Crítica de La conjura de El Escorial
Producida con capital español, italiano y americano, la película de Antonio del Real hace aguas en todos y cada uno de sus aspectos, más allá del bello (aunque nada espectacular) diseño de producción, una sobria recreación del siglo XVI, cuidada con mimo especialmente en lo que a vestuario se refiere.
Aunque su trama central pueda resultar de lo más atractiva, la conspiración de un grupo de influyentes personalidades contra Juan de Escobedo y su consiguiente investigación por parte de las autoridades, a la hora de la verdad el guión se descubre como un excesivamente fragmentado y engañoso galimatías que va dando vueltas en círculo para maquillar una sencilla (sin que ello tenga que ser forzosamente negativo) historia y disfrazarla con la pedantería y grandilocuencia según parece necesarias en este tipo de producciones. Así, se asiste a la presentación de situaciones y personajes absolutamente secundarios que solo llevan a la confusión más absoluta, mientras se pasa constantemente (y en escasos minutos) de un thriller de época a un drama de tres al cuarto, a una cinta de acción en la línea de los piratas de Johnny Depp o una pura, dura y ridícula comedia-telenovela. Es tal la vergüenza que llega a sentirse en tantos y tantos pasajes (de los otros,en cambio, se apoderan el tedio y los bostezos), que llega un momento en que el público tiene dos opciones: o se lo toma todo a guasa, o simplemente se larga de la sala aprovechando una de sus muchas conclusiones.
Y es que, alargada hasta el paroxismo, la cinta cuenta con un sinfín de entramados argumentales, según parece necesitados cada uno de su correcta conclusión, que hacen perder de vista el verdadero pilar argumental, frustrando además a un espectador deseoso de que, de una vez por todas, den comienzo los títulos de crédito.
Valgan como ejemplo de tales despropósitos los últimos 45 minutos (!). Si durante toda la película se explica claramente quién está detrás de la conjura, cuando finalmente ésta se lleva a cabo uno podría pensar que se entra en los compases finales del film, ¿no es así? Nada más lejos de la realidad, pues a partir de entonces comienza una investigación a lo «CSI» renacentista, con Jordi Mollà en plan vengador justiciero, para descubrir justamente lo que el director y los demás guionistas (un total de cuatro personas fueron necesarias para concebir el libreto) se han encargado de explicar con pelos y señales hasta ese momento.
Desde luego, un broche de oro para el despropósito fraguado a lo largo de sus eternos 128 minutos.
Si hay algo que sorprende de todo ésto es que actores internacionales de relativa fama mundial (Julia Ormond, Jason Isaacs o Joaquim de Almeida) hayan aceptado participar en esta producción. Sin embargo, todos ellos muestran su peor cara, seguramente contagiados por sus compañeros castellanos. Y es que ninguno de los actores parece saber muy bien dónde se ha metido, y todas sus labores resultan forzadas y carentes de la fuerza necesaria para despertar algún sentimiento en el espectador más allá de, de nuevo, la vergüenza ajena en ciertas ocasiones (en el caso de Blanca Jara, Pablo Puyol, o los propios Mollà y Juanjo Puigcorbé). Cuesta reconocerlo, pero al final el mejor de todos resulta ser Fabio Testi, que aparece poco, pero lo hace de manera comedida y, en pocas palabras, más que digna. Pero para rematar la faena, la película se rodó en inglés, para luego ser doblada al castellano por los propios actores (nacionales), por lo que la animadversión hacia ellos no hace sino aumentar al escuchar sus cargantes voces o la tonalidad tan carente de sentido de sus frases.
Y de los efectos especiales (esa flecha digitalizada) mejor ni hablo…
En resumen, «La Conjura de El Escorial» es una muestra más del cine rancio y mediocre español. Una de esas películas que alejan al espectador y acentúan aún más una crisis de la que todo el mundo se lamenta, pero que nadie (salvo unos pocos como Balagueró, Plaza y Bayona) hace nada por evitar.
Mal escrita y dirigida, y peor actuada y doblada, la película resulta insoportable y hasta enervante. Ideal para dormir la mona.
2/10
Jajajajajaja!
Total, que he hecho bien quedarme en casa tocando mi querida Washburn, ¿no?
Nos vemos… eso… el viernes, que mañana como que también paso. Para ver un remake de Cukor con tufo a Sexo en Nueva York mejor me quedo en casa.
Que aproveche!
Caro Capitán,
Como casi (casi) siempre, estoy de acuerdo en tus observaciones, pero en esta ocasión debo apuntar que la actuación de Fabio Testi también resulta (al menos en mi humilde opinión), digna de una carcajada. Véase la escena de los perros donde demuestra su lealtad al rey…es para meterse debajo de la butaca por la vergüenza ajena que produce…
Está bien que al ser italiano te despierte cierta simpatía, pero las cosas como son…con todo el cariño, eh?! jejeje
Espero que la de mañana no nos haga dar las cabezaditas de hoy.
Nos vemos, pues, Bauer! (eme)
no tío, tenías que haber venido! cuando todo el mundo se ha empezado a descojonar y a cuchichear y a soltar frasecitas… ha sido la leche! XD la de mañana… no será un remake de Mujercitas en plan Sexo en NY…no? anda, so perro, nos vemos el viernes! ejeje
eme, jaja, no sé, a mí ya te digo, dentro de lo que cabe es el único que me ha transmitido algo. Sobretodo en la parte final, ese discurso de «siéntete afortunado por seguir vivo» etc… aún así, en la escena del perro, se le pedía algo así a su personaje no? a medio camino entre la parodia y la penosidad… y pelea con espadas la mar de bien! :P
mañana será… peor! jejeje
El guion de esta pelicula es un mal plagio de una excelente novela: «La Conjura de El Greco», publicada por la editorial Styria. El productor copia descaradamente la trama de la novela y hace suya una novela digna a la que degrada con una manipulación descarada de los personajes descritos en la novela.
pues no tenía ni idea, muchas gracias por la información!
un saludo, y gracias por pasar por aquí (una firmita la próxima vez, no? ;))