Crítica de Burlesque

El extraño plan llevado a cabo por los mercachifles del aparato comercial hollywoodiense para mantener vivos ciertos géneros sigue en marcha. Se trata de no dejar que desaparezcan de la memoria colectiva géneros que antaño tuvieron una aceptación popular nada despreciable, a la espera de que vuelvan a florecer y a gozar del tirón. Nada que objetar, en principio, que uno es bastante fan tanto de los westerns como de los musicales.
Lo malo es que en lineas generales el nivel va bajando a cada año que pasa. Oh, claro, últimamente cada temporada ha tenido su musical que nominar en las diversas entregas de premios, pero eso tampoco garantiza absolutamente nada. Es el caso del que ahora nos llega. «Burlesque» no renueva precisamente nuestra fe en todo el sistema galardónico norteamericano. No precisamente.
Porque si uno ya sabe que tocando ciertas teclas va a acceder por arte de birlibirloque emocional al placer colectivo, pues como que se acomoda. Y acomodamiento es antónimo de cine. Más de cine musical, tan proclive a tópicos y tan delicado en todo lo que se refiere a puesta en escena.
Pues bien, «Burlesque» cae en lo primero y pisotea lo segundo. Es un increíble carrusel de clichés (dad a «increíble» todas las connotaciones que encontréis), de falsedades convencionadas, de postizos piojosos y reutilizados. Y al mismo tiempo una patada al sentido de la puesta en escena, un escupitajo a todos aquellos orfebres que se han dejado la piel mimando la escenografía. Un insulto, por supuesto, al auténtico burlesque, convertido aquí en un espectáculo conformista, de bajo calado y que renuncia al alto voltaje cabaretero tradicional por un cosquilleo molesto que se pretende conciliador para con todo el mundo.
Es que probablemente no se reunirá a tanta familia ante la pantalla si uno da rienda suelta al sudor, al humo, a la sexualidad, a la transgresión, a los efluvios etílicos tradicionales de la tabla de varités. Casi que es mejor, si a uno le pica el bolsillo y quiere calmar el escozor a base de billetes de los de la cara de Ben Franklin, meter a Christina Aguilera, convertirla en una princesa Disney picantilla (ajem) y ponerla a cantar junto a Cher.

 

 

Primer aviso, a quien la señorita Aguilera le produzca alergias varias y cualquier tipo de reacción física o psicológica adversa, por lo que más quiera, que se abstenga. Sin entrar en las dudosas cualidades interpretativas de la muchacha (compartidas, por cierto, por su partenaire masculino en pantalla), el recital de gorgoritos es de antología, convertida la rubia intérprete en protagonista absoluta de la función en cuanto uno se despista. Ñaca, puñalada trapera a la trompa de eustaquio.
Y no es que le chafe la historia a nadie, que ya digo que esto es de un previsible que espanta. Decidme si no cómo iba a terminar esta historia de chica de granja que se muda a Los Angeles a probar fortuna en el mundo del burlesque, donde descubre que «La fama cuesta y aquí es donde va a empezar a pagar con sudor».
No son los únicos topicazos. También está la compañera mala que siente envidia de la nueva estrella, la madam severa que luego resulta en una inestimable mentora, el empresario que quiere derribar el local para construir unos edificios sobre las ruinas, el amigo gay (de momento no tienen más características, son sólo «el amigo gay»), el chico sensible y seductor pero con novia… Muy poco riesgo, escasa aventura para una historia que debería ser todo lo contrario, caminar en todo momento por la cuerda floja de la canallería sin caerse.
Y como tampoco hay de donde sacar jugo a nivel visual, uno se queda como desamparado. Efectivamente, hay que estar muy loco o ser un genio para dar el salto al vacío que significa debutar en la dirección con un musical de este tipo, y Steve Antin no es ni lo uno ni lo otro. Su escenografía suda tinta de papel moneda, pero no tiene peso específico, ni originalidad, ni ofrece ningún asidero posible a quien busque algo realmente potente, distinto. Ningún número resulta especialmente memorable (no ayuda una selección musical diseñada para el metralleo de la Aguilera) y todos ellos desprecian la sugerencia, la metáfora y el juego poético que puede brindar el clip musical, en virtud del exhibicionismo.

 

 

Todo es culpa de una preocupante falta de estilo, de una realización impoluta, inmaculada, pero desinfectada de toda personalidad. Me pregunto yo si no habría sido interesante darle la vuelta a la convención y plantearlo todo desde un punto de vista inverso: ante la ineficacia de la cámara de Antin (como digo, exuberante pero sin la fuerza escénica de Rob Marshall y no digamos ya de Baz Luhrman; y a «Cabaret» ni citarlo) habría sido interesante ver cómo le sienta a un musical de este tipo un enfoque realista, sucio, a pie de escenario y de patio de butacas, tocando el suelo con los pies descalzos.
En cualquier caso el resultado de tan empalagoso cóctel es que «Burlesque» está cerca, demasiado cerca, del telefilme, o de la dramedia televisiva de bajo pefil. Su guión, falto de tensión dramática, es demasiado doméstico, resultando en ocasiones hasta involuntariamente paródico; sus diálogos son tontunos y sus personajes esquemáticos, desaprovechados los actores que los interpretan (Stanley Tucci trabaja demasiado, Cher no lo suficiente). Y sus intenciones están demasiado, demasiado claras.
Ouch. «Burlesque» son dos horas de inocuo tedio, de inofensivo vacío que a lo sumo irritará al espectador que tenga un par de dedos de frente.
Los tipos del Sunset Boulevard dormirán tranquilos esta y las noches que vendrán. Pero lo que es nosotros, ni puto caso, vamos.

2’5/10

Xavi Roldan empezó la aventura casahorrorífica al poco de que el blog tuviera vida. Su primera crítica fue de una película de Almodóvar. Y de ahí, empezó a generar especiales (Series Geek, Fantaterror español, cine gruesome...), a reseñar películas en profundidad... en definitiva, a darle a La casa el toque de excelencia que un licenciado en materia, con mil y un proyectos profesionales y personales vinculados a la escritura de guiones, puede otorgar. Una película: Cuentos de Tokio Una serie: Seinfeld

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Comentarios

  1. ¿En serio la has ido a ver?

    Supongo que tras una dura disputa sobre a quién le tocaba, el Capi ha debido de ganarte en una partida a los chinos, que sino….

  2. Sigh… pues sí, tú, en serio que la he ido a ver… Es más, he PAGADO por ella. No sabemos por qué no ha habido pase de prensa en Barcelona y como estamos casados con La Casa (hasta nos acostamos con ella a lo threesome), pues me la he tenido que comer yo con patatas. Le propuse a Capi ir juntos, pero tenía no sé qué historia en ese momento. Me dijo algo como "ahí le den a Burlesque". No sé qué quiso decir, pero creo que significaba que tenía hora en el dentista.

    En fin, es mi sino. Soy la oveja que se entrega al lobo para que las demas tengan tiempo de escapar: la he visto yo, he estado allí y os puedo asegurar que no debéis ir.
    Ya digo, es mi sino. Pero nunca más. Nos ha jodido.

    Saludos!!

  3. ja ja ja… evidentemente creo que nadie esperaría una musical tipo Busby Berkeley, Bob Fosse, Florenz Ziegfeld, ni más recientemente Rob Marshall, pero la peliculita en cuestión ya en los primeros 15 segundos del trailer se veía absurdamente estereotipada, patética y ridícula, es decir; una inmensa y musical bola de mierda. Ni siquiera es acta para un público infantil, adolescente, adulto o tercera edad… entonces ¿Para quién y para que coño se hace algo así? Aunque Rob marshall decepcionó hasta el tuétano con Nine. Hacer un musical hoy en día es tan peligroso como un mono con hojilla, tiene que ser algo demasiado inteligente y tratar aunque sea de tomar ejemplo de los maestros que nombre inicialmente, ojo; tomar ejemplo, no imitarlos. Definitivamente no la iré a ver ni que me invite la Reina Isabel a verla en su pequeña casa de la pradera, con familia Ingalls incluida. Y el disquito de la película para mi correrá la misma suerte del disquito de Nine. ja ja ja… y no te puedo imaginar viendo esa película John, te admiro profundamente, en cada capital del mundo que pondré una estatua ecuestre de oro, ja ja ja… debió ser un martirio para ti.

  4. dios, es que la portada lo dice todo.

  5. No, Nita, la portada no lo dice todo. Es peor, mucho peor… brrrrrr…

    Y publio. Supongo que sí, se deduce que fue un martirio, eh…? Hemos hablado ya de las infinitas posibilidades de los DVDs como posavasos…? jejeje…

    Saludos!

  6. Estoy metido en un intercambio de regalos para el 23 de Diciembre, si me regalan ese disco, a lo que termine la fiesta espero afuera el que me regalo el disquito y lo dejaré inconsciente de la paliza que le pienso dar por tan ofensivo regalo. A caballo regalao no se le mira el colmillo, pero hay regalos que son como regalar una bomba y en este caso sería una bomba, pero de las que explotan, no por lo bomba de éxito que es. Cher y Christina Aguilera en un mismo CD… Dios, el inicio del 2012. Aunque tengo que reconocer que las cualidades vocales de la segunda son excelentes y tiene bellas canciones, pero desperdiciar talento es esa cosa como que no me termina de cuadrar.

  7. Yo creo que lo peor que le puedes hacer a quien te lo regale, más que una paliza, es decirle algo como "ah sí? pues mira, me encanta tu regalo; me encanta muchísimo, vamos. Me encanta tanto que me sacrifico y te lo regalo yo a ti, para que lo escuches. Y cuando lo hayas escuchado, pero escuchado bien, vienes y me lo cuentas, eh, majete?"

    Salud!

  8. Excelente idea… la seguiré al pie de la letra. Tal vez le guste tanto el CD que ni me lo dé. (Bendito sea Dios).

  9. tome putitos el 'disquito' ya lleva vendido mas de medio millon de copas, putos.-

  10. ¿Traducción por favor?

    ¿Alguien que hable mi lengua?

    Supongo que la traducción aproximada es "el disco ya ha engañado a más de medio millón de idiotas". O algo así.

  11. Jo, cómo está el patio. Os dejo solos cinco minutos y ya véis…
    Un consejo, amigo Juan: si vas a insultar a la gente, aprende de los de "Encontrarás dragones", y hazlo por algo serio, como defender la Obra. O por la Supremacía blanca,o la independencia de las naciones sin estado, yo qué sé. Pero no por "Burlesque", hombre…

  12. XDDD

    Parafraseando a nuestra queridísima, Big Big Hunag

    (ala, me largo de fin de semana; miedo me da pensar en cómo voy a encontrarme esto cuando vuelva…)

  13. Hola otra vez. Me se había olvidao una cosa: tengo entendido que en México lo de "putitos" es una manera poco cariñosa de llamar a los homosexuales (entiéndaseme bien: muy poco cariñosa). Por tanto,pensadlo, eso significa que allende los mares, existen fans de Cher y de Cristina Aguilera que no sólo deben de ser heterosexuales, sino incluso homosexualófobos…!!! Fascinante y horripilante, a un tiempo.

  14. Big Big Huang!!!
    El macherío, llevado al paroxismo, a menudo está ocultando pendejos pink flamingos, no creas….

  15. pink fla… ecssss!

    a esta clase de trolls ni caso. Si ni siquiera se les entiende, a zurrir mierdas con un látigo y listos

  16. "ni siquiera se les entiende". JUAS, me reafirmo: las últimas remesas de trolls están llegando defectuosas, defectuosas.

  17. no te quejes, que los de los dragones son peccata minut… este… boccato di cardinale?

  18. "corpo di Bacco", tonto. Ay, si es que no sabes ya ni de expresiones en latín

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