Crítica de Cuando los ángeles duermen
El thriller español vive un momento dulce, con estrenos destacados cada semana colmados de premios y reconocimiento. Un filme que pasó algo desapercibido el año pasado fue Cuando los ángeles duermen, que ahora forma parte del catálogo de Netflix.
En este filme, Julián Villagrán interpreta a un abnegado padre de familia que trabaja en una empresa de seguros. El día del cumpleaños de su hija llega tarde, por lo que alquila un coche y se dirige a su casa, ante el enfado de su esposa. Por el camino se duerme, atropellando a una joven por accidente, pero una amiga de la chica lo ha visto todo y pretende denunciar al hombre para que pague ante la justicia.
El fuerte de la película es su elenco protagonista, con Marian Álvarez interpretando a la sufrida esposa, y Villagrán en un papel duro, pero un caramelo para cualquier actor. Quien hace aguas es Ester Expósito, muy de moda actualmente por sus papeles en el largometraje Tu hijo o en la popular serie Élite. No obstante, parece más una trasnochada scream queen de serie B, puesta ahí para chillar y enseñar muslo, que para ofrecer un papel interesante. De hecho, en muchas ocasiones llega a molestar y a chirriar.
El argumento gira durante buena parte del metraje en un juego del gato y el ratón, en una historia de culpabilidad y en qué estamos dispuestos a hacer para no perder nuestro día a día, nuestro propio estado del bienestar. Aunque tarde en arrancar y haya algunos pasajes repetitivos, así como ciertas decisiones de guión muy cogidas por los pelos, el final te deja con el culo torcido y una mala sensación en el estómago, que nos trae a la memoria numerosos casos reales de esos que encontramos con facilidad al encender la televisión y sintonizar el telediario.
Trailer de Cuando los ángeles duermen
Valoración de La Casa
En pocas palabras
Thriller que pasó desapercibido a su paso por la gran pantalla, pero quizá porque su hábitat natural es la pequeña. Desde este prisma, cumple como thriller para pasar el rato.