Crítica de El circo de los extraños
Si se suman, por una parte, todos los productos vampíricos que han ido apareciendo en los últimos años, y por la otra las películas intantiles/juveniles de corte fantástico, el resultado puede rebasar toda lógica. Y sin embargo, ambas fórmulas siguen resultando rentables -pese a algún que otro batacazo- por lo que Paul Weitz, listo como pocos, ha pensado en ir más allá y ofrecer un todo-en-uno que bien podía suponer el agotamiento total como la revolución definitiva ¡y necesaria! del cine junevil. Al final, ni lo uno ni lo otro, “Cirque du Freak: The Vampire’s Assistant” se queda en un simple pasarratos veraniego (aunque se estrenara en octubre en USA)… que, a diferencia de lo que podía temerse, ya es mucho; vamos, que la miscelánea acaba resultando tan olvidable como entretenida, y por lo tanto su visionado mucho más recomendable que el de otros ejercicios similares.
Y eso que la chorrada que se nos presenta es de órdago.
La fórmula todo-en-uno a la que me refería es la siguiente: Weitz toma la enésima saga literaria fantástica y la adapta (escribe y dirige) acudiendo a todo referente que pueda ser reconocido por su público potencial. Estética lúgubre y preciosista, estilos variables a caballo entre el videojuego, el videoclip y el videocómic, acción y humor de lo más inofensivos y personajes jóvenes seguramente paridos en la TV para que puedan servir como reclamo. Y, que no falte, el maltrato total y absoluto a los mitos y leyendas sobre monstruos en general y vampiros en particular.
Pero es en este último punto donde se nota cierta diferencia en relación a sus rivales inmediatos, léase «Crepúsculo», de «El circo de los extraños». Y es que en esta ocasión, las vejaciones que sufren los chupasangre (y hombres lobo, y mujeres barbudas…) son tratadas desde un irreverente sentido del humor que hace las veces de parodia (a saber si voluntaria o no) y, a su vez, resta totalmente cualquier atisbo de esa gravedad de la que la saga de Stephenie Meyer hace gala.
Dicha tónica despreocupada y tirando a macarra se personifica en la elección de un espléndido John C. Reilly como amanerado vampiro/superhéroe, y contagia fácilmente al resto de un metraje que se convierte en poco más que una broma. Una broma de historia sumamente manida -la clásica lucha entre bien y mal con dos amigos enfrentados y alistado en bandos opuestos- pero en un marco algo menos previsible, en el que se agradece el segundísimo plano al que queda relegada la inevitable historia de amor de turno.
Cierto es que a lo largo de la hora y media de “El Circo de los extraños” ritmo e interés van y vienen, que los relamidos intérpretes jóvenes acaban resultando tan cargantes como de costumbre a medida que su peinado se va engominando, y que la sensación de total intrascendencia puede pasarle excesiva factura. Tampoco ayuda que su argumento no sea más que una presentación, la primera entrega que es prácticamente un prólogo introductorio de una presumible saga cinematográfica. Pero aun así, las barbas de Salma Hayek, la cola de la niña mono, los diversos freaks que pululan por pantalla (entre los que aparece casi sin avisar Kristen Schaal) conformando el estrafalario grupo protagónico, y el ya mencionado John C. Reilly acaban por sacarle a uno más de una sonrisa. Y eso, al rendir cuentas, acaba sumando.
Tanto, como los brillantes títulos de crédito iniciales, el bando enemigo encabezado por un Ray Stevenson pasadísimo de vueltas, o la sensación general de no pretender absolutamente nada más que entretener un rato a base de aventurillas extravagantes, amén de cierta moralina de andar por casa.
Seguramente no sea una gran película (ni de lejos), pero tampoco ofende y, para pasar el rato, es tan e incluso más válida que cualquier otro blockbuster de corte juvenil reciente.
Eso sí, absténgase todo entusiasta del Conde Drácula, pues las hilarantes licencias que se toma Weitz con la clásica figura del redivivo por excelencia son, cuanto menos, de suicidio colectivo.
5,5/10
No sé por qué, pero relaciono mucho la historia y los libros de Cirque du Freak con los de Una serie de catastróficas desdichas. El aire macabrillo que tienen, sin llegar a ser excesivo, y su autor/personaje del libro me encantan.
Eso sí, son sencillos a más no poder, pero se pasa un buen rato leyendo. Y por lo que cuentas de la película mantiene de alguna manera esa esencia de los libros. Como a mí los vampiros no me van mucho si están demasiado apegados al mito (la versión de Drácula de Coppola no me gustó mucho) así que me va bien, más que nada porque los vampiros sólo me gustan como un tipo de personaje fantástico más.
Siempre que veo una peli de este estilo pienso "seguramente esta será la peli favorita de algún niño". Y entonces me hace más gracia.
Anhelle, no había caído en emparejar esta peli a las Desdichas, llevas bastante razón… aunque a mi modo de ver también recuerda, por ese tenebrismo luminoso (o así) casposo a City of Ember… y nada, no leeré los libros, pero sí seguiré viendo las películas si se mantienen así y si, sobre todo, las acaban haciendo!
Nita, jajaja, bueno, a estas alturas cualquier niño que no tenga Bob Esponja como película favorita no merece mi respeto XD Pero esta me disgutaría menos que, no sé, Crepúsculo?
Saludos a las 2!
Pues yo voy a ser vreve la peli no me gustó mucho, mancha un poco el nomre de vampiro.
Pero actualmente me estoy leyendo la serie de libros del circo de los extraños y los libros estan muy chulos.
bueno, pero hoy en día quién no mancha el nombre del vampiro? Mira Crepúsculo, es un insulto continuo… o True Blood (que se ven en los espejos) o Stake Land incluso, que son zombis… hoy en día yatodo vale…