Crítica de Biutiful
Qué tendrá Barcelona que siempre termina por sacar sus caras más extremas hacia la galería cinematográfica internacional. La nuestra es una ciudad -como la mayoría de ellas- contradictoria, llena de contrastes y ambientes que se patean entre sí y con una multiplicidad de visiones que la sitúan entre el paraíso del turismo, Nueva Babilonia modernista, y el infierno de la corrupción moral y la decadencia urbana.
Pero, a estas alturas, pocos han sido los que han conseguido retratarla de forma más natural que ideal, y pocos han sido los que han logrado reflejar el equilibrio en el que, en el fondo, parece más o menos sustentarse. Y algo así como de reacción involuntaria a todos los que tacharon la Barcelona de «Vicky Cristina Barcelona» de mera postalita turística podríamos catalogar ahora a esta «Biutiful», que parece más un mapa de Gomorra que un retrato de ciudad. Ya sin centrarnos en el caso concreto de Barcelona; tomemos cualquier urbe similar como ejemplo: ¿mejor esta que la otra visión? En realidad da igual, porque en el fondo ambas pueden venir generadas por una misma motivación: el turisteo del director en cuestión. Sólo que en el caso de González-Iñárritu este turisteo es más espiritual que vacacional, y huele a ocasión perfecta para proseguir con la operación que pareció poner en marcha con la anterior «Babel»: un autolavado de conciencia profundo. O en su defecto, un compromiso con la realidad, digamos, «desfavorecida», más forzado que honesto.
Y para llevar a cabo dicha operación a uno le es imprescindible ponerse en la peor tesitura posible. Que en este caso es tomar como centro del relato a Uxbal, nada menos que un ex-drogadicto que malvive de forma harapienta, intentando sacar adelante a su familia él solo (mujer yonki), diagnosticado de cáncer y trapicheador estresado con manteros magrebíes y piratas chinos. Todo muy realismo sucio y en esa Barcelona oscura, mugrienta y de ambientes cochambrosos de la que hablaba. El error, no que esta realidad no exista (genera conflictos sociales a diario), sino que se enfoque desde una perspectiva tan arty como la que parece buscar el realizador.
Aquí el tratamiento narrativo respecto a las anteriores aventuras cinematográficas del realizador es algo distinto. Abandona el barco Guillermo Arriaga, guionista habitual de Iñárritu, y se lleva consigo sus clásicas «historias entrecruzadas». En «Biutiful» es Uxbal quien soporta estoicamente una historia central que vertebra el relato, eso sí, acompañado a su vez por otras dos accesorias bastante prescindibles y con poco interés, probablemente destinadas a dar cierta hondura al asunto. Quién sabe si de haber sido más árido, más austero y haberse ceñido a la figura de Uxbal, «Biutiful» habría ganado en músculo y concreción.
Pero en cualquier caso, con unas circunstancias personales tan desastrosas, la historia no puede soslayar ese exceso dramático grotesco y esa tendencia al feísmo, a la degradación estética y moral. Que, por otro lado, busca verse compensada por una especie de fuga surrealista poco explicada hacia un lugar sobrenatural al que ni quiere renunciar ni termina de saber aceptar, casi como si se avergonzara de ceder ante los argumentos «dramáticamente impuros» del cine fantástico. En cambio, prefiere ser discursiva y resulta algo grandilocuente en la búsqueda de un mensaje espiritual. En este sentido, se combinan a la perfección un intenso dolor genuino («yo no quiero morir») con lo teatral e impostado («pero debes hacerlo») en una misma secuencia, esa en la que Uxbal se expone ante su amiga, y que comienza desde la honestidad pero termina perdida en los cenagales de lo pseudomístico.
Y no es que como concepto esta mescolanza sea molesta, ni vaya escasa en interés. Ni mucho menos. Es más, en su ejecución la perfección formal de «Biutiful» es admirable. Por un lado, si cediera a lo sobrenatural, Iñárritu podría llegar a revelarse como un director inquietante y malsano. Por otro lado, como cronista de la realidad paralela que esos hipotéticos buenrollistas que llevan el mundo sobre los hombros no parecen querer ver, el mexicano da sopas con hondas a Fernando León de Aranoa, Icíar Bollaín y similares. Porque plantea su historia como un producto audiovisual total, y tiene una perspectiva propia (más reprochable o menos) y una fuerza en su puesta en escena, en su planificación, en el montaje y en el tratamiento de la identidad visual sólidos, realmente notables. A pesar de estar «Biutiful» convenientemente apuntillada -como ya ocurría en «Babel»- de momentos que rozan un manierismo pedantillo, pedantillo.
Siendo tan irreprochable desde el punto de vista «material», y retomando lo que decía más arriba, «Biutiful» pincha en su discurso narrativo. Al final, su grandilocuencia temática choca con el inevitable vacío que traen consigo esas dos horas y media de metraje, y pretende abarcar tanto que finalmente sólo apunta algunos temas interesantes: a su pesar, el miedo a la desaparición total (física y espiritual) tras la muerte, la pérdida de la figura paterna y el peso emocional de un pasado del que es imposible desprenderse, ya han sido tratados con más tino, frescura o puntería en infinidad de películas anteriores.
Y tampoco ayuda una estructura cerrada algo sobreexplicativa, que aunque le pone al conjunto el lacito final, no sirve sino para alargarlo todo un poco más.
Con lo que al final lo que queda y lo que va a recordar todo el mundo es ese festival Bardem, el incontestable recital de un actor que ya apunta al infinito, dando credibilidad en esta ocasión a un personaje a priori poco creíble (padrazo traficante con cáncer y la habilidad de charlar con los muertos), con un presente poco atractivo, poco pasado y obviamente ningún futuro. Confirmación de que lo que tenemos entre manos no es un intérprete sino un prodigioso capturador de la esencia humana, un orfebre del gesto imperceptible y sintetizador de la emoción más salvaje. Una bestia parda. A temblar todos, que este hombre no es humano.
5/10
…y una vez más, su "borrachera" vuelve a ser la más creíble que el cine ha dado. A cuántos gatitos has matado, excesivo? Broma, gran crítica, sacas petróleo de donde no lo hay (que la película es más hueca que… esto… un globo?).
Y en fin, hasta en la última palabra de acuerdísimo que estoy, tú.
Estoy tentado de verla sólo por ver el elogiado trabajo de Bardem porque lo que es la trama y el tremendismo dramatico me echan para atrás (¿Iñárritu, cuando vas a hacer una película que tenga algo de alegría?).
Saludos !!
Caps, la película es más hueca que un globo que contiene envasado al vacío un agujero negr… bah, es forzarlo demasiado, no?
Ramón, lo de Bardem es un gustazo, sí. Pero piensa que son DOS HORAS Y MEDIA de ceños fruncidos y gente quejumbrosa…
Cuidado con lo que te haces ;)
Salud!
John, te quedas corto!!
Ramón, eso, dos horas y media. Hace falta añadir algo más?? ;)
Yo pense q iba a ser buena…..
Cuando estoy triste, confundido, perdido, lastimado, herido de muerte, humillado, depresivo, angustiado, desesperado, falto de fe, etemorizado, escandalizado, poseído (con tantos exorcismos que hay), menospreciodo, sub-valorado, ignorado, odiado, pobre, feo, enfermo, perseguido, burlado, ofendido y una lista inmensas de sentimientos y energías negativas, veo una película de González Iñárritu, termino sintiéndome como la protagomista de Happy-Go-Lucky, al ver que hay gente que la está pasando peor. Dios… ese hombre si le gusta buscar o rebuscar los temas de dolor humano más fuertes de cualquier era, y cómo los explota a su máximo nivel. Cada cual tiene su estilo, ni Tarkovsky ni Bergman pasaron a la hitoria por hacer comedia delirantes, pero este hombre me pone mal con cada tema que toca o explota, no sé si soy exageradamente sensible o carezco de sensibilidad alguna, con Iñárritu me siento confundido, pero sus películas no me terminan de convecer del todo, así sea un excelente director de actores y le saca provecho a cada uno de sus interpretes o por lo menos la Academia de cine americano así lo piensa. Perdónenme los amantes de su cine, pero no me gusta y trato de evitar sus películas al máximo. Sea quien sea el actor principal y gane 23 premios internacionales.
jajajajajajaja, hemos creado un monstruo más para la galería de La Casa!!
UN MONSTRUO DEL BUEN ROLLO! A eso se refiere, publio… hemos creado un monstruo del buen rollo…
(Capiiiiiiiii queperdemoslectoreeeeeeees!)
¿Ese es el de Jamón, Jamón no?
Creo que hizo esa y "Tierra"
No se preocupen, a mi no me van a perder como lector… :-) Si solo vi el trailer y casi me meo de la tristeza. Imagínense si veo la película entera. Por cierto… ¿No tendrá una versión extendida? Ahora los productores amenazan al mundo con versiones extendidas. Ya se podrán imaginar el extremo peligro que corremos con la versión extendida de Airbender.
jajaja, ahora que hablas de mear tristeza es cuando deberías ver esta película. Y disfrutar con buenas meadas (por Dios, qué asco!!)
Por cierto, una versión extendida de Airender seguro que sería mejor que la que hay. Más que nada porque peor no puede ser, heheh!
(y sí, era monstruo en plan buen rollo, pero publio y yo nos conocemos, sabemos que vamos de buenas siempre, no? ;))
Ja ja ja… tranquilos tranquilos… entendí perfectamente lo del monstruo, ja ja ja… Por cierto… ¿Una versión extendida de Airbender no es un crimen Lesa Humanidad? Y esos son total y absolutamente imprescriptibles.
Un crimen? A nosotros ya sabes que nos gusta todo lo que tenga dudosa legalidad, así que no me metas la miel en los labios XD