Crítica de Bárbara (Barbara)

Bárbara

Cada cinematografía tiene sus filias, y si de la española es recurso fácil decir que sólo se habla de la posguerra, en Alemania cunde casi más que el propio nazismo el telón de acero, que si bien afectó a toda Europa, tuvo en el muro de Berlín su más significativo golpe de efecto. Es precisamente este el, si me lo permitís, telón de fondo de Bárbara: nuevo acercamiento indirecto a la Alemania dividida, esta vez desde el punto de vista de una mujer que llega al pequeño hospital de un pueblo bajo la atenta mirada de unos y otros. Por un lado un médico del centro, superior suyo, pero en apariencia simpatizante de algunos de sus ideales, o por lo menos de sus aptitudes como profesional y como doctora; y por el otro, un par de representantes de la Alemania Occidental, que constantemente están investigándola, acosándola, entrando en su apartamento, para buscar pistas que le impidan volver a cruzar la frontera, abandonar definitivamente la RDA y regresar a los brazos de su pareja, a quien debe ver destrangis. Ella, por cierto, es la siempre correcta Nina Hoss (La masai blanca), habitual de un Christian Petzold que se llevó el Oso de plata en la pasada Berlinale por su trabajo tras las cámaras.

Premio más que justificado, y es que como mínimo la mitad del éxito del film reside, precisamente, en su labor tras las cámaras. Petzold apuesta por un acercamiento silencioso, por vías muy secundarias a la cuestión alemana, sin que por ello quede desdibujada la gravedad de la situación. Se sigue únicamente a Bárbara, caso como cualquier otro de los que se vieron afectados, y no se aparta la mirada del pueblo en que ocurre la acción. Todo se mantiene muy acotado, de manera que jamás se abandona la condición de drama íntimo, humano, minimalista. Buscando, en definitiva, que al espectador le resulte casi palpable el enrarecimiento del ambiente, la pesadez de una tesitura cuyas dimensiones se le escapan, pero no su peligrosidad. Y no cabe olvidar que todo transcurre en el mundo de la medicina, lo cual abre un contraste de posiciones de lo más suculento: la diatriba entre el mirar por uno mismo y sacrificarse por los demás (porque la profesión así lo fuerza) ensalzan las labores no sólo formales, sino también como guionista del alemán.

Nina Hoss y Ronald Zehrfeld - Bárbara

Aunque aquí una nota discordante: si el planteamiento del cineasta se antoja del todo acertado, y su voluntad por no desviar nunca el tiro (a nivel formal, al menos) es conseguida con creces, choca un tanto cierto maniqueísmo con el que se retrata la figura antagonista. El Petzold guionista se ceba con el oficial Klaus Schütz (interpretado por Rainer Bock) y su asistenta, los convierte en poco más que autómatas más dignos de una sátira que de un supuesto relato hiperrealista, y al primero además le reserva un twist demasiado forzado. Sirve, este giro, para acabar de definir la figura del doctor a quien da vida Ronald Zehrfeld, sí; y para que Bárbara se replantee ciertas ideologías. Pero supone un giro hacia la ficción demasiado brusco, antesala de una conclusión que a punto está de echar por tierra todo el trabajo de rigurosidad previo.

Suerte de la presencia de la Hoss, el otro 50% del éxito, si no más. La actriz adopta para la ocasión un gesto duro, sufridor en silencio, si bien en su trato con los pacientes (la presencia de alguno de ellos, muy significativa en su vida) se descubre cálida y sacrificada, mientras que su relación con el doctor (más que con su pareja) pone en evidencia sus lagunas personales de manera paulatina, y en entredicho esa supuesta seguridad que ostenta ante los reveses de la vida. Una interpretación perfecta que enseguida consigue la simbiosis deseada con el espectador. De modo que si ese clímax final traiciona el hasta el momento estremecedor realismo que se llevaba Petzold entre manos, compensan la balanza ingentes dosis de sufrimiento gracias a una actriz empática y sobradamente capaz de transmitir la eclosión emocional por la que pasa su personaje en los minutos finales.

Nina Hoss - Bárbara

En definitiva, Bárbara es un drama muy sólido sobre una cuestión que sigue coleando y de qué manera en la sociedad germana. Un retrato pequeño pero conciso y exhaustivo del sentimiento de miedo generalizado, que de paso habla de tú a tú al espectador y le plantea cuestiones interesantes para invitarle a la reflexión y el autoanálisis, más allá de la historia de un país que no necesariamente tiene por qué importarle demasiado. Sin embargo, el trabajo se ve deslucido por un tramo final demasiado simplón, en el que se opta por una conclusión dramáticamente intensa, pero forzada. Una lástima, pues rebaja varios enteros a una de las interesantes del año.
7/10

Por Carlos Giacomelli 

Y en el DVD… 
Edición muy interesante la que Cameo propone de esta película. Lejos de lo esperado, se presenta con tres pistas de audio (versión original, castellano y catalán, con subtítulos en sendos doblajes) y con un nivel visual por lo general muy elevado. Pero es que además incluye suculentos extras en forma de:

  • Entrevista de 24 minutos a Christian Petzold (director) y Nina Hoss (protagonista);
  • Presentación de la película, de unos 25 minutos, a cargo del crítico Xavier Leherpeur;
  • Ficha técnica y artística.

Más que de sobras para disfrutar de la película en condiciones e ir un poco más allá en su universo.

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En diciembre de 2006 me dio por arrancar mi vida online por vía de un blog: lacasadeloshorrores. Empezó como blog de cine de terror, pero poco a poco se fue abriendo a otros géneros, formatos y autores. Más de una década después, por aquí seguimos, porque al final, ver películas y series es lo que mejor sé hacer (jeh) y me gusta hablar de ello. Como normalmente se tiende a hablar más de fútbol o de prensa rosa, necesito mantener en activo esta web para seguir dando rienda suelta a mis opiniones. Esperando recibir feedback, claro. Una película: Jurassic Park Una serie: Perdidos

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