Crítica de Bendición Mortal

Digámoslo ya sin miedo a ser tachados de blasfemos: Wes Craven es uno de los directores más sobrevalorados del mundillo del terror. Cierto, gracias a él conocemos a Freddy Krueger, tenemos «Las Colinas Tienen Ojos» y sabemos que, al menos hace 37 años, estaba lo suficientemente loco como para rodar «La Última Casa a la Izquierda», que encima era su opera prima. Pero dando un repaso a su filmografía desde la distancia, nos encontramos con una curva de lo más irregular, cargada de altibajos (cada vez más bajos) que dilapidan su integridad como cineasta y de hecho invitan a pensar en la suerte de sus últimos trabajos de no contar con su nombre estampado en ellos.
Tras unos comienzos prometedores a base de colinas y casas zurdas, «Bendición Mortal» es su tercera cinta estrenada en cines, y el primero de los borrones de una larga lista que incluiría horrores como «Un Vampiro Suelto en Brooklyn» o «La Maldición», por sólo citar un par y dejar de lado la inexplicablemente adorada por muchos trilogía de «Scream».

En una comunidad compuesta por una secta religiosa que considera los adelantos técnicos como manifestaciones diabólicas uno de sus miembros más díscolos contrae matrimonio con Martha, totalmente ajena a las creencias locales. Semejante atrevimiento será el punto de partida de una serie de acontecimientos inexplicables que parecen vincularse a la maldición que pesa sobre la mujer impía.

Escudado (una vez más) en una supuesta censura que lo obligó a recortar cinco minutos de metraje, Craven presenta una película totalmente falta de ritmo, garra e interés, con un presupuesto más elevado a lo acostumbrado que sin embargo no sirve para esconder las carencias de un director aún necesitado de muchas horas de práctica.
De poco sirve el halagüeño punto de partida, juguetón con los extremismos sectarios (en este caso se les llama fundamentalistas, pero puede cambiarse el nombre por cualquier otra religión, según convenga) y con la posibilidad de que, efectivamente, sean correctos en detrimento de la agnóstica Martha; tampoco hace falta mucho por encontrarle cierto doble sentido a la repentina presencia femenina despampanante, tentadora en medio de tanta castidad. Pero nada, cae en saco roto de la misma manera que lo hacen las tres o cuatro escenas de terror bien orquestadas, que incluyen bañeras con serpientes, graneros inquietantes y oscuros bosques neblinosos.
Irremediablemente, todo acaba decayendo hasta convertirse en una suerte de soap opera com Amish (!) protagonizada por la dichosa Martha y dos amigas que entran en escena (con una Sharon Stone en su primer papel con algo de enjundia), cuyos tintes de thriller barato acaban reconvertidos en el interés por ver si las chicas de oro acabarán haciendo algún tipo de actividad sexual lésbica.
A este respecto, sorprende lo vestida que queda la Stone en todo momento, en favor de una Maren Jensen mucho más generosa a la hora de mostrarse como Dios la trajo al mundo. Qué queréis que os diga, durante buena parte de la película hay tan poco de lo que hablar que uno se acaba quedando con lo único que de verdad despierta su interés…

Así y todo, como decía antes, sería injusto olvidarse de los apartados aunque notables momentos de terror (prácticamente limpios de sangre, eso sí) y de algún que otro susto repentino que pueden provocar mínimos sobresaltos en el espectador, debido a la apatía general en que anda enfrascado.
Se trata de loables muestras de potencial que si bien desaprovechadas, hacen mantener algún resquicio de esperanza: antes o después la película se despojará de sus vestiduras de drama pueblerino y acabará convirtiéndose en lo que todos esperamos.
Bien, eso ocurre a falta de escasos minutos del final, con una conclusión desmadrada y muy del estilo de Stephen King (también dado a los clímax excesivos). Y es aquí donde más saltan a la luz las carencias teóricamente provocadas por la censura: un montaje terriblemente confuso y un guión atrompiconado complican en exceso la verdadera explicación a los hechos acontecidos en el pueblo, hasta el punto de obligar al espectador a volver a ella, muy a su pesar, mientras aparecen los títulos de crédito finales. Y eso que, en realidad, se trata de una justificación de lo más sencillita.

«Bendición Mortal» es una muy pobre muestra de un director generalmente mediocre y sólo puntualmente inspirado (eso sí, cuando lo está, no hay reproche posible), que echa por tierra cualquier intento de buen hacer al coquetear con el tedio y la tv-movie durante buena parte de sus 100 minutos. Tan sólo un par de escenas marca de la casa salvan de la total quema lo que es uno de los primeros pasos (preocupantemente halagüeño) del director que, sin embargo, tres más tarde saltaría definitivamente al estrellato por ser el padre de uno de los asesinos más carismáticos de la historia cinematográfica.
3/10

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En diciembre de 2006 me dio por arrancar mi vida online por vía de un blog: lacasadeloshorrores. Empezó como blog de cine de terror, pero poco a poco se fue abriendo a otros géneros, formatos y autores. Más de una década después, por aquí seguimos, porque al final, ver películas y series es lo que mejor sé hacer (jeh) y me gusta hablar de ello. Como normalmente se tiende a hablar más de fútbol o de prensa rosa, necesito mantener en activo esta web para seguir dando rienda suelta a mis opiniones. Esperando recibir feedback, claro. Una película: Jurassic Park Una serie: Perdidos

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Comentarios

  1. Aburrida, mala, ridicula.

    Wes craven solo tiene dignos sus dos primeros títulos por la enfermedad que aportan, Pesadilla en elm street, la serpiente y el arcohiris, y si acaso algo de scream.

  2. yo es que ya te digo, no salvo absolutamente nada de Scream. La primera me pareció ridícula y de ahí el listón fue bajando hasta el punto de, en la tercera, marcharme del cine 15 minutos antes de que acabara la peli, porque se me ocurrió ir a comprar algo a la fnac. imagínate!
    y me da rabia, porque Las Colinas, La Última Casa, Freddy… molan, y a este tipo en teoría lo debería respetar… ay!

  3. Vaya,vaya,por lo que cuentas,Carlos,parece que a parte de las escenas donde la protagonista muestra sus encantos ocultos y no hablo de sus dotes interpretativos,poco hay de salvable
    en la película ¿es eso?,puede que seducido por su belleza,se te escapase algo interesante,bueno,alguna otra cosa más de interesante.Es broma,el otro día vi COMO ROBAR UN MILLON y me sucedió lo mismo con Peter O'toole,estaba guapísimo,y como estoy acostumbrada a una imagen más madura de él,aún me impactó más,aunque,la diferencia,es que iba vestido en todo momento y con gran elegancia.
    Ya sabemos que Craven no es un genio,pero,PESADILLA EN ELM STREET,sin ser ni de lejos una excelencia,no es desdeñable.
    Es un director sobrevalorado,pero,creo que por el público más que nada,dudo que los críticos le valoren mucho.

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