Crítica de Creed II: La leyenda de Rocky
Cuando en 2006, Sylvester Stallone escribió, dirigió y protagonizó Rocky Balboa, la sexta entrega del púgil cinematográfico más famoso y querido del mundo, pareció que iba a ser el final de la longeva saga. No obstante, años después, el director Ryan Coogler tuvo la idea de recuperar al personaje para el spin-off de Creed, entrenando al hijo del difunto Apollo Creed en su carrera para hacerse con el título de los pesos pesados.
Ahora nos llega la segunda parte de Creed, que sería la octava entrega dentro de la franquicia Rocky, y en la cual el joven Adonis Creed es retado a un combate por Viktor Drago, el hijo de Ivan Drago, que todos los cinéfilos recordarán como el gran villano de Rocky IV, con la mejor pelea con guantes de toda la saga. Una historia de venganza y de luchar contra el pasado, que el buen hacer del director y del guión, escrito a cuatro manos por el propio Stallone y Ryan Coogler, consiguen elevar hasta los más altos puntos, con una victoria por KO.
Ver de nuevo frente a frente a Drago y a Rocky Balboa, así como recuperaciones de personajes del pasado, es una auténtica gozada. Las relaciones paterno-filiales entre los personajes, incluyendo los de la familia Drago, están muy bien gestionadas sin caer en la lágrima fácil, y saber que esta es la última incursión de Sly como el Potro Italiano es estar disfrutando de Historia del cine, aunque a muchos falsos eruditos les pese.
Caple Jr mueve casi siempre la cámara por detrás de los personajes, como si quisiera que les siguiéramos en ese duro camino que es la vida, y las luchas en el ring son más crudas que nunca. Stallone está para llevárselo a casa, como suele suceder, y acaba cediendo el testigo al bueno de Adonis Creed.
Un dignísimo cierre para una de las mejores sagas del cine, en una historia donde la redención y la familia conforman los epicentros. Larga vida a Rocky Balboa.
Trailer de Creed II: La leyenda de Rocky
https://www.youtube.com/watch?v=1uFnf3vj4kg
Valoración de La Casa
En pocas palabras
El mito hecho realidad en forma de un legenadrio encuentro, Rocky-Drago, recuperado… de manera distinta. Mucho más que una película para los fans de la saga Rocky.