Crítica de Confucio

A Chow Yun-Fat le vimos protagonizando «Tigre y dragón», una de las películas más controvertidas de Ang Lee que, entre otras cosas, sirvió para (¿re?)despertar el interés del espectador mundial por el cine de artes marciales y mitología oriental (no seamos tikis mikis con las nacionalidades). Lo que desembocó en la inesperada mutación de la filmografía de Zhang Yimou, quien pasó a convertirse en director de macroproducciones poético-épicas («Hero» y «La casa de las dagas voladoras»); y en el estreno a nivel mundial de «Confucio», escrita y dirigida por una Hu Mei a la que se incluye en la Quinta generación de directores chinos, y popurrí de historia, filosofía y esa épica colorista y hortera de la que Lee y Yimou hacen bandera. Con Cho Yun Fat en la piel del filósofo chino, la cinta huye de cualquier tipo de aproximación austera, fiel o cuanto menos plausible de su vida (muchos pasajes siguen siendo un misterio a día de hoy) y se centra justamente en los recovecos más desconocidos de su vida, correspondientes al exilio voluntario que emprendió cuando los conflictos bélicos en China pudieron con él. Y ya puestos, convierte al protagonista en un cruce entre mesiánico, erudito y genio militar que de no ser por las pintas que se gasta, bien hubiera colado como héroe de guerra norteamericano con principios. Que quizás fuera esa la idea original de Mei, dichosa manía la de aproximar cine de otras culturas al hollywoodiense que tienen algunos; pero el caso es que el tiro, la verdad, le ha salido por la culata.
Y para entender los motivos, no hará ni falta centrarnos en si el retrato de Confucio es plausible o no (a juicio de un servidor, la idealización excesiva hasta el punto de hacerle flaco favor al personaje); bastará con desgranar los valores cinematográficos de la cinta, llamada a ser el no va más pero, a la hora de la verdad, más bien pequeñita y limitada. Aun así, antes de que se me malinterprete, conste en acta que no dudo en ningún momento de la dificultad que alberga plasmar en 120 minutos la historia, filosofía, y sentimientos que despierta la figura de un hombre de semejante calibre. Para una buena traducción a imágenes de Confucio habría hecho falta una miniserie por lo menos. Pero lo que sí debería ser algo más sencillo, o cuanto menos exigible por parte del espectador, es que dicho resultado tenga forma de producto artístico, ya sea a través de una narración acertada, un estilo coherente o, simplemente, buen gusto. Si no, de artístico pasa a un peldaño inferior y poco claro, a medias entre lo comercial y la simple nulidad/pérdida de tiempo, con el consecuente sufrimiento de quien pretende aguantar el visionado completo del mismo.
«Confucio», esa suerte de «Hero» de rebajas, tiene bien poco donde rascar en cada uno de esos campos. Por un lado, Hu Mei es incapaz de encontrar un ritmo narrativo adecuado para su cinta, a ratos gigante, a ratos pequeñita, a ratos bélica y a ratos poética. La consecuencia es un ir y venir emotivo que no acaba de cuajar, y un galimatías argumental (especialmente al principio con la infinita cantidad de presentaciones de personajes y lugares) que no interesa a nadie. Todo ello se agrava con un estilo indefinido y una personalidad que brilla por su ausencia: no son pocas las ocasiones en que el film se asemeja a los ya citados ejemplos de Lee y Yimou (y similares), con una acumulación engorrosa de recursos plagiados de otros directores y cintas más occidentales. Resoluciones visuales que caen estrepitosamente en el ridículo (esos primeros planos de flechas, esos planos generales de batallas) y le dan al conjunto la muy defenestrable calidad de TV-Movie dirigida por quién sabe quién; en cambio, a veces parece buscar cierta poesía visual a base de coloristas fotografías y ralentizaciones, igualmente identificables y con tufillo a plagio sin más. Para echar más leña al fuego, acaban de condenar a la cinta unos efectos especiales cuestionables cuanto menos, del todo innecesarios. Son horteras, malos a parir, y fruto de una evidente carencia de recursos o técnicas para desarrollarlos en condiciones. Así que la pregunta es ¿para qué ponerlos? ¿Por qué no haber optado por no mostrar según qué batallas (que por cierto, importan bien poco si no se acompañan de algún cabo al que aferrarse, como un personaje bien definido, por ejemplo), y buscar en su lugar vías de delinear mejor la obra de Confucio?
Puede que su figura sea reconocida en todo el mundo (al menos, debería ser así), pero eso no quita que una película que pretenda casi canonizarlo, deba explicarse. Lo decía al principio, y lo repito porque es la flor más espinosa del matorral: el Confucio de Chow Yun-Fat (poco convincente su interpretación, por cierto) no tiene nada de especial. Hasta un personaje de «El señor de los anillos» tiene más profundidad, grandeza y capacidad de arrastre de masas que él, algo imperdonable… y curioso, habida cuenta de lo mucho que parece haberse fijado en la obra de Peter Jackson su directora.
Así las cosas, lo que queda de un material que daba para mucho no es más que una peliculita tontorrona y hortera, de la que apenas se salvan escenas del folklore y la cultura china de la época (hablamos de los siglos VI y V a.C.), pero que poco o nada dicen realmente interesante de la figura a quien pretende ensalzar. El Confucio de «Confucio» no justifica ni por asomo la fama que de él ha perdurado, y como el héroe de acción en que a veces parece transformarse (no es necesario blandir una espada para pelear en una guerra) deja bastante que desear. Y además de todo esto, el visionado completo de la película de marras es un tostón francamente duro. Nada, pasando que es gerundio.
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En diciembre de 2006 me dio por arrancar mi vida online por vía de un blog: lacasadeloshorrores. Empezó como blog de cine de terror, pero poco a poco se fue abriendo a otros géneros, formatos y autores. Más de una década después, por aquí seguimos, porque al final, ver películas y series es lo que mejor sé hacer (jeh) y me gusta hablar de ello. Como normalmente se tiende a hablar más de fútbol o de prensa rosa, necesito mantener en activo esta web para seguir dando rienda suelta a mis opiniones. Esperando recibir feedback, claro. Una película: Jurassic Park Una serie: Perdidos

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Comentarios

  1. Interesante análisis. Entonces este podría ser un buen trailer. https://www.youtube.com/watch?v=kk8ETsjmjrc

  2. me encanta, de todo, lo de "fue uno de los chinos japoneses mas antuiguos" XD

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