Crítica de Celda 211
Si algo ha dejado claro Daniel Monzón en su carrera como director, es una muy marcada voluntad de mirar más allá de los confines (cinematográficos) ibéricos. Su primeriza El corazón del guerrero ya mostraba un abierto interés por temáticas e incluso recursos y estilos propios del cine estadounidense, mientras que en El robo más grande jamás contado un personaje apodado El Santo pretendía emular a Thomas Crown y La caja Kovak contaba, directamente, con un reparto internacional.
Ahora, el nuevo trabajo de este crítico reconvertido a cineasta viene a confirmar su interés por la cultura made in Hollywood más comercial, convirtiéndose en el que quizás sea el primer blockbuster español puro y duro de los últimos tiempos, con todo lo bueno y lo malo que ello conlleva. La primera pista de dicho enfoque la encontramos en su propio título, una críptica Celda 211 que supone a su vez el punto de partida de un argumento de motines carcelarios, potente y dinámico, y orquestado a modo de action-thriller movie. En un marco neutro (la cárcel apenas cuenta con signos de identidad y podría pasar por cualquier establecimiento penitenciario del globo terráqueo) se produce una revolución llevada a cabo a la heroica por parte de unos presos, casi mártires, cuyos objetivos van poco más allá de la mejora de las condiciones humanas del lugar. En este grupo protagónico, tan perfectamente definido y jerarquizado como la banda de Con Air o los diversos clanes de Prison Break (Lechero aparte, claro), es donde acaba introduciéndose Juan, alias Calzones, un funcionario que empezaba a trabajar el mismo día del motín. De hecho, que haya citado la famosa serie americana no es en absoluto gratuito, ya que tanto el personaje (interpretado con atino por Alberto Ammann) como su manera de colarse entre los presos no se aleja demasiado al Michael Scofield de Fox River.
El mencionado acercamiento al cine comercial estadounidense queda, por tanto, patente desde la mera lectura de su sinopsis, y se afianza tanto a través del inteligente empleo de la dureza y violencia cruda de ciertos pasajes (jugueteando con las calificaciones de edades) como de los aspectos más técnicos del film, que podrían pasar por una producción internacional de no ser por el sonido en directo, lastra inmortal del cine español. Ni la opción de rodar la película con cámara digital en mano se hace molesta, recordando a un Michael Mann de reciclaje.
Incluso los actores más relevantes (sí, Antonio Resines incluido) parecen especialmente enrocados con la producción, componiendo interpretaciones por encima de lo esperado/temido.
De todos ellas, obvio, destaca la labor de Luís Tosar. El esfuerzo realizado por el actor de Los lunes al sol se ve recompensado por una sorprendente recreación del cabecilla de los presos, un tal Malamadre tan humano como temible. No sólo sirve para presentar a Tosar como el más firme candidato al Goya, sino que le hace despuntar como uno de los grandes actores del panorama español actual (aunque eso tampoco sea decir demasiado).
Ahora bien, esa apuesta por el cine más comercial también cuesta algunos puntos, pues como todo blockbuster ultramarino que se precie, Celda 211 peca de resoluciones excesivamente peliculeras que le restan varios enteros a la supuesta seriedad buscada. Así, chirría todo lo relacionado con la mujer de Calzones (embarazada para más inri), determinados pasajes de dudosa credibilidad (la mayoría centrados en su tramo final), y el innecesario revestimiento de falsa trascendencia traducido en las (breves) entrevistas con testigos, entre las que destaca (para mal) la frase inmediatamente anterior a los títulos de crédito.
Pero, en todo caso, se trata de salpicaduras que no empañan demasiado el alma de un producción que, a fin de cuentas, busca entretener sin pararse a pensar demasiado en ella. Y a día de hoy, pocos directores nacionales están capacitados para ello: no me cabe la menor duda de que, en manos de otro, Celda 211 se hubiera convertido en una denuncia social sobre las condiciones humanas de las cárceles españolas, algo que, aquí, apenas asoma.
Al final, Celda 211 se convierte en una grata sorpresa, una apuesta española por el espectáculo que regala al espectador casi dos horas de emocionante y opresivo motín carcelario. Rayando, en (casi) todos sus aspectos, en un nivel realmente notable, supone una opción muy válida que, de paso, reactiva el interés por un cine nacional bastante apagado en los últimos tiempos. Eso sí, olvídense de mensajes trascendentes sobre la sociedad española o el panorama carcelario, pues a excepción de un grupo de presos etarras, poca denominación de origen se halla tras sus barrotes (y nosotros nos alegramos por ello).
Valoración de La Casa
En pocas palabras
Daniel Monzón encuentra por fin su camino y lo recorre brillantemente con un intenso thriller carcelario. Claro que cuenta con la ayuda de un inolvidable Luís Tosar en uno de los mejores roles de su carrera.
Tengo bastantes ganas de catar la nueva propuesta de Monzón. Parece que por fín va a ofrecer algo de espectáculo digno en el cine patrio. Y Luis Tosar tiene pintaza de papelón.
Parecía que no iba a pasar nunca, pero ¡tengo ganas de ver cine español! Y eso se lo debo a Celda 211.
la pelicula esta genial! tuve la suerte de estar ayi de extra e ir al pre-estreno y la verdad es k la peli esta muy bn y tosar tiene unos puntos de humor que la peli se te hace mas amena. recomiendo ir a verla xk esta muy bn! a! y los actores son majisimos!
Antonio López, ya te digo, esta película se puede valorar desde el punto de vista del dramatismo+seriedad+gafapasta español, en cuyo caso seguro que es una mierda. Pero si se toma como lo que es, un cine espectáculo del que no sé por qué se reniega bastante por la península, se disfruta enormemente, porque te juro que, pese al ajetreo y ritmo de películas que llevaba ya encima, la proyección de Celda 211 fue de las que más disfruté, sin haberme dormido ni un solo segundo.
Tiene mil y una trampas peliculeras, su guión va siempre que puede a la resolución fácil y directa, pero desde cuándo eso tiene que ser siempre malo? Y lo bien que va que aparezcan películas como ésta y Rec, y se demuestre que por aquí también se valora el cine como ENTRETENIMIENTO??
cristina, eras de las que están fuera de la cárcel liándola con los policías? totalente de acuerdo, Tosar es la leche, y sus actores (y director) parecieron de lo más molones en el festival de Sitges, cuando la presentaron!