Crítica de La brújula dorada

¿De qué diablos va esta película? Lo que en el fondo es tan simple como la interminable lucha entre el bien y el mal, en «La Brújula Dorada» lo maquillan con un guión tan complicado y lioso como pedante y aburrido, hasta el punto de llevar al espectador o bien a un estado de desesperación absoluta, o al total desinterés del argumento. Y es que intentar explicar qué es «el polvo», qué son y qué pintan ahí los daimons, por qué Daniel Craig (que aparece unos diez minutos a lo sumo) emprende un viaje por las montañas nevadas, o por qué es atacado tan vivamente, resultan tareas harto complicadas. Yo sabría contestar a grandes trazos únicamente a la que concierne a los daimons, pues son lo mejor de la película, una especie de personificación del alma de cada ser humano, o más bien animalización, ya que se trata de animales (creados por ordenador) que van cambiando de forma con tal de permanecer lo más cerca posible a sus amos. Y son lo mejor de la película no solo por resultar simpáticos y tiernos, si no porque han sido creados con tanto mimo y realismo que son absolutamente creíbles (casi) todos ellos. Cosa que, por cierto, no es en absoluto de extrañar teniendo en cuenta qué productora anda detrás de todo el tinglado.New Line Cinema revolucionó el cine en el 2001 cuando presentó la primera parte de «El Señor de los Anillos», y desde entonces ha estado siempre en lo más alto en lo que a películas fantásticas se refiere (ninguna, a día de hoy, ha sido capaz de superar a la trilogía de Tolkien/Jackson). Ahora sin embargo, su hegemonía parecía estar amenazada a raíz de la enorme cantidad de estrenos de corte fantástico, por lo que presentan esta primera parte de una amenazante trilogía, basada esta vez en los relatos de Philip Pullman.
Como no podía ser menos, la gran baza de «La Brújula Dorada» es la espectacular recreación de un mundo de fantasía con animales parlantes y mutantes, edificios imposibles, y luchas trepidantes. Si hace poco hablaba de lo poco estimulantes que se antojan los efectos especiales de «Soy Leyenda«, esta vez resulta imposible no rendirse ante tanta belleza visual. Los osos polares, la batalla del tramo final, los viajes en barcos voladores… todo es precioso, colorido y lleno de detalle. Poco importan los evidentes parecidos a la saga del anillo, o incluso a los nuevos episodios de «Star Wars». El único pero es en mi opinión el daimon de Nicole Kidman, un mono dorado que recuerda demasiado en expresiones faciales a los de «Jumanji» (que tiene ya más de doce años). Pero a parte de tan ínfimo detalle, es este el apartado que salva la película de Chris Weitz del total hundimiento. Porque al terrible guión hay que sumarle unas actuaciones en su mayoría lamentables. Nicole Kidman está ridícula y confirma una vez más que a las actrices que ganan un Oscar se les acaba la vida profesional; Daniel Craig es 007 haga lo que haga, y aquí no está mal, pero su presencia es meramente anecdótica; Eva Green sale aún menos que Craig, y los niños parecen lidiar por el premio a la actuación más odiosa de la temporada (a excepción de la protagonista, una sorprendente Dakota Blue Richards). Inusitadamente, es la fugaz intervención de un Sam Elliot («El Gran Lebowski») armado de un rifle y su enorme bigote la que salva los platos junto a la joven actriz principal, pues parece ser el único que sabe dónde se ha metido.

Así pues, en conjunto la película aprueba únicamente por su fascinante apartado visual, pero no deja de ser un lío tedioso e imposible de entender que desesperará a adultos y jóvenes. Estos últimos, por cierto, incluso podrían impresionarse con alguna escena algo más violenta de lo que se esperaba de una película infantil.

Por cierto, la película no tiene crítica alguna a la Iglesia Cristiana. Se trata de una adaptación destinada a todo tipo de público, y por ello se distancia del libro y opta por simplificar tanto el personaje de Kidman como el concepto del College, dejando a este como una institución sin connotación alguna (o varias, pero no necesariamente religiosas).
5/10
En diciembre de 2006 me dio por arrancar mi vida online por vía de un blog: lacasadeloshorrores. Empezó como blog de cine de terror, pero poco a poco se fue abriendo a otros géneros, formatos y autores. Más de una década después, por aquí seguimos, porque al final, ver películas y series es lo que mejor sé hacer (jeh) y me gusta hablar de ello. Como normalmente se tiende a hablar más de fútbol o de prensa rosa, necesito mantener en activo esta web para seguir dando rienda suelta a mis opiniones. Esperando recibir feedback, claro. Una película: Jurassic Park Una serie: Perdidos

Te puede interesar...

Comentarios

  1. De acuerdo con la crítica, y es que cuando te preguntas por cuanto le queda a la película… los 6 euros peor invertidos de mi vida.

  2. Lo de la Iglesia católica suena a publicidad barata, barata.
    Ya veremos.
    Saludos

  3. no vale la pena ver estas pelis hollywoodenses actuales… poco y nada se rescata…!!!

  4. Se dice daimonions no daimons xD y si te lees los libros probablemente entiendas lo del polvo. Se dice que los libros son mejores q las peliculas y es cierto.

  5. siento contradecirte, pero en la película en todo momento se dirigen a ello como daimons, término que se puede usar igual que daemons para denominar a dichos espíritus… no pienso leerme los libros, sigo defendiendo que una película tiene que ser buena por sí sola, y no por el universo que la rodea. Por tanto, algo tan importante como «el polvo» debería quedar perfectamente claro solo pagando los 7 euros que vale hoy en día la entrada de cine en Barcelona… no dudo que el libro sea mejor, eso está claro, pero aún así, no debería verme forzado a leerlo para entender la película, repito.

    P.D. Películas malas con universos buenos hay muchas: Silent Hill, por ejemplo ;)

Escríbenos algo

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *