Crítica de Countdown. La hora de tu muerte
Normalmente, esta clase de películas es para echar a la hoguera. Subproductos de terror que se limitan a jumpscares, de nula profundidad, nulos personajes y nulo guión en general… estrenar esto a finales de 2019 debería estar prohibido. Pero bien sabido es que la máquina funciona: sacas una birria cualquiera sobre un grupo de jóvenes hostiables que van muriendo uno tras otro, y tienes taquillazo asegurado (por lo menos, si comparas los ingresos con los costes).
Countdown. La hora de tu muerte es exactamente esto. Sale una app que te dice el tiempo de vida que te queda, y cuando el contador llega a cero, no es una suerte de Destino final revisited ni nada por el estilo: viene un fantasma de esos que aparecen en primer plano cuando menos te lo esperas, y se te lleva por delante.
Suena a churros con merinas, y efectivamente el resultado de la mezcla es un tiro en el pie en toda regla: Countdown no consigue ir más allá de un mero esbozo de discurso sobre las tecnologías y las adicciones a ellas. Y tampoco consigue asustar realmente: se genera tanto interés por la trama (al margen de que luego acabe en agua de borrajas) que cada pausa en favor de la escena de terror de turno, es más una molestia que otra cosa. Vamos, que interesa pero no desarrolla, y apenas asusta.
Suficiente para hacer como que esta película jamás existió. Sin embargo…
Sin embargo hay algo que la salva de la quema. Y es que se diría de Justin Dec (director y guionista del asunto) es plenamente consciente de sus males. Y por ello, plantea La hora de tu muerte como una suerte de imposible mezcla de terror y humor, este sí, del todo inesperado. Pero ya digo, buscado. Countdown es plenamente consciente de que va a generar más de una carcajada, y opta por potenciarlas en lugar de maquillarlas. De nuevo, dos afectados: el discurso sobre las tecnologías y el factor miedo (sólo un par de sustos funcionan, y no será por falta de intentonas). Pero las cotas de entretenimiento se disparan de manera que, si el cine es también evasión sin mayores pretensiones… pues oíd, como chorrada de domingo por la tarde a ver entre cerveza y cerveza, cumple. Cumple más que toda esa miríada de subproductos hechos igual, y pensados sólo para robar al espectador. Ya es.
La única escena genuinamente válida es la del principio, en la que un grupo de jóvenes en una fiesta se descarga la dichosa aplicación en una clara alusión al borreguismo actual. Hay uno o dos sustos válidos. El resto es una nulidad absoluta. Pero divertida. Allá cada cual, pero yo ya tengo mi candidata a placer culpable del año.
Trailer de Countdown. La hora de tu muerte
Valoración de La Casa
En pocas palabras
Una tontería de serie B que ni debería verse en salas. Pero a diferencia del resto, asume sus limitaciones y se dedica a explotarlas en lugar de intentar ocultarlas. Y el resultado es más entretenido que la mayoría.