Crítica de Damiselas en apuros (Damsels in Distress)
Si algo no se puede negar es que Whit Stillman es un tipo para darle de comer aparte. Ahí está, con sus dramas y sus comedias tan al margen de todo, con la sola voluntad de existir y, bueno, satisfacer las inquietudes del cineasta cuando está en modalidad guionista, supongo. Eso, de entrada, lleva a un contraste de opiniones de vértigo (amén de una repercusión mediática tendiente a cero). Y en el caso de Damiselas en apuros, los que se sitúen del bando de los defensores tendrán muy complicado hacer cambiar de opinión a los detractores, porque en realidad no es que haya mucha chicha en ella… Ni que vaya mucho de nada. Qué demonios, ni siquiera es que sea demasiado graciosa. O sea, que va tenerlo complicado quien esto escribe, posicionado claramente del lado de los fans con tendencia a la adoración de una propuesta que, puñetera ella, además de todo mejora con el recuerdo. En fin, por probar que no quede.
Lo que queda fuera de toda duda es que se hace muy difícil que la película caiga de entrada en desgracia: con Greta Gerwig como cabeza de cartel y Megalyn Echikunwoke y Carrie MacLemore acompañando, el grueso de su entramado se centra en un grupo de amigas que, en vez de crear la habitual fraternidad universitaria (o como quiera que se llamen), se saca de la chistera un grupo de ayuda contra el suicidio juvenil. Ahí va a parar la nueva, Analeigh Tipton, que no tarda en descubrirse como un rival a batir por su personalidad, desparpajo y pizpiretismo. Todo muy guay: reparto atractivo y premisa lo suficientemente hilarante para caer de lleno en una revisión semi-irónica del cine de colegialas norteamericanas. Un retrato de la vida universitaria en clave muy posmoderna, en definitiva, que viene a confirmarse atendiendo no solamente al guión y reparto, sino al empaque formal que le otorga Stillamn: apuesta por la pulcritud más absoluta, la exagera con colores muy vivos y cegadores destellos de brillo; separa la película por capítulos más o menos monotemáticos; homenajea aquí y allá a clásicos como Desmadre a la americana; y se acompaña de una BSO ( de Mark Suozzo) que sólo puede tacharse de ideal, pese a que a veces recuerde a melodía hipster de ascensor (o así).
Pero aun con todo ello a su favor, la recomendación sigue antojándose difícil. Porque por encima de todo, Damiselas en apuros sigue yendo totalmente a su bola, con un ritmo episódico, y un humor más desconcertante que gracioso. Se calza una personalidad entre Lena Dunham (Girls) Woody Allen, y con él va progresando entre la apatía y la ternura, la curiosidad y la incomodidad. Deambulando de la mano de este grupo de raritas por un retrato de la juventud que a la mínima que se despista deja entrever su verdadero cuerpo, el verdadero interés tanto del guión como de las chicas. Y es que la película puede dárselas de posmo y pretender estar de vuelta de todo, pero al final, acaba desviando su atención hacia el imperecedero chico-conoce-chica de aquellos con hadas y mariposas revoloteando, finales de musical y perdices en el menú. Sólo que las mariposas y las hadas llevan gafas de pasta.
Insisto, hay elementos de sobra para odiarla; un servidor tardó lo suyo en entrar en su juego. Pero también los hay para endiosarla. El progresivo enfrentamiento entre las dos gallinas de corral (Gerwig- Tipton), sus gags absurdos no necesariamente graciosos y su apariencia de película fallida; sus cameos de altura (Aubrey Plaza, Alia Shawkat), su ritmo embriagador y su ligereza anímica; y por encima de todo, una sonrisa incrédula al principio pero agigantada con el paso del tiempo y el efecto del recuerdo, que es la que se lleva el espectador que se atreve con ella. Y es que echando la vista atrás, pluses y contras incluidos, Damiselas en apuros es una de las sorpresas más rematadamente cool con las que pueda uno encontrarse.
7/10
Y en el DVD…
Sony distribuye por nuestras tiendas Damiselas en apuros, y lo hace únicamente en forma de DVD. Una pena, sí, pero que tiene alivio en lo cuidado de su edición. A nivel audiovisual cumple, que ya basta y sobra: no es que sea una película de grandes ambiciones en este sentido. Pero son los extras los que se llevan el gato al agua. Atención:
- Audiocomentarios de Whit Stillman y parte del reparto: Además de los idiomas inglés y castellano, se da la opción de activar los audiocomentarios de los responsables de la cinta, en versión original subtitulados.
- Entre bastidores: Unos 10 minutos de Cómo se hizo que incluyen declaraciones del director y de algunos de los actores que participan en la película.
- Una noche con las damiselas en apuros: Interesante rueda de prensa de casi 30 minutos, con infinidad de preguntas y respuestas a cargo de casi todo el equipo… ¡Sólo falta el apuntador!
- Escenas eliminadas: Son cinco escenas, que en total suman 7 minutos y que disponen de la opción de ver seguidas… lo cual compensa el hecho de que no haya ni audiocomentarios, ni subtítulos…
- Tomas falsas: 6 minutos de un extra que debería estar presente en todas las películas que se editaran. Sólo que si ya es material imprescindible en general, con la Gerwig y compañía ya se hacen épicas.
La edición se completa con el tráiler de la película y con un apartado, Banda sonora de Damiselas en apuros… que en realidad es una diapositiva de PowerPoint informando del lanzamiento del disco (¡!). Edición de lujo para una película que se merece una segunda oportunidad.