Crítica de Casi 300
Independientemente de su calidad, de la que hablaré más adelante, el caso es que esta película tiene un único público, el norteamericano, y casi la totalidad de sus chistes son comprensibles únicamente si se conoce a la perfección (anuncios incluidos) la televisión estadounidense. Así, «Casi 300» es una continua tomadura de pelo de referencias que a duras penas han llegado por estos lares: profesores de «American Idol» y «America’s Next Top Model» (versiones EEUU de «Factor X» y «SuperModelo»), anuncios de refrescos, películas que por aquí han llegado a pasar con más pena que gloria («Stomp the Yard»), y las últimas meteduras de pata de Britney o Paris son aquí el objeto de burla.
Vaya, que para un espectador ajeno a la vida rosa americana, es decir, para prácticamente la totalidad del resto del mundo, son bromas que no tendrán la más mínima gracia.
Mal empezamos.Afortunadamente, no todos los gags son así. Algunos (muy pocos) sí se centran en las grandes superproducciones, y al estilo de «Scary Movie», arremete contra «300«, «Shrek Tercero», «Spider-man 3«, o «Transformers«. Y la verdad, incluso pueden resultar graciosos (aunque repito que son muy, muy pocos). La homosexualidad de los guerreros espartanos, la paliza que le pega Leónidas a su hijo para entrenarle, el putón verbenero que es su mujer, o la interpretación de Xerxes a cargo de Ken Davitian (más conocido como «el gordo de Borat»), son los únicos y aislados momentos en que «Casi 300» será capaz de arrancar alguna que otra sonrisa.
Y es precisamente gracias a estos que la película logra alzar mínimamente el vuelo, aligerando su ritmo y evitando que resulten aún más lentos los poco más de 60 minutos (!) que dura. Porque sí, se trata de una hora sorprendentemente aburrida.
Por si aún queda alguien con intención de verla, ahí va otro buen puñado de motivos para cambiar de idea.
Es obvio que a una película de estas características no se le pueden pedir actuaciones de Oscar, pero es que en «Casi 300» el protagonista abusa tanto de la imitación de Gerard Butler que acaba convirtiéndose en un elemento malencarado, ronco y chillón, verdaderamente irritante y molesto que no hace si no restar aún más puntos al resultado final. Por suerte, en el otro lado de la balanza aparecen un Ken Davitian gracioso y una Carmen Electra que… bueno… ya me entendéis.
Mención a parte merecen los efectos especiales. Jamás había sentido la vergüenza que se pasa al ver esos casposos trucos, donde el transformer es solo un tipo disfrazado superpuesto en la imagen, los escudos y lanzas se doblan al enfrentarse al viento, y las espadas se «clavan» bajo las axilas de los actores. Una tomadura de pelo tan enorme que lo único que consigue es hacer que el espectador se sienta literalmente insultado.
Vamos, que por si no ha quedado claro hasta ahora, «Casi 300» es una auténtica basura. No solo no hace gracia, si no que aburre, y ofende (al público que ha gastado los siete euros que vale una entrada). Es un despropósito tan grande que hiere mortalmente a un género, el de la parodia, en peligro de extinción…
1,5/10 (y el 0,5 de más es porque sale Carmen Electra)
Buffff. Lo pones realmente mal. Bueno es saberlo…
sí, y mira que, lo admito, la primera scary movie me divirtió mucho, y desde que tomó las riendas de esa saga el director de aterriza como puedas… vaya, que no tengo ningún prejuicio frente a estas películas, o sea, que si digo que es mala, es que realmente es MUY mala!
saludos!