Crítica de Banda aparte (Bande à part)

Banda aparte

Asumimos que el cuerpo creativo de Jean-Luc Godard es tan vasto, tan inabarcable, tan mutante en ambiciones y logros que al final su figura es única, feliz rara avis en la historia del cine. Y tenemos que aceptar, también, que con fluctuaciones y siempre sujeto a las filias y fobias, a las adhesiones y alergias que pueda suscitar en el espectador, toda la obra godardiana se puede enmarcar en la categoría de indispensable. Esto por norma general. Pero además podemos tomar en consideración que la primera década de vida cinematográfica del realizador goza de especial relevancia crítica, del favor de casi todo el mundo. Y ahí es donde se encuentra, como un pequeño punto de fuga, una relajación de las formas tras la afiladísima y esencial El desprecio, esta Banda aparte. Justo ahí está, encuadrada en una época fértil, entre algunos de sus logros mayores (es inmediatamente posterior a la citada El desprecio, previa a Pierrot el loco, Alphaville y Masculino femenino y contemporánea a Una mujer casada) rubricando una etapa que vendría precedida pocos años después (lo que en términos godardianos significa otro nutrido puñado de películas) por su etapa marxista. Godard se pondría al frente del llamado «Grupo Dziga Vertov» y daría una nueva pirueta ideológica a su cine y a su ideario. Pero eso vendría después.

Porque en Banda aparte aún cabrían los juegos estilísticos, el bailoteo de géneros con el cine de Hollywood entre ceja y ceja, siempre con la voluntad de reverenciarlo o dinamitarlo. Algo cuya mecha ya prendió con Al final de la escapada y que, qué demonios, nunca ha abandonado del todo la obra del director. En este caso, Godard vuelve sobre el cine negro clásico pasándolo por el filtro del polar francés y partiendo, dicen, de Fool’s Gold, novela noir de Dolores Hitchens que finalmente queda deconstruida hasta lo irreconocible: como decía, Godard practica la reverencia, pero no necesariamente para la suplantación. Las formas están -la temática de fondo, la voz en off-, la iconografía es razón de ser, pero el resultado final dista mucho de la narrativa clásica.

En Banda aparte la ruptura llega a través del tono. Esta historia de una pareja de atracadores mitómanos de medio pelo (Sami Frey y Claude Brasseur) que proyectan un golpe pero cuyos planes se van casi al garete al conocer a la joven Odile (Anna Karina) no discurre por las sendas narrativas preestablecidas. Al final, lo que Godard pretende es partir de todo ello y jugar con el estilo para construir una película eminentemente sentimental. Una radiografía de los personajes más que de sus acciones. Una comedia pop con trasfondo psicologista y ambiciones generacionales. Al fin y al cabo esto gira sobre un trío joven; o mejor, sobre una pareja de amigos a la que pronto llegará el elemento desestabilizador. Odile. Pero al cabo, ¿qué es la juventud si no desestabilización y, con ella, riesgo, peligro y vitalidad?

Al respecto, perdurará en la memoria cinéfila el emblemático baile en la cafetería, uno de las imágenes más icónicas de Karina, tan popular como aquel celebérrimo primer plano en Vivir su vida. Y se hablará hasta el fin de los tiempos de su maravilloso diseño de la narración a través de la música, el sonido y la voz en off. Ese momento en que el trío parece forjarse y fijarse para siempre a través de un baile aparentemente improvisado, perfectamente coordinado. Y especialmente esos precisos instantes en que la música desaparece para revelársenos, vía narrador omnisciente, lo que cruza el pensamiento de cada uno de los jóvenes en ese momento: reflexiones sobre sí mismos y sobre su impacto en el mundo; conjugación de imágenes y texto con un marcado sentido de lo autoconsciente.

Y es que Banda aparte es puro juguete, poderoso ejercicio de estilo con sustancia y capacidad lúdica y una declaración de amor por la puesta en escena, en este caso cuidadamente descuidada mediante la fotografía en blanco y negro, contrastado pero luminoso, de Raoul Coutard. Y, como de costumbre, el director logra acceder y transmitir frescura eterna, infinita libertad en el lenguaje. Especialmente en esta película que se aleja de los ejercicios más intelectualizados del Godard más políticamente puntiagudo (ojo, que aquí tampoco deja de haber mirada crítica) para convertirse en una auténtica gozada cinéfila, una historia cómplice y una aventura divertidísima.

Pequeñas palabras mayores.

 

Y en el DVD…

Pocas sorpresas en la edición de A Contracorriente Films excepto, quizá, en su característica técnica más celebrable: se han tomado para esta copia de la película diversos materiales procedentes del sello esencial The Criterion Collection; lo que garantiza una calidad de video y audio, en castellano y en su versión original francesa con subtítulos opcionales, francamente notables. Por lo demás, la edición se completa con el libreto habitual, en esta ocasión un estupendo Ménage à trois en que Albert Galera disecciona algunos de los estilemas godardianos presentes en la obra y los más destacables avatares de la producción. Y con un par de entrevistas breves, una de unos diez minutos dedicada a Raoul Coutard y otra de casi veinte con Anna Karina. Chicha. Además, trailer y las fichas técnica y artística terminan de completar una edición que, de nuevo, brilla con fuerza por su cuidada presentación, pero especialmente por la calidad y notoriedad de la película en cuestión. Que en este caso vuelven a ser incalculables.

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Xavi Roldan empezó la aventura casahorrorífica al poco de que el blog tuviera vida. Su primera crítica fue de una película de Almodóvar. Y de ahí, empezó a generar especiales (Series Geek, Fantaterror español, cine gruesome...), a reseñar películas en profundidad... en definitiva, a darle a La casa el toque de excelencia que un licenciado en materia, con mil y un proyectos profesionales y personales vinculados a la escritura de guiones, puede otorgar. Una película: Cuentos de Tokio Una serie: Seinfeld

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Comentarios

  1. Oh, me habéis tocado el corazoncito!!! Una de mis películas favoritas, no solo de Godard sino de toda la década de los 60, y mira que es completamente cierto eso que decís de que simplemente es un divertimento puro y duro (al igual que Al Final de la Escapada o Una Mujer es una Mujer), no tiene nada que ver con ese estudio primoroso sobre como tergiversar las reglas clásicas cinematográficas que era Vivre sa Vie, ni ese concienzudo análisis de la imposibilidad creativa/amorosa que es El Desprecio (ésta sí, mi peli favorita de Godard y de los 60) o sus comienzos de denuncia, aunque no tan radical como posteriormente, política (El Soldadito) o bélica (Los Carabineros); pero precisamente en su ligereza reside gran parte de su encanto, en su baile, en la belleza de Karina, en sus carreras por el Louvre, en su libertad narrativa, creativa y expositiva, y por ser el ejemplo perfecto de todo aquello por lo cual los años 60 supusieron una de las épocas más creativas (y aquí cada uno que interprete para mejor o peor) de la Historia del Cine

    Sin duda hablar del corpus creativo completo de Godard es, más que un suicidio, un trabajo de chinos puesto que no es solo uno de los directores más prolíficos de la historia, sino que además su evolución ha sido tan radical que sus inicios y su actual cine no tienen mucho (por no decir nada) que ver. Supongo que yo seré de los clasicotes al decir que me quedo con sus 15-20 primeros años de Cine, cuando el intelectualismo aplastante aun no había aparecido y cuando guardaba una línea narrativa mucho más marcada (aunque posteriormente tenga cosas que me interesan mucho como Nuestra Música, For Ever Mozart, Elogio del Amor o la mayor (y mejor) obra audiovisual de la historia, como es Histories du Cinema (y ésta si que es para escribir largo y tendido sobre ella)) o pq simple y llanamente aparecía una de las mujeres más bellas que he visto en una pantalla de cine como era Anna Karina

    (Continua en el siguiente)

  2. (Continuación)

    Por cierto Xavi, has sido todo un valiente, en otras páginas, calificar la obra de Godard de "imprescindible" hubiera supuesto el linchamiento público del editor y la demolición de la página a base de troleos incontrolabes (solo es necesario mirar las críticas de Filmaffinity a las pelis de Godard o en LHP cualquier noticia relacionada con él). Afortunadamente aquí eso no sucede y uno se puede expresar libremente sin recibir adjetivos descalificativos por parte de otros, y como evidentemente yo no soy de esa opinión, reivindico a Godard como uno de los creadores más importantes de la Historia (y creo que esto es una opinión objetiva, porque te guste o no Godard, no ha habido otro como él (o al menos tan fiel a su radicalismo durante toda su trayectoria)), algo indispensable para ver (y sobretodo, entender) que el Cine como medio expresivo es algo infinitamente amplio, rico y moldeable al gusto del que, creo, debe de ser el mayor exponente artístico de una película, su director. No sé dónde leí que la gente critica mucho el Cine de Godard pq nada de lo que ve en él le parece auténtico, todo le parece falso (diálogos, situaciones) y no creen que nada en ellas tenga sentido, y la verdad es que no van desencaminados, pq Godard siempre afirmó que el Cine no es real, es una representación de la realidad y como representación se puede modificar al gusto de cada narrador, que no entendía esa tendencía de la mayoría del Cine de ir hacía el "hiperrealismo expositivo", y que lo que realmente le interesaba hacer con su Cine era dejar a la vista de todos los espectadores las "costuras" de una película para darle la misma importancia a la construcción de sus películas (que tienen muchísimo de expresivas) que a los discursos/historias que contenian las mismas

    Vamos, que esta tarde misma voy a por el Dvd!!!! Gracias por tremenda reseña y saludetes compañeros!!!!

    PD: Alguien está deseoso de saber que COJONES va a hacer Godard con el 3D en su próxima peli¿¿??¿?¿?¿? Si alguien, le puede dar otro sentido a ese formato del que se le ha dado hasta ahora (de nuevo, para bien o para mal), es el octogenario gabacho

  3. Querido Bracero!
    Tus comentarios me producen reacciones encontradas. Una negativa (que dices tanto y tan bien que luego no sé qué más decir ya). Y todo el resto positivas.
    Así que gracias por tus palabras, como siempre. Por compartir con nosotros esta cinefilia salvaje que nos da vida a todos, nos lleva a comportarnos como adictos peligrosos en esto del visionado de películas y, sí, nos permite valorar cine como el de Godard por el simple hecho (ya lo has comentado tú) de ser arriesgado, distinto, audaz, personal.

    Así que eso debes saber: aunque a veces mis respuestas a tus comments no sean excesivamente amplias, estos siempre son bien recibidos y ampliamente aceptados… y agradecidos, claro. Amos, que nos alegras un poquito más el día.

    En otras palabras, que así da gusto, narices!

    Un abrazo gordo!

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