Crítica de Código fuente
Mucho ojo a Duncan Jones y a lo que su filmografía puede suponer para el cine de consumo mayoritario, comercial, no autoral o como demonios quiera que se llame. Con tan sólo dos películas en su haber, tan aparentemente dispares desde la lejanía como sumamente vinculadas entre sí en verdad, el hijo de David Bowie ya ha conseguido crearse un universo único, rico y original. Un tándem que tira de fantástico (ciencia-ficción para «Moon«, thriller cerebral para la que ahora nos ocupa) y de referentes, que apunta directamente al conocimiento popular e incluso remarca su reverencia hacia él, pero que luego genera potentes sinergias para despuntar con una personalidad única, potente y refrescante. En definitiva, todo un outsider para los tiempos que corren, este Jones, que encima se permite el lujo de hacer sus productos apetitosos antes, saciantes durante, y fácilmente digeribles después de su consumo. ¿El truco? Adoptar como premisa primordial y credo sine qua non que el cine es, ante todo, puro entretenimiento, pero sin que por ello deban verse afectadas las neuronas de nadie. ¿El resultado? Un debut sorprendente hace dos años, y ahora 90 minutos de trepidante y agotador whodunit, con conspiranoia y científico loco incluidos, y el constante latido de las agujas de un reloj que antes incluso de activarse ya está llegando a su fin… Sólo que cada vez que llega, vuelve ocho minutos atrás y la película empieza a acabarse de nuevo.
Mejor será que me explique. La cosa va de un hombre que despierta en un tren dirigido a Chicago, con un cuerpo que no es el suyo y ante una bella mujer que le habla como si se conocieran de antes. Sin tiempo para asimilar el impacto, el tren hace explosión catapultándolo a una suerte de bunker denominado (ah) código fuente, que le permite volver a la mismo lugar y con el mismo tiempo de margen para buscar al responsable del atentado y tratar de detenerlo. Algo así como un «Atrapado en el tiempo» a lo bestia, con algo de «Misión imposible», algo más de «Origen» y mucho de «Fringe», que basa su gracia en una repetición constante de la misma e idéntica estructura, regenerada una y otra y otra vez. Hace falta valor, sí, pero también mucho oficio para no caer rápidamente en el tedio, algo que aquí emana por todos sus poros: desde un guión (de Billy Ray y Ben Ripley) que gotea información prácticamente a cada fotograma, a una dirección que discurre a él emparejado, alterando cada vuelta atrás en el tiempo lo justo para no caer en la monotonía ni pasarse de la raya, pero sí ir descubriendo secretos, virtudes y dimensiones a cada paso. Entre uno y otro juegan con el espectador que, ávido por saber y por tratar de adelantarse a los misterios que brotan como setas, cae en sus trampas, yerra una y otra vez, se ve obligado a volver a empezar… En definitiva, recorriendo el mismo sendero que el protagonista del film, un Jake Gyllenhaal sobre el que se rige toda la película y que lo borda como siempre (tanto como el resto de actores, elegidos con sumo atino).
Toca detenerse un poco más en la estructura con que «Código fuente» ha sido concebida, resaltar la brillantez mediante la que no sólo maneja el interés de cada repetición, sino que lo desplaza hacia uno y otro focos de intriga sobre los que al público le toca investigar. Claro, importa saber quién es el terrorista, dónde está la bomba o cómo (si) se desactiva. Pero por entre medio serpentean pistas sobre la otra gran pregunta: qué se esconde detrás del código fuente de marras. Y la respuesta puede pillar a más de uno por sorpresa, Jones, Ray y Ripley lo saben y se aprovechan de ello, dándole a la segunda parte del film una carga moral/sentimental mucho más intensa. Antes decía que la cinta podía recordar a un episodio de «Fringe», y es que igual que en la serie ideada por J.J. Abrams y compañía, a los personajes se les coge cariño enseguida, resultan creíbles y entrañables y por eso, el giro emocional que marca la evolución de la trama se acepta sin peros pese a que suponga una mera preparación de lo que está por venir… y que es ese tercio final que tanto parece haber molestado al otro lado del océano. Cierto es que un pequeño tirón de orejas, por exceso de pañuelismo en sus minutos finales, tampoco estaría de más tanto al film en sí como a una banda sonora hasta ese momento espléndida pero sobrecargada aquí de violines, pero no menos cierto es que todo el arco está ahí para brindarle al personaje, y por extensión al espectador, la posibilidad de un devenir justo (que por supuesto aquí nos desvelaremos), por lo que la emotividad queda sobradamente justificada.
Súmese a todo ello la posibilidad de teorizar sobre diversas explicaciones posibles a las que se deja la puerta entreabierta, y ya tenemos asegurado lo más valioso a lo que una producción cinematográfica puede aspirar: que se hable de ella. Y es que «Código fuente» es de aquellas películas que motivan, de esas que hay que ir a ver para poder comentar. Su juventud y vigor brillan con luz propia, la inteligencia con que se plantea y la originalidad que tanto cuesta hallar hoy en día aseguran una de las mejores inversiones hechas en una entrada de cine en los últimos tiempos, y aunque puede que no sea perfecta (queriendo se le puede achacar cierta simpleza de base) o que a no todos convenza su twist hacia lo personal… qué demonios, garantiza un espectáculo total y visualmente exquisito. De lo mejorcito que pulula por nuestras salas, oigan.
8/10
Waou, no he leído porque no quiero matizar mis expectativas con tus probablemente y como siempre acertados palabros, pero me ha sorprendido sobremanera que le pusieras un cocho a esta piedrícula, lo cual en realidad y de por sí ya eleva mis expectativas automáticamente. Pero vale, que la veamos no?
Nita, qué velocidad! mira, te transcribo sólo una frase que, a su vez, justifica mi ocho tanto como tu posible 2: "Y es que "Código fuente" es de aquellas películas que motivan, de esas que hay que ir a ver para poder comentar". O sea, corre a verla!!
me gusta! a ver si yo pienso lo mismo :D
Me has convencido. Ni Scream 4 ni leches. Voy a ver esta si o si. Y la semana que viene podrías decirme que tal está North Country que tengo unas ganas locas de verla.
Pues me has despertado curiosidad, Capitan, asi que voy a verla antes de emitir juicio!!! :) A las analogías sobre peliculas que mencionas, también podría sumar la clásica "Groundhog Day" con Bill Murray!!! jajaja ;)
Por cierto, cuando se estrena "Soy el numero 4" allí en España??? Es que la ví hace unas semanas y, cuando entre aquí para comentar que me pareció, todavía no estaba su crítica…
carpenter, North Country = Country Stron, no? esa la ve mi compañero, que yo no puedo. A ver qué nos dice!
P.A.B.S. efectivamente, pero… jejeje, Groundhog Day es Atrapado en el tiempo en su traducción español, jejeje!
Sobre Soy el número 4… pues la estrenaron la semana pasada! pero la Disney se niega a hacer pases de prensa de sus películas en Barcelona, y encima no ha estrenado ni una sola copia en versión original en la ciudad, así que no la hemos visto, no. La verdad, si tenemos que pagar, que sea por una película que queremos ver, jejeje!!
Este finde cae si o si.
Ppdinmita dijo…
Tremenda película! Ayer fuimos a verla porque aquí todavía no han estrenado Sin Límites, y lo cierto es que no esperaba encontrarme con una película tan buena , aunque sólo con ver el tráiler prometía…
Te tiene toda la película enganchado a la historia del atentado, y a la historia personal del protagonista…
Para mí lo que marcó la diferencia fue el final… [¡¡¡SPOILERS!!!]Me temía que nos iban a dejar con la intriga, con un final abierto con interpretación libre ( se me vinieron a la cabeza el final de Lost y de Origen , por lo que no intuía por donde iban a ir los tiros…) Me encanta el tema de las realidades alternativas, y en esta película lo han sabido llevar perfectamente.[¡¡¡FIN SPOILERS!!!]
En definitiva, salí con una sonrisa y un subidón, algo que echaba en falta últimamente cuando salía del cine.
*Ppdinamita, sorry tío, te edito esto, ok?
Por lo demás, pues y ves, pienso como tú, es de esas con las que te da subidón final, y eso hoy en día cuesta mucho de ver! Ojo, no te esperes algo parecido de Sin límites, eh? Que esa es divertida, sí, pero es una "mala película". De esas que molan, ojo, pero no tiene nada más que 100 minutos de palomitas y entretenimiento por entretenimiento :)
marc, ya tardas! qué tienes que hacer esta noche? nada? fútbol? eso son chorradas, ea, al cine que vas!
Eh, eh, eh, alto ahí. Ahora mismo se está jugando el partido más importante de la temporada… si, si, la UD Las Palmas – Salamanca, fundamental para la permanencia. Y esta noche juegan otros dos, que dicen que son medios buenos.
imagino que te refieres al Almeria Valencia, no? ;) Eres de uno o del otro? (entre Las Palmas y Salamanca digo)
De la UD Las Palmas! OE OE OE
jajaja Gracias por el dato, Capitan. Pasa que no siempre las películas son conocidas en España con el mismo nombre que en Latinoamérica. Por ejemplo, se que "Hard die" se conoce en España como "Jungla de cristal", mientras que en mi país es "Duro de matar". Por eso, para evitar complicaciones, prefiero escribir el nombre original en ingles cuando tengo dudas :P
Para mi el comienzo con esa musiquilla que le impone un ritmo casi frenético a la historia es impactante. Me recordaba a la música de "con la muerte en los talones" por el efecto que le daba a la misma.
Para mi no es perfecta, el ritmo decae, justificadamente, y vuelve a tomar el mando, el problema es que esa parte no la veo pulida del todo.
El final, o mejor dicho, los finales están mas que aceptables, todos.
En definitiva, algo de imprecisión en los tempos y los inevitables tópicos eso si, no exagerados; son la pequeña parte negativa de esta aventura tridimensional sin 3D. Por lo demás es una película mas que recomendable y con un resultado, a favor, por encima de sus pretensiones.
Oh, a mí la verdad me decepcionó y mucho. Pocas veces he visto películas que tropiecen tantas veces con el paradigma de los viajes temporales (o algo así). No le encontré ninguna lógica, sólo una historia que si se la empieza a pensar un poco, se desmorona.
Alguna vez teníamos que estar en desacuerdo, no? :P
Eternal, no mujer, no nos cortes el rollo! jejeje, que la comunión era casi casi casi perfecta! De todos modos, yo sí creo que la historia tenga miga. Por qué dices que se desmorona? Está bien, está ahí, es compacta y tal, pero es lógica o por lo menos, consecuente… no?