Crítica de Como la vida misma (2011)
Ahora que Judd Apatow lleva callado más tiempo de lo normal, algún jerifalte de Hollywood con complejo de Sam Raimi ha creído oportuno realizar una suerte de remake paralelo de «Lío embarazoso», algo así como el «Terroríficamente muertos» de la comedia romántica. De este modo, se ha recurrido a la misma protagonista (la que es a la vez madre y soltera desafortunada por excelencia en los USA, Katherine Heigl) que en su día se quedara preñada de Seth Rogen, y se la ha enfrascado en un entramado prácticamente idéntico a aquél con apenas un par de variaciones, a saber: un cambio de partenaire masculino (ahora es el guaperas de Josh Duhamel), una excusa distinta para acabar siendo padres a la fuerza, y el hecho de que, en esta ocasión, deben aprender el oficio paterno con el retoño ya entre sus brazos (en la otra, la buena, la Heigl quedaba embarazada). En «Como la vida misma», los dos protagonistas no se soportan por el irritante perfeccionismo depresivo de ella y la despreocupación total y mujeriega de él, pero cuando por una tragedia inesperada acaban haciéndose responsables de la niña de quien ambos son padrinos, deben dejar a un lado sus diferencias y dar lo mejor de sí mismos para llevar adelante tan inesperada familia.
Tragedia, por cierto, que parece buscar en la película el mismo efecto que la inclusión de gore y humor negro en «Evil Dead II»: alterar el género en que se instauraba su predecesora en un intento de darle más profundidad al universo que las contiene a ambas.Sólo que aquí, ay, lo que se crea es una incomodidad gigantesca para el espectador, que si durante los primeros veinte minutos apenas deja escapar una sonrisa (con un guión incapaz de hacerse atractivo), cuando de golpe y porrazo se ve enfrascado en el drama puro y duro no sabe a qué atenerse, y que inmediatamente después se le vuelva a exigir hacerse con el (fallido) espíritu cómico de la propuesta puede acabar mareándole.
Añadamos más leña al fuego: acabamos de decir que «Como la vida misma» intenta hacerse graciosa sin lograrlo casi nunca, y que no rehuye (más bien todo lo contrario) de pasajes tipo violín y piano, lagrimeo de andar por casa y supuesto tacto (a La escena trágica se le suman varios momentos emotivos); que su historia no tiene nada que no se haya visto ya en el celebrado debut de Apatow en la dirección. Apuntemos que hasta el último de los giros, devenires o meros enlaces argumentales son de un previsible que insulta, pues si no en aquélla, se han visto igualmente en tantas ocasiones que es imposible distinguirlas. Y sumemos que algo en la pareja Duhamel & Heigl no cuela. Por más que lo hagan muy bien (ya pueden, es el mismo papel que han inerpretado e interpretan a lo largo de toda su carrera), que su química se haya logrado y que sus personajes poco a poco vayan cuajando, siguen sin resultar del todo creíbles. ¿Será por su imponente belleza? ¿Su perfecto físico? Sea como sea, algo hay que impide al espectador simpatizar plenamente, sacándolo así de la irremediable apatía en la que se ve sumido.
Todo ello significa una losa excesiva para la película de Greg Berlanti, hasta el punto de llegar a convertirse en un insulto para quien le dedique al acto de ir al cine algo más que el esfuerzo mental de contar el dinero para una bolsa de palomitas. Y es una pena, porque de no ser por la existencia de tantas fotocopias idénticas y precedentes; de no ser porque hasta la última coma de su guión se adivina horas antes; de no ser por la alarmante carencia de ideas… De no ser por todo eso no habría estado tan mal: nadie le niega su efectismo, su correcta factura e incluso puntuales destellos (algo más) atrevidos, resultantes en un gag medio logrado o un desperezamiento neuronal momentáneo. Quién sabe, de haberse estrenado cuando los orígenes del cine, o de servirle a alguien como primer acercamiento a la comedia romántica, quizás estaríamos hablando de un clásico del género. Quizás.
3/10
"Capi" que sepas que por culpa de tus referencias a Sam Raimi y "Terrorificamente muertos",he acabado leyendo la crítica entera de este churro que no me interesa lo más mínimo y que solo vería en casa acompañado de una fémina (bueno la vería ella y yo intentaría no acabar de verla,jajajaja).
Saludos
juas, esa era la idea. La he escrito (ejem, en el bus) pensando en que "así seguro que UN lector cae XD