Crítica de Blancanieves

crítica de blancanieves

A pesar de que va en contra de todo esto, de que es la antítesis de lo que hacemos por estos lares (llámesele informar, por ejemplo) y a riesgo de sonar timorato, mi intención inicial es no hablar demasiado de Blancanieves. Y es así por una simple razón: hay que verla, paladearla, saborearla y emitir cada uno su propio juicio, que no necesariamente tiene por qué ser positivo, ojo.
Porque el puro análisis llevaría la cosa por cauces que, esta vez, no sé si serían muy pertinentes. Los lodazales de La Puesta en Contexto. El citado de referentes, de datos, de números insignificantes. Empezaríamos hablando de cómo Pablo Berger tardó más de lo sensato en dar continuación a su notable debut Torremolinos 73, hace demasiados años. De cómo se enfriaron los entusiasmos hacia un director que prometía cambiarle un poquito la expresión de la cara al cine español. Y nos sorprenderíamos por el camino tomado, el más pedregoso de todos, ahora para su retorno. Porque The Artist sienta un precedente popular en un terreno que Guy Maddin pisó hace ya bastante tiempo: el de la adopción de los modos del cine no sonoro como andamio formal para una historia que pretende haber sido rodada hace noventa años.

Claro, a Berger le cayó un desagradecido sambenito con el estreno de la de Hazanavicius, lo suyo no tenía nada de oportunismo. Sus intereses son aparentemente parecidos, pero notablemente distintos al fin y a la luz de los resultados. Su abanico de padres creativos -por lo menos en esta ocasión- es mucho más amplio, lo cual nos llevaría a citar una retahíla de nombres ilustres. La lista es larga. Murnau, Dreyer, Griffith, Stroheim, Epstein, Eisenstein, Browning, Malraux, Pabst, Buñuel, Val del Omar. Todos ellos pueden funcionar como referente directo y, a la postre, como homenajeados en este gran lienzo cinéfilo que es Blancanieves.

Bien, convenientemente apuntado. No obstante, como reseña, todo muy frío. Porque por otro lado, una segunda vía analítica nos conduciría por los terrenos de la emotividad, de la afectividad pura, de la sugerencia emocional. Y servidor de esta ha encontrado mucha en Blancanieves. Se ha encontrado con un caudal expresivo rebosante, sobrepasador, casi inasible de la pura emoción. Muy ligado a mis propias experiencias cinéfilas que, por lo que veo, son parecidas a las de Berger: más allá de lo superficial, de lo epidérmico del gimmick españolista y taurino (uno podrá o no conectar; yo, rotundamente no) y del enfoque tradicionalista del relato (Sevilla, años 20, me diréis), las imágenes de Berger se muestran inabarcables, rebosantes.

Aquí, y ya estoy en mi propio terreno subjetivo, toda la lista de nombres cobraría sentido emocional. Tirando de clásicos indiscutibles de la Historia del cine, Blancanieves se me muestra voluptuosa, preciosa en sus escapes expresionistas que basculan entre Amanecer y El último. Solemne y espiritual como La pasión de Juana de Arco. Humanamente épica como El nacimiento de una nación o Avaricia. Fantasmagórica como La caída de la casa Usher. Tan audaz en su aproximación al formalismo y la métrica de planos como Octubre. Y llena de guiños visuales, o inspirada directamente en la iconografía de La parada de los monstruos, La aldea maldita (versión años 30), La caja de Pandora, Las Hurdes o el Tríptico elemental de España. En otras palabras, y adelantándome a posibles polémicas: un terreno expresivo que The Artist ni se molestó en olfatear. O, dicho de otra manera, un acto de amor cinéfilo como pocos se recuerdan en los últimos años.

Pero, de nuevo, eso podría ser una nueva caída en el excesivo raciocinio. Y ello podría conducir a preguntas algo capciosas: un sobresaliente por el homenaje pero, ¿hay algo más? Intento explicar ambas cuestiones en una sola idea: Blancanieves es una versión libérrima del cuento (se extiende hacia atrás en el material original para contar la historia desde antes del nacimiento) que acaba por convertirse en un drama muy español, pero muy universal. Que trata emociones y géneros de manera abierta y receptiva y construye iconos y personajes para el recuerdo, el más aplastante de todos ellos, esa madrastra de Maribel Verdú. Que no teme parecer siniestra, triste o divertida en ningún momento y que articula sus diferentes tonos y texturas con la facilidad de una historia para niños. Oh, por supuesto, la película no es para niños: su impacto formal es tremendo y su visión de una España, de la Sevilla de Machado, taurina, tierra sin pan (no para todos), de la vida en carromato, admite análisis muy vitriólicos entre los que cabe, por cierto, uno al famoseo rosa.

Pero desde luego, nadie puede sentirse rechazado de entrada por su historia, ni tampoco por la manera con la que Berger maneja los símbolos, metáforas y recursos líricos. Por cómo hace suyos los giros del cuento y en ningún momento, aunque aquí quepa sainete y esperpento valleinclanesco, se engole en sus propios referentes y contexto. Por que al cabo, esto es cine popular, populista y para el público.
Así que conviene olvidar todo lo dicho que, ya digo, forma parte de mi propia recepción del producto. Al contrario, cada uno debe dejarse llevar por estos cien intensos minutos impecablemente realizados e interpretados (Josep Maria Pou también está inmenso) bañados por esta fotografía expresionista, acariciados por la banda sonora voluptuosa de Alfonso de Vilallonga y por las canciones vestidas de la voz prodigiosa de Sílvia Pérez Cruz. Bucear en esta experiencia tan ajena a las palabras (no es un juego de ídem) como generadora de pensamientos, reflexiones y recuperaciones mitómanas: al fin y al cabo, empezaba estas líneas rehusando hablar demasiado y al final la cosa me ha encendido la verborrea, me ha ido estirando inevitablemente hasta la reflexión. Pero es lo que tienen las grandes películas, que a uno le ponen las neuronas a ebullir sin que pueda hacer nada por evitarlo. Y cuando todo ello se mezcla con la emoción, ah, entonces ahí tenemos algo especial.

Muy especial.

8’5/10

 

Y en el Blu-Ray de Blancanieves…

Cameo aprovecha el éxito de los Goya y edita ya mismo la joya de su corona, esta Blancanieves que se presenta en edición sencilla a precios de risa, y en una edición coleccionista que incluye la obra maestra de Pablo Berger en DVD y Blu-Ray, más un tercer CD con la banda sonora y un libreto exclusivo. Imprescindible película e imprescindible música, compuesta por Alfonso de Vilallonga y con fragmentos cantados por Silvia Pérez Cruz, y que se puede disfrutar en las mejores condiciones tanto en alta definición (obligado 5.1 que tal vez viole el espíritu de la cinta, pero que se antoja más que necesario) como, suponemos, en definición normal. Tan sólo un exceso de grano, que se hace demasiado evidente en más de un pasaje, impide que la fiesta sea redonda.

Los extras de dicha edición son los siguientes:

  • Audiocomentario de Pablo Berger: el propio cineasta reconoce no haber hecho jamás un audiocomentario con anterioridad, lo cual no impide que el documento sea de lo más disfrutable (máxime al tratarse de una película muda, lo que permite prestarle la máxima atención). A lo largo de la proyección, Berger desvela infinidad de detalles y curiosidades de su película, desmenuzando su antes (que necesitó ocho años para ser llevada a cabo, que se recurrió a infinidad de inversores…), su durante (por qué se abre con el teatro de Sevilla, cómo se realizaron las secuencias con los toros…) Y su después (explica escenas, comenta su resultado, desvela varios de los guiños a otras películas y/o cineastas…). Todo, claro, con curiosidades para parar un tren, momentos divertidos (llega a decir, de una secuencia hacia el final, ¡que roza lo ridículo!), y todo lo que se puede esperar de quien se descubre como un auténtico apasionado de su trabajo.
  • Trailer.
  • Presentación del director: un caramelito de poco menos de dos minutos donde Berger hace una introducción tirando forzadilla de su película. Un montaje demasiado pirotécnico de escenas de la misma y de lugares del rodaje (¡en color!) echan el resto. Prescindible.
  • Preparando el rodaje: seleccionando esta opción, nos encontramos con tres pequeños documentales de alrededor de cinco minutos por barba:
    Primer día de rodaje: preparación de la película, con Berger en lo que podría ser su lugar de trabajo ultimando detalles, y la preparación de las primeras tomas de rodaje.
    Localizaciones: poco que añadir a lo que su propio nombre indica.
    Lectura del guión: empieza con algunas declaraciones del director de camino a una mesa redonda en la que se procede a la lectura del guión (que no vemos) para tratar de solucionar problemas, de dar con la mejor opción para desarrollar esta o aquella escena, etcétera.
  • Blancanieves en concierto: es una pena que este extra se quede en apenas cuatro minutos, pues es, sin lugar a dudas, lo más interesante del universo Blancanieves por constituir su momento más mágico. Cuando se estrenó la película a nivel comercial, se organizaron un par de pases en teatros con música en directo (además, claro, de contar con la presencia de actores, director y productores), que tuvieron que ser espectaculares. A ellos se dedica este clip, pero de su duración total, apenas dos minutos se dedican a la música, y sólo los segundos finales permiten escuchar la potente voz de Silvia Pérez Cruz, que de seguro inundaría las plateas de lágrimas. Lástima habérnoslo perdido.
  • Cómo se hizo: el obligado documental sobre el proceso de gestación de la película, que en casi 30 minutos hace un batiburrillo de varias de las cosas ya vistas en los anteriores materiales añadidos, aportando todavía más información sobre la obra maestra de la industria cinematográfica española.
  • San Sebastián: Photocall y rueda de prensa a su paso por el festival, donde recibió una acogida envidiable.
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Xavi Roldan empezó la aventura casahorrorífica al poco de que el blog tuviera vida. Su primera crítica fue de una película de Almodóvar. Y de ahí, empezó a generar especiales (Series Geek, Fantaterror español, cine gruesome...), a reseñar películas en profundidad... en definitiva, a darle a La casa el toque de excelencia que un licenciado en materia, con mil y un proyectos profesionales y personales vinculados a la escritura de guiones, puede otorgar. Una película: Cuentos de Tokio Una serie: Seinfeld

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Comentarios

  1. Jooor que buena pinta tiene!! y jooor seguro que aqui no la estrenan… :(
    Bueno, si al final la nominan para los "oscars" probablemente si, pero eso ya se vera, no?
    Y si, lo primero que he pensado cuando he visto en las fotos es en Buñuel y en "Freaks" y claro mas ganas… :(

    En fin, recemos para que la nominen y la traigan o si no habra que tener paciencia! Como lo veis vosotros, que tal estan las otras dos?

  2. Bueno, de las otras hemos visto "Grupo 7", que es una estupenda película de género (hay crítica por ahí). Y la de Trueba la vemos la semana que viene; pero a mí el tipo se me suele atragantar, aviso…

    En cuanto a "Blancanieves", oye, lo mismo da la campanada y se convierte en un exitazo internacional a lo "The Artist" (están intentando que así sea, y más allá de oportunismos molestos, la verdad es que se lo merecería)

    ;)

  3. Me uno a las ansias de verla… nunca pensé que lo diría, pero me has conquistado. Tiene una pinta exquisita.

    Una cosa… para los Oscars, entraría como Mejor Película a secas, no? Al igual que The Artist.

    En "Mejor Película de habla no inglesa" está jodido frente al fenómeno francés de Intocable.

  4. "Me uno a las ansias de verla… nunca pensé que lo diría, pero me has conquistado" ¿dudas de mis capacidades sensuales, ladrón?

    Respecto a lo de los Oscars… pue soye, ni remota idea, tú. Yo ya he renunciado a comprender las normas de la Academia y las motivaciones de los tipos que la forman…

    En cuanto a "Intocable"… ecs…

  5. Y, vamos, que saludos

  6. La acabo de ver en el festival de san sebastián, es algo impresionante. me encanta tu crítica de no decir nada porque es que de verdad no hay que decir nada. recomiendo a todo el mundo que vaya a verla sin leer nada sin saber nada de la película. si no existiera the artist y las mierdas esas de snowhite tendríamos la gran candidata española llevas un oscar después de mar adentro. si fuéramos un país normal los goyas estarían dados

  7. Me alegro que te haya gustado. La verdad es que es francamente impresionante, y contra pasa el tiempo, más va sedimentando y más (aún más) se la aprecia.
    Yo me muero por volverla a ver, y si no fuera tan caro me iba al Liceu de Barcelona a verla con música en directo y Sílvia Pérez-Cruz cantando. Que tiene que ser pieldegallináceo.

    Totalmente de acuerdo: si hay justicia, se la forrará a premios.

    Saludos!

  8. Alguna aspereza? (Genial crítica by the way)

  9. No tengo perdón pero hasta ayer en la Filmoteca no la había visto…

    Perfecta, hacia mucho tiempo que no disfrutaba y me conquistaba algo de esta manera. Me cuesta creer que haya este tipo de talento en nuestro país y no se explote más a menudo. Todo, fotografía, vestuario, música, actores… es fantástica. Rendido a los pies de Pablo Berger.

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