Crítica de Blind Spot (L’angle mort)
El cine y los ángulos muertos han generado desde siempre, una relación fructífera en todos los aspectos, ya sea técnicos o argumentales. Hay películas en las que fascina más lo que no se ve en pantalla, y otras que hablan de quienes ocupan esos lugares en la vida. Y luego está la película que nos ocupa, Blind Spot (en su versión original, L’angle mort), que se aprovecha de todo ello a la vez. La película de Patrick-Mario Bernard y Pierre Trividic, que parte de una idea de Emmanuel Carrère nada menos, habla de esas personas, las invisibles; las que lo son por voluntad propia y las que no tienen más remedio. Y lo hace con una imagen en 4:3, por aquello de tener sendos ángulos muertos en la pantalla. Oh, pero además lo lleva todo más allá, materializando esa invisibilidad en forma de inesperado superpoder. Sí, el protagonista de Blind Spot tiene la habilidad de desaparecer. Pero no, esto no es un refrito de El hombre invisible.
Más bien, de lo que se trata aquí es de investigar en quien se deja ver y quien no, a nivel social, familiar y personal; y sumar a la ecuación la responsabilidad de tener algo que podría servir para algo, sin tener claro si se quiere usar. Un tipo (excelente Jean-Christophe Folly, por cierto) con un don que no le dará para salvar el mundo, aquí no se habla de eso. Sino que ha sido invisible para muchos, él mismo incluido, más metafórica que físicamente. Un tipo que va a su bola aun cuando su familia le necesita; que es incapaz de adquirir mayor visibilidad en sus intentos de relaciones sentimentales, no digamos en su puesto de trabajo. El conflicto se establece, aquí, entre egoísmo y altruismo, en definitiva. Entre la comodidad de tu círculo de confianza y la pereza/miedo de salir de él.
Lo que hace magistralmente Blind Spot, es añadir ese elemento fantacinetífico a la ecuación para que los opuestos, visible e invisible, acerquen posturas. La línea que separa el estar del no estar se diluye y adquiere nuevos matices, que a la postre no hacen sino generar mayores tribulaciones en el protagonista. Un protagonista al que el espectador ve en todo momento, pero ni con esas es capaz de saber cuándo está y cuándo no. Maravilloso juego de reflejos y perspectivas, pues, que se va cocinando a fuego lento entre elegantes planos, una manera original de mostrar cuándo se le ve y cuándo no y… lo dicho, dos barras negras a cada lado que van trabajando en nuestros subconscientes, para que al final ya dudemos de todo lo que vemos en pantalla y de todos quienes puedan estar, o no, en ella.
Ni que decir tiene, pues, que Blind Spot no es un thriller de terror, de ciencia ficción, ni nada ni remotamente cercano. Sus responsables son plenamente conscientes de jugar con un elemento propio de tales latitudes, pero optan por ignorarlas radicalmente, relegándolas tan sólo a un retrato social que no hace sino confirmar que, no, vivimos en un mundo donde no hay superhéroes. Un mundo egoísta en el que si tenemos algo que podría dar valor a los demás, ayudar a sacar a gente de esos ángulos muertos, nos lo quedamos. Seguimos adelante, nos dejamos ver o nos escondemos según convenga, hacemos la vista gorda cuando nos topamos con invisibles, o ni siquiera nos damos cuenta de a quién tenemos a nuestro alrededor realmente… Pero llega un momento en que, como al protagonista, nos toca cuestionarnos todo ello. Tengamos o no poderes mágicos.
Preciosa película, que quizá no descubra nada nuevo, pero con la que darle al coco, incluso tiempo después de haberla visto.
Trailer de Blind Spot (L’angle mort) subtitulado en inglés
Valoración de La Casa
En pocas palabras
Estimulante drama personal, familiar y social, sobre las diversas fases de visibilidad por las que pasa una persona a lo largo de su vida… con la peculiaridad de que en este caso puede desaparecer de manera literal.