Crítica de Beowulf
Robert Zemeckis está cada vez más cerca de alcanzar su objetivo. Esto es, hacer la película de animación con actores perfecta, ardua tarea que hasta que no se consiga puede traer más de un desencanto.
Desde que se empezó a implantar el uso de nuevas tecnologías en el cine, numerosos han sido los intentos de innovar en una industria no por nada definida como fábrica de los sueños. Uno de los directores más activos en este sentido ha sido precisamente Zemeckis, quién con «Regreso al Futuro» compuso una de las mejores películas de ciencia ficción de todos los tiempos (sorprendente aún hoy en día, tanto a nivel argumental como visual y técnico), a la que siguieron experimentos como «¿Quién engañó a Roger Rabbit?», o «La Muerte os sienta tan bien». Con «Polar Express» se lanzó de lleno en la técnica de digitalización de actores, algo que ya intentaron con escaso éxito algunos, caso»Final Fantasy». La de Zemeckis es una película navideña, positiva y tierna, que si bien palidece ante cualquiera de las producciones Pixar, es innegable su calidad tanto a nivel visual (imperdonable no verla en 3-D, valga como ejemplo esa desenfrenada carrera del tren por una auténtico montaña rusa que desemboca en un estanque helado) como a cualquier otro… Por mucho que se empeñen en destrozarla. Y es que uno de los problemas con los que parten las películas que beben de las nuevas tecnologías es el menosprecio de la crítica. Empeñados en hacer prevalecer el cine clásico, el de siempre, el «bueno», se ceban contra cualquier propuesta innovativa. Ni «Polar Express» es una gilipollez solo para niños (que luego van y a «Shrek 3» la dejan por las nubes), ni «Sky Captain y el Mundo del Mañana» es tan boba y sosa, ni «300» es tan mala a secas. Quédense con el cine de Garci y Redford, y ya verán qué bien le irá al sector… Un poquito de por favor, hombre.
Descargas y reivindicaciones a parte, el problema que sí tenía «Polar Express» era la excesiva frialdad de las expresiones faciales de los personajes (la mayoría de ellos interpretados por Tom Hanks). Parecían muñecos, sin alma, y eso es algo que el director quería evitar para su nueva inmersión en el género. Para no repetir los mismos errores con «Beowulf», Zemeckis se rodeó de una gran cantidad de profesionales y recursos técnicos, triplicando los esfuerzos invertidos en su anterior film. El resultado es innegablemente mejor en general. Ahora, las caras de los actores sí parecen más vivas, con todo lujo de detalles (arrugas, pecas, paso del tiempo, barba…), y la calidad de los escenarios es abrumadora, así como el detalle de las diversas salpicaduras de sangre, una constante en las escenas de acción. Pero sigue fallando en otros, siendo su principal lastre cierto acartonamiento en los movimientos de los personajes, que en ocasiones realizan gestos irreales y robóticos. En realidad, poco importan estos defectos si se ve la película en tres dimensiones (1) pues la espectacularidad está garantizada, y si no atentos al tramo final, la lucha contra el dragón dorado. De hecho, muchos de los planos están pensados solo para este formato, tomados desde demasiado arriba, o abajo, de manera que lo que viéndose en 2-D puede dar pie a pensar que es un garrafal fallo, en 3-D es uno de los pilares fundamentales para lograr un soberbio impacto en el espectador.
Curiosamente, la descompensación cualitativa a nivel técnico sirve como anillo al dedo para describir a la película en sí, pues su segundo problema reside sorprendentemente en el guión, que se antoja entretenido y espectacular a veces, pero tedioso y pretencioso en otras.
La respuesta de todos los males es seguramente Neil Gaiman, guionista de la aburrida serie de cómics «The Sandman», que junto al temible Roger Avary (capaz de adaptar genialmente a Ellis así como de cargarse -y mira que lo tenía fácil- la mítica saga de videojuegos de «Silent Hill») es el encargado de escribir esta nueva adaptación de la épica historia anglosajona. Como no podía ser menos, el guión es una composición demasiado relamida y pretenciosa, con infinitos diálogos que provocan demasiados bajones de ritmo. Tampoco es que sea un aburrimiento del orden de «Matrix: Reloaded» (que cojeaba de la misma pata). El sabor de boca global es más dulce que otra cosa, pues la película es bastante divertida. El problema pues, es que básicamente entretiene, pero no todo lo que debería. Y es una lástima, porque las escenas de acción son absolutamente exquisitas, y sin duda estaríamos hablando de una obra maestra en todos sus sentidos de no ser por una duración excesiva compuesta por vacíos y torpes diálogos, fallidos intentos de dotar al personajes de una dualidad moral que queda clara desde el principio y no necesita de tantas explicaciones.
Así pues, «Beowulf» es una película bella y llamativa, con una entretenida y simple historia que carga con la losa de un guión que parece tomarse demasiado en serio la propuesta. Pero pese a todo, Robert Zemeckis (o sus colaboradores) se mueve con cada vez más soltura en este nuevo formato, y el salto evolutivo de «Polar Express» a esta es más que notable. Espectacularidad por los cuatro costados, un reparto amplio y atractivo (destaco a Crispin Glover haciendo de un Gollum aún más asqueroso que el de Tolkien), y un despliegue de recursos técnicos impresionante. (Casi) toda una gozada.
Evidentemente, me veo en la obligación de dedicarle unas palabras a Angelina Jolie, una de las protagonistas del film. Aparece completamente desnuda, bañada en oro, con una larga coleta a lo Tomb Raider, y tacones de punta… y por si fuera poco, su personaje es de una maligna sensualidad enloquecedora. Quién fuera gauta…
7/10
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(1) En Barcelona hay que ir a La Maquinista para ello. Una lástima que no lo hagan también en el Imax.
Esta peli la hace Gus Van Sant y sería una pasada…
XXXD
Ahora en serio, Beowulf está bien (ya lo sabes), pero sigo pensando que con personajes reales habría sido mucho más redonda. No por nada, tan sólo es una sensación… Me gusta porque los personajes digitales tiene más credibilidad que otros de carne y hueso de otras pelis fantásticas, y que su ritmo es bastante sosegado, sin machacarnos a CGI ni meternos niños de por medio, pero no sé… Y eso que yo le puse un 7’5.
Por cierto, 300 es una puta pasada de peli, y Sky Captain es genial, aunque su trama no sea excesivamente complicada. Es una trama acorde con el ritmo, no sé…
yo creo que sería imposible hacerla con personas reales. por muy adelantada que esté la tecnología etc, creo que hay planos imposibles de conseguir(batalla contra el dragón, crispin-gollum-glover contra beowulf…). no quedaría igual… vaya, creo!
y completamente de acuerdo con 300 y Sky Captain. Sin embargo, ve a leer las críticas que tienen (sobretodo la segunda). Pa’ cagarse en las bragas, oye!
(acabo de terminar el 5-4 de Resident Evil Wii…jojo)
¿El Umbrella Chronicles?
Joer, yo me lo compré cuando salió y casi no he jugado. Después del vicio que me pegué con el 4, el hecho de que el nuevo fuera por raíles no me moló nada… Aunque seguro que me termino enganchando.
;)
jejeje
ojalá… el 4, sí sí!
el umbrella cae pa’ reyes, que ahora estoy también con el super mario galaxy!!