs es un divertimento, algo así como el habitual intermezzo que los de El gran Lebowski suelen calzar entre sus obras capitales. Es de suponer que tras esta antología, que además parece ser una despedida de su parte al género en cuanto a que toda todas sus facetas, llegará la nueva obra maestra de los Coen. Mientras tanto, divirtámonos con lo que ahora nos proponen.
Trailer de La balada de Buster Scruggs
Valoración de La Casa
En pocas palabras
Los hermanos Coen meten pie en Netflix, y proponen un variopinto compendio de historias del lejano Oeste sin demasiadas pretensiones, y sí mucha voluntad de entretenimiento. Obra menor en su filmografía, pero notable en cualquier caso.