Crítica de Como la vida misma
Desde luego, nos encontramos en plena explotación del cine indie. Tras el éxito de «Juno«, con la reciente aparición de «Los perros dormidos mienten«, y con «Lars y una chica de verdad» a punto de estrenarse, llega ahora a nuestras pantallas una nueva producción de este género, dirigida por Peter Hedges y protagonizada por la estrella de «The Office», Steve Carell.Dan (Carell), columnista en un periódico local, vive con el recuerdo de su esposa fallecida, y dedicado por completo a sus tres hijas. Su vida cambia cuando conoce a Marie (Juliette Binoche), la nueva novia de su hermano menor.
Cierto es que el cine indie está perdiendo cada vez más su frescura, convirtiéndose en una serie de películas demasiado similares entre sí, como si se tratara de una sola saga estrenada en diferentes periodos de tiempo. Sus argumentos, personajes, y situaciones, igual que sus diseños de producción, se parecen tanto que resulta fácil confundirlas a la hora de hablar de ellas. «Como la Vida Misma» es tal vez la película que más reúna estos impedimentos, pues el propio personaje de Carell parece el mismo que interpretó, hace solo un par de años, en «Pequeña Miss Sunshine», y su argumento parece un remake de «Mientras Dormías».
Es verdad pues, que pasa por todos los lugares comunes de aquella comedia que protagonizara Sandra Bullock y Bill Pullman y otras similares, así como por cada elemento característico del cine indie.
Como ocurría con sus predecesoras, «Como la Vida Misma» es una fábula excesivamente edulcorada y por lo tanto demasiado irreal, siendo de todo menos semejante a la vida misma.
Si queréis, podemos decir lo mismo de la banda sonora, enésima recopilación de canciones en su mayoría acústicas y pegadizas, interpretadas esta vez por Sondre Lerche, que no deja de ser una vuelta de tuerca más a las músicas que en su día ofrecían «Algo en Común» o «Juno».
Sin embargo, la verdad es que a mí todo eso no me ha molestado. Porque si bien todos esos problemas podrían condenar a una película y relegarla al total y absoluto fracaso, el caso de «Como la Vida Misma» es bien distinto. Por mucho que el guión no sea nada del otro mundo, sí logra algo muy importante, que es conectar con el espectador y emocionarle. Poco importa que uno más o menos sepa cómo van a acabar las cosas, y cómo van a resolverse casi todas las situaciones en las que se ven envueltos los personajes, si puede hacerlo con una sonrisa en la boca. Y en esta película, la sonrisa está garantizada.
Aunque tal vez eso no se deba tanto al guión en sí, si no a la poderosa actuación de Steve Carell, que aguanta sobre sus hombros el peso de toda la película, ya que casi gira en torno a él. Como hiciera Jim Carrey hace algunos años en «El Show de Truman», el actor de «SuperAgente 86» vuelve a demostrar su polivalencia con una labor comedida y de tan solo un par de gags premeditadamente burdos (pero más que correctos), que acaba resultando no solo convincente, si no emotiva y tierna. Y lo mismo vale para el resto de secundarios, que pese a jugar en una división diferente, mantienen el tipo con solventes y creíbles interpretaciones.
Así pues, por una vez, la falta de originalidad se le perdona a esta nueva apuesta por el cine indie, pues la sencilla y previsible historia que cuenta «Como la Vida Misma» logra contra pronóstico agradar y emocionar sobradamente. Es cierto que en el mundo real seguramente nada de lo que nos cuentan en ella ocurriría, pero siempre va bien soñar con ello de vez en cuando. A mí me ha gustado.
6,5/10