Crítica de Curvature
Marchando otra de esas películas que seguro que más de uno reconocerá al instante: ciencia ficción de proximidad (o sea, nada de naves ni aliens), a lo Black Mirror y de bajo presupuesto. Una de esas de aspecto aséptico, actores poco conocidos (a excepción del cacareado cameo-y-poco-más de Linda Hamilton), escenarios pequeñitos, y cierto tufo autoral de quien, desde detrás de la cámara, pretende dejar huella. Habréis pensado en unas setecientas películas, de impacto mayor o menor (Ex Machina) a cuyos títulos debe sumarse ahora Curvature, otro de esos high concept cuyo éxito dependerá única y exclusivamente del interés que el tema central pueda despertar en el espectador: en este caso hemos topado con una empresa dedicada a saltos en el espacio-tiempo.
No deja de resultar extraño que esta clase de propuestas recurra siempre al mismo juego: tratar un tema pseudo científico desde un prisma riguroso, y sin disimular demasiado que es la piedra miliar desde la que arrancó el proyecto; pero a su vez, pretender hacernos creer que lo importante son los personajes y sus sentimientos. Error, puesto que ninguna de ellas ha conseguido emocionar hasta la fecha, y este no es sino otro caso de película tan contenida, tan esforzada, tan pulcra como para hacerse rematada e inevitablemente apática. El drama de la protagonista no lo vivimos como nuestro, ni nos interesa lo más mínimo, sumergido como está entre tanta brillantez artística y tanta banda sonora atmosférica. Que sí, que Curvature está muy bien hecha, y más para los recursos que tiene; pero en un cine en el que lo que se pretende es generar vínculos empáticos entre espectador y pantalla, eso es lo de menos.
Queda, pues, lo que comentaba al principio: el posible interés por la temática fantacientífica. Y lo tiene, es indudable, sólo que se va desinflando conforme se van explicando sus vericuetos. Otro habitual en estas cintas, en verdad: la historia que se nos cuenta, tarda en hacerlo, pero arranca desde un lugar interesante, plantea diversas dudas sobre las que se invita a trabajar al respetable conforme se van quemando los minutos. Aquí y allá, entre momentos de teórica calidez sentimental y pinceladas sobre sus personajes con tendencia al desinterés completo, van descubriéndose pistas sobre las que poco a poco podemos hacernos una idea de lo que está ocurriendo. Luego se nos explica demasiado todo, y empiezan las dudas: cabos que no se atan del todo bien, cuestionamientos sobre ciertos giros… suerte tiene, en realidad, de que acabe primando el desinterés por encima de todo.
Al final, Curvature es de esas pelis de ciencia ficción de bajo presupuesto disimulado que no están mal, que tiene cuatro o cinco ideas buenas, y que en líneas generales ni es dañina ni supondrá una pérdida de tiempo su visionado. Pero difícilmente acabará perdurando en la memoria colectiva.
Valoración de La Casa
En pocas palabras
Una película de ciencia ficción de muy bajo presupuesto, donde priman las ideas por encima de los medios. Otra cosa es que queden del todo bien resueltas…