Crítica de The Bee Gees: How Can You Mend a Broken Heart
Por 25 pesetas, grupos que hayan definido la historia de la música: los Beatles, los Rolling Stones. Vale, ¿y los Bee Gees? Pese a su tremebundo éxito, nunca se ha considerado a los hermanos Gibb como la fundamental página en los anales de la música que son, por prejuicios de diversa índole. Sólo años después, en plena reivindicación de lo retro, lo disco y lo pop, ha empezado a hacerse justicia. Ocasión de lujo para que Frank Marshall estrene The Bee Gees: How Can You Mend a Broken Heart, documental que se encarga de dos cosas: de repasar el recorrido de la banda; y de indagar en los motivos de ese amor/odio que le hemos tenido siempre (hasta decidir que era guay volver a escucharla), negando su influencia en la música, en una época y en toda una generación.
El primero de sus cometidos está resuelto con sumo atino. How Can You Mend a Broken Heart narra una historia cargada de detalles que probablemente desconocíamos la mayoría, y lo hace mediante imágenes de archivo y declaraciones de diversos personajes relacionados con la música. Arrancando, claro, por Barry Gibb, encargado de abrir la lata y haciendo como de héroe crepuscular que en el atardecer de sus días empieza a recordar su vida. Ese tono melancólico contrasta con el ímpetu de los 70 y de la música disco, en un montaje dinámico y divertido que en no pocas ocasiones se acerca al videoclip de antaño, para luego dar paso a pasajes más calmados, y luego vuelta a la carga. Y a lo tonto, se van encontrando similitudes entre los hermanos Gibb y la banda de Liverpool. Porque tiene todo el sentido del mundo. Porque son igualmente influyentes. Vale, y porque los primeros pasos de los Bee Gees apuntaban a un quiero y no puedo ser los Beatles, antes de proceder a su revolución.
Bien, pero lo interesante del documental, a juicio de quien esto escribe, no reside tanto en las aventuras y desvsenturas de la banda, como en el retrato que acaba componiendo de la sociedad. Y no sólo de la época de mayor actividad del grupo, sino de toda ella, hasta nuestros días. Conforme avanza The Bee Gees: How Can You Mend a Broken Heart, va apuntalándose nuestra condición de borregos neandertales que si bien ya tengamos bien presente, a lo mejor no vemos la magnitud que puede alcanzar. Si en el primer acto vemos a un grupo de música buscando su propia personalidad, en función de los movimientos de masas, y en el segundo cómo aprenden a dominar, incluso avanzarse a ellos hasta convertirse en abanderados de movimientos culturales y sociales… el tercer acto de la película ya casi se olvida de los Bee Gees de la misma manera que lo hizo el gran público. Marshall, llegados a este punto, decide mostrarnos la crudeza con la que estrellas caen en el olvido de la noche a la mañana. Escarba un poquito en los motivos. Y deja que nosotros mismos saquemos nuestras propias conclusiones (y nos tiremos de nuestras propias orejas).
The Bee Gees: How Can You Mend a Broken Heart sirve, en definitiva, para refrescar nuestras memorias y hablarnos de un grupo que durante muchos años estuvo encadenando un número uno tras otro. Que revolucionó el panorama musical y, de hecho, ha sido fundamental para infinidad de artistas. Sube a los Bee Gees al pedestal que se merecen, vaya. Y lo hace a ritmo de sus canciones, tornándose sumamente adictivo por esa mirada puesta, siempre, en un melancólico y entrañable factor humano. Pero además, el documental supone un documento de aúpa para quien quiera pararse a analizar la sociedad. Vale, a lo mejor la conclusión que sacamos es que somos tontos en 2020 porque ya éramos tontos en 1970. ¿Os acordáis de aquel gag de In & Out en el que Kevin Kline no baila porque «los hombres no bailan»? Pues eso. Quizá no sea lo más alentador del mundo, pero razón de más para tomar las riendas del asunto. Al fin y al cabo, el Stayin’ Alive volvió a sonar y lo sigue haciendo en discotecas y festivales de todo tipo. Así que por 25 pesetas, inclúyase de una vez por todas a los Bee Gees como grupo fundamental en los libros de historia de la música. Y si aún didáis, de momento ved este documental.
Trailer de The Bee Gees: How Can You Mend a Broken Heart
Reseña de The Bee Gees: How Can You Mend a Broken Heart
En pocas palabras
Fascinante documental sobre un grupo igualmente fascinante al que ya le tocaba el debido reconocimiento. Frank Marshall combina con maestría tanto la historia de la banda como la época que más influyeron. Y de paso reflexiona sobre cómo somos cuando nos da por actuar y opinar en masa.