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Crítica de Chef (#Chef)

Va a parecer que sueno a disco rayado, pero es lo que hay: al cine le interesa el Internet como fenómeno cada vez más inmiscuido en la cotidianidad de nuestras vidas, y las propuestas que hablan de ello de manera más o menos directa ya son el pan de cada día. De hecho, #Chef farda de ser la primera película con un hashtag en su título… claro que pasa sólo en España, que el original es Chef a secas (en fin). Sea como sea, el interés de del director, guionista y protagonista del tinglado, Jon Favreau, sí pasa por las redes sociales, tanto como por las historias humanas de esas que tanto gustan a la industria hollywoodiense con tendencia a lo indie. Y me explico: un chef lleva unos años acomodado en su éxito, hasta que un bloguero crítico culinario (primera), escribe una reseña atroz que se hace viral (segunda), llevando al personaje principal a un estado de inquietud que desemboca en la creación por su parte de una cuenta de twitter (ahá), desde la que por error responde de manera pública a su némesis internáutico. Ni que decir tiene que al rato, todo ello se convierte en TT, y de ahí al despido inmediato hay un paso. Toca empezar de cero, amueblar la chotera y encontrarse a sí mismo para después reengancharse a su familia, a la que había despreciado en pos de un trabajo con el que, por otra parte, siempre había disfrutado. Para ello, nada como un foodtruck que, por supuesto, tarde poco en servir de marco para una historia tan típica como bienvenida de superación, expiación y renovación. Si además se convierte en tendencia por diversas redes sociales, amasando miles de seguidores deseosos de probar su comida, mejor que mejor. Doble discurso el de Favreau, pues, que consigue combinar en una sola propuesta candidata, desde ya, a feel good movie del año.

Y es que #Chef es la película-fenómeno del momento, el sleeper del año, y eso que motivos para la duda no faltaban. Había que saber, en primer lugar, cómo le iba a sentar a Favreau semejante cambio de rumbo en su carrera, después del díptico sobre Tony Stark y del posterior semifiasco que enfrentaba a vaqueros contra alienígenas (amén de su posterior periplo televisivo, como mínimo cuestionable: los pilotos de Revolution y About a Boy). Pero hete aquí el primer gran acierto de la cinta: más que a comedia indie, más que a disertación sobre las nuevas tecnologías, a lo que suena todo esto es a un meta-contenedor de confesiones, de situaciones no tan lejanas de la vida de un artista cuya carrera pedía a gritos un reinicio. No es en absoluto gratuita, en este sentido, la presencia del crítico, la crítica en cuestión, ni mucho menos la reacción del afectado, interpretado para más inri por el propio Favreau. La vida del chef debe tocar fondo para regenerarse, de la misma manera que el cineasta abandona aquí grandes propuestos y miras millonarias para embarcarse en una película pequeña pero infinitamente más personal, humana, sentida. Casi un re-debut que, de hecho, por vez primera nos descubre la faceta más artesanal (por así decirlo) del director. Y no me sale otra manera mejor, así que repetimos: y la más humana; porque #Chef es, ante todo, un canto a la vida, a la superación personal y a los valores del ser humano. Un discurso quizá demasiado sencillito, y visto en mil y una ocasiones, pero que vuelve a poner de manifiesto que a veces, más importante que el qué es el cómo se cuenta una historia.

Aquí, esta fábula de hadas tiene forma de ligera road movie sazonada con un buen puñado de elementos que, en combinación, dan con una fórmula prácticamente perfecta. Ya hemos hablado de Favreau, queda hacerlo de un reparto que sorprende ya no sólo por lo acertado de su elección, sino por una vis cómica de aúpa (no exenta de autoparodia): John Leguizamo se convierte en robaplanos profesional mientras Sofia Vergara sigue depurando su papel de ama de casa de clase alta, las presencias -en ocasiones poco más que testimoniales- del resto de intérpretes (Dustin Hoffman, Bobby Cannavale, Scarlett Johansson, Oliver Platt, Robert Downey Jr.) constituyen el chispazo de sabor y frescura definitivo, y Emjay Anthony es de los pocos niños no asesinables de la actualidad hollywoodiense. Es este último quien lleva además la voz cantante del otro gran tema de interés de la cinta: acompañando a su padre en ficción por todo su periplo tanto físico como existencial a bordo del camión de comida, sus retweets, vines y demás actualizaciones de estado de las diversas redes sociales de hoy en día, llevan a cabo un lúcido estudio mucho menos superfluo de lo que podría esperarse, de la sociedad de hoy en día, que es capaz de convertir en fenómeno masivo lo más descabellado que pueda encontrar por las redes. Ninguna opinión crítica al respecto, Favreau describe una realidad innegable; o quizá sí: y es que ni todas las tecnologías o nubes virtuales del mundo pueden maquillar la esencia más básica de #Chef, que es la amistad, el amor. Cien por cien física, palpable. Totalmente antiviral.

Con mayor o menor presencia en pantalla, decíamos que todos funcionan en sus respectivas obligaciones para con el film, porque todos se empapan de su espíritu buenrollista. El mismo que poco a poco va cuajando en el espectador hasta hacerle entrar ganas casi irrefrenables de bailar los ritmos latinos de su banda sonora. Y que le hace hacer la vista gorda en aquellos bajones puntuales de ritmo e interés, que coinciden cuando la ya de por sí evidente moraleja de todo ello se torna un pelo repetitiva por masticada, no vaya a ser que algún espectador se la pierda. De acuerdo, seguramente no sea, ni mucho menos, una propuesta redonda. Tanto da. Jon Favreau ha sabido ocultar carencias, de las que se diría conocedor en todo momento, mediante una película por momentos muy divertida, siempre entretenida, en todo caso creíble y emotiva pese a lo bucólico de su entramado. De ritmo ágil y liviano, con una personalidad inesperada y un alma desbordante cargada de buenos valores, se convierte en una alegría para los sentidos que abre el apetito tanto como el ánimo.

Hágase viral pues, conviértase en Trending Topic: #Chef es la Película-que-hay-que-ver de la temporada.

 

 

 

Valoración de La Casa
  • Carlos Giacomelli
3.5

En pocas palabras

Jon Favreau abandona el universo Marvel y se mete en una película pequeñita, de buenos valores, y mejores sensaciones. Sin suponer revolución alguna, Chef es una de esas gratas, por inesperadas, sorpresas que le animan a uno el día.

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En diciembre de 2006 me dio por arrancar mi vida online por vía de un blog: lacasadeloshorrores. Empezó como blog de cine de terror, pero poco a poco se fue abriendo a otros géneros, formatos y autores. Más de una década después, por aquí seguimos, porque al final, ver películas y series es lo que mejor sé hacer (jeh) y me gusta hablar de ello. Como normalmente se tiende a hablar más de fútbol o de prensa rosa, necesito mantener en activo esta web para seguir dando rienda suelta a mis opiniones. Esperando recibir feedback, claro. Una película: Jurassic Park Una serie: Perdidos

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Comentarios

  1. Debías estar borracho el día que fuiste a verla; yo la ví ayer en A3 y menuda porquería: la típica americanada de "follow your own way" y de gracia 0… en cuanto al nivel culinario del menda, no llegaba ni al de los concursantes de Master Chef… Para mí 3/10 y sólo por lo buenas que están Sofía Vergara y la Scarlett

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