Crítica de Blitz
A ver, honestamente. Lo de los males del encasillamiento y la apuesta por el cambio está muy bien, pero cuando uno va a ver una película con Jason Statham… ¿Qué busca? Vale. Pues precisamente por eso, que «Blitz» se abra con una pelea callejera entre tres jovenzuelos y nuestro calvo preferido (bate de hurley en mano), a la que sucedan títulos de entrada en plan discotequero promete, y a frotarse las manos tocan. Violencia gratuita y película vitaminada es lo que parece que nos vaya a ofrecer el trabajo de Elliott Lester tras las cámaras, quien por cierto toma como guión la adaptación de Nathan Parker (escribió el libreto de «Moon» en su debut) de una novela homónima escrita por Ken Bruen. Un momento. ¿Statham protagonizando una cinta cuyo argumento depende de un libro? Eso suena raro, algo falla. Queda mal decirlo y seguramente pocos lo reconozcan, pero la gracia del Bruce Willis de Inglaterra es que cuanto menor sea la trama, mayor será el espacio dedicado exclusivamente a las peleas, las persecuciones, los tiros y los torsos al descubierto. Es de los pocos actores a quienes se le perdona tal condición, siempre y cuando el resultado visto en pantalla sea satisfactorio. O sea, que la calidad de «violencia gratuita y película vitaminada» a la que aludíamos antes no se pierda en ningún momento. Y sin embargo, hete aquí que el tal Lester nos la quiere meter doblada.
Cómo de distintas serán las cosas, que en ningún momento de «Blitz» se le ve a Statham más musculatura que la de su frente. Y es que, ah, esta no es una película de acción a su uso. Puede que empiece como tal, y puede que las muertes que sucedan en pantalla sean truculentas (puntuales pero ingentes cantidades de crudeza le hielan a uno la sangre), pero que nadie se equivoque: estamos ante un thriller policíaco de aquellos de asesino en serie, detective (o similar) que llega tarde a los crímenes, y recolecta de pistas para tratar de averiguar la identidad del malhechor. Y como tal no está mal, ojo, sólo que obliga a una remodelación de expectativas que no hubiera hecho falta de haber sido protagonizado por Liam Neeson, por ejemplo. De hecho, resulta especialmente interesante el tratamiento del maloso en cuestión, un killer de agentes de la ley a quien la cámara no se asusta en seguir, convirtiéndolo en personaje principal y descubriéndonoslo como un desquiciado enfermo mental de aquellos que hacen escuela. Aburren, en cambio, ciertas decisiones argumentales que sobran (el personaje femenino) y que hubieran podido ser sustituidos por… bueno, por escenas de acción pura, qué demonios. Pero por lo general, «Blitz» cumple como mero film de polis y cacos, y se puede ver sin problemas en una tarde tonta.
Ahora bien, el problema sigue estando ahí. Nos han querido dar gato por liebre y lo han conseguido sólo en parte: y es que todo el visionado de esta producción londinense es, en realidad, una especie de calma chicha, de espera para lo que antes o después debería hacer acto de presencia: la acción. Casi todas las líneas de guión de Statham acaban en una chulería propia del buen tipo duro que es; el ritmo del film parece estar frenado, contenido y reservado para que la eclosión pueda darse en cualquier momento; la violencia de los crímenes no es propia de un austero thriller de investigación. Y efectivamente, a la que se da un primer conato (la cosa no pasa de una persecución a pie) la música de discoteca atrona por los altavoces, el montaje se desata y la adrenalina se dispara. Súmese a ello un final de todo menos moral (lo mejor de la película, si me preguntan), y la pelota, entonces, vuelve al tejado de sus responsables. ¿Por qué esos engañosos escupitajos de acción acabados en nada? ¿Por qué contratar a un actor de un muy determinado género y colocarlo en una cinta perteneciente a otro? ¿Por qué no aprovechar la característica por la que mejor se vende dicha estrella? Preguntas cuya respuesta quedará para otra ocasión, pero que rondan con demasiado ímpetu a lo largo y ancho de todo el metraje de «Blitz», la aceptable pero engañosa «Blitz».
6/10
Gato o liebre el registro de Jason es el correcto, a parte de machacar también sabe interpretar.
El que esperara la típica película de persecuciones, disparos y peleas brutales puede pensar que es gato, aunque en el trailer claramente se veía que no iban por ahí los tiros, pero no creo que salga defraudado.
El toque british en el género se nota y le da cuerpo a la historia, con unas interpretaciones del trío protagonista muy superior a lo que se ve en producciones similares.
He visto algún fiasco made in usa cuando han intentado hacer algo similar y Blitz, para mi, no es el caso.
pues a mí me pareció justito, el Statham… aunque ya digo, no es mala ni mucho menos, y prueba de ello es que no la condeno, más bien al contrario. Sólo que sin saber nada de ella (no vi el trailer antes, sorry) y atendiendo a sus primeros compases (que es a lo que me refiero con lo del gato y la liebre) la cosa apunta hacia derroteros más clásicos en la filmografía de Statham. Con todo, eso, correcta. Salud!
Muy mala película. Si queremos un tío duro en pantalla que se lo gane por la fuerza y no con chistecitos malsonantes, ni con carreritas a ritmo machacón, ni con sugerencias indirectas de que se tira a la mitad de tías del plantel. Si se las tira qué menos que podamos verlo. Pues ni eso. Ni una mísera teta. También chirría (y mucho) el malo, el peor malo desde Gru. Por lo menos. Que una película de Statham aburra no tiene perdón de Dios.
Ah,a mí el malo no me disgustó, y la película no me aburrió. Pero a Statham no me lo creí nunca en ese papel que, insisto, es para pelis-tipo-Neeson…
Petrarca, discrepo contigo…..
….yo conté al menos 3 tetas… Bien es cierto que fue una visión fugaz, pero había…jajaj
…otra cosa es que, en el caso de pelis de Statham y sin saber exactamente por qué, hasta los tíos preferimos verle a él sin camisa antes que a ellas….