Crítica de Cleaner
Presentada fuera de concurso en el festival de Sitges de 2007, «Cleaner» es una película completamente insatisfactoria teniendo en cuenta las bazas con las que a priori contaba.
Su reparto resulta de lo más interesante, encabezado por los siempre solventes Samuel L. Jackson y Ed Harris (y la más limitada Eva Mendes), y además tras las cámaras se encuentra Renny Harlin, irregular pero interesante director de «Máximo Riesgo», «La Jungla 2» o «La Isla de las Cabezas Cortadas».
Por si fuera poco, sus primeros compases son muy atractivos tanto argumental como visualmente (la película se caracteriza por una fotografía oscura y deprimente, y un montaje original y dinámico), presentando una serie de personajes y situaciones originales y que fácilmente se harán con el beneplácito del espectador, deseoso por ver la propuesta sencilla pero digna y atrevida que auguran estos diez minutos iniciales.
Sin embargo, mucho me temo que ahí acaba todo.
Una vez se han asentado las bases y arranca el verdadero argumento de la película (esto es, la investigación por parte de Samuel L. Jackson y la policía para descubrir qué ha ocurrido en la escena del crimen), el globo se desinfla a velocidad vertiginosa, convirtiéndose en una tv-movie de medio pelo. Los personajes comienzan a perder personalidad y se instalan en una vulgaridad digna de telenovela, desmereciendo una presentación inicial mucho más explotable. Además, en seguida se descubre quién está detrás de todo el asunto con solo dos o tres torpes líneas de un guión que opta por la vía más conservadora y no arriesga ni un ápice. Por si fuera poco, hasta el estilo del film parece instalarse en la mediocridad más impersonal, olvidándose de los atractivos planos y montajes que se percibían al comienzo.
Todo ello lleva a una conclusión terriblemente anticlimática y desganada, en la que se confirma lo que un espectador ya se temía desde mucho antes, y aunque el último hilo que queda por atar puede resultar más o menos inesperado, es tal la desidia que, simplemente, no importa lo más mínimo.
Así pues, lo único que salva a «Cleaner» de la total quema es por un lado la presencia (que no labor, pues ellos son los primeros interesados en cobrar su cheque y poco más) del atractivo trío de actores protagonistas, y por otro el interesante y arriesgado planteamiento inicial, que habría podido dar pie a una película muy distinta a lo que al final acaba siendo. Por lo demás, se trata de un previsible telefilm de sobremesa sin nada que destacar, que desde luego no merece ser visto en pantalla grande. Una pena.
4/10
Hey, mi esposa la rento… voy a ver que tal esta y de ahi doy mi comentario…
SalU2!