Crítica de Dante 01

La prisión espacial de alta seguridad ubicada en la órbita del planeta Dante es un lugar al que sólo envían a los psicópatas más peligrosos, pero no para encerrarles de por vida entre rejas, sino para utilizarles como cobayas humanas en extraños y terribles experimentos. La vida en la estación cambia con la llegada de Saint Georges (Lambert Wilson), un misterioso prisionero poseído por una fuerza secreta que, cuando aprenda a controlar, empleará para acabar con la hostilidad de sus compañeros presos y liberarlos de la maligna atracción de Dante.

Existe una gran diferencia entre ser original y dárselas de original. En el primer grupo podrían ubicarse nombres como los de Charlie Kaufman, Michel Gondry, Wes Anderson o incluso Danny Boyle, cineastas (un poco tocados del ala en algunos casos) que parece que sólo piensen en sí mismos como si fueran a ser los únicos espectadores de sus obras. La originalidad en estos casos surge casi de manera espontánea, escondida a veces en un plano, una secuencia o un diálogo.
En el otro grupo están Jean-Pierre Jeunet y Marc Caro.
Empeñados en rizar el rizo, en forzar lo ya exageradamente forzado, tanto en tándem como por separado estos dos directores ponen todo su esmero en demostrar que son los más cool del cine d’auteur actual.
Esto se traduce en barrocas y agotadoras películas, donde cada escena es un tour de force de detallismo, artificio y pomposidad, y donde sus argumentos, por simples que sean, deben necesariamente ir precedidos por una autocomplaciente verborrea digna de Groucho Marx y sus partes contratantes, destinada única y exclusivamente a maquillar de grandilocuente un discurso de lo más sencillo en su raíz.

Pues bien, así es, ni más ni menos, «Dante 01», regreso a la dirección de Caro (trece años después de «La Ciudad de los Niños Perdidos»), esta vez sin la colaboración de Jeunet.
Fallido se mire por donde se mire, este burdo intento de relato de ciencia-ficción filosófica, metafísica y metafórica no tarda ni diez minutos en convertirse en una insoportable y enervante prueba para el espectador, obligado a soportar durante los 80 minutos más eternos de su vida la interminable verborrea onanista y los sinsentidos de falsa trascendencia del cineasta francés.
Uno a uno, todos los puntos de interés a los que se puede uno aferrar naufragan en la más absoluta miseria. Ante todo en lo que a argumento se refiere.

Pensado como una psicodélica hipérbole de la religión, con un enviado salvando prácticamente las almas de los reos con sus manos, la cosa acaba perdiendo toda su razón de ser cuando el director (y guionista, por supuesto) se empeña una y otra vez en volver a los pasos recién andados, repitiendo pasajes y escenas (cuyo doble sentido podría entender hasta un niño) en lugar de profundizar en una trama que se bloquea en los primeros compases del film y, literalmente, no avanza hasta que las luces de la sala se encienden de nuevo.
Todo queda por tanto en un simple esbozo, una propuesta que nadie ha querido empezar siquiera a exprimir. Y con ello, comienzan los bostezos, las continuas miradas al reloj, el hastío y la impotencia de ver cómo tristemente le roban a uno una hora y veinte de su vida.

Sólo le queda al espectador una última esperanza. Por todos es sabido que cuando una película de ciencia-ficción no funciona argumentalmente, siempre se puede valorar en su aspecto audiovisual. Lamentablemente, no es este el caso.
Debido a la incontinencia de Caro, la atractiva puesta en escena, de obvias referencias a la saga de «Alien» (en especial a sus dos últimas entregas) o «Sunshine«, se desaprovecha en pro de un confuso montaje que agota y desagrada a partes iguales. Incapaz de ofrecer un solo plano normal, «Dante 01» cae en la exageración, convirtiéndose en una parodiesca mescolanza entre «Amélie» y los últimos (y desafortunados) veinte minutos de la recién citada película de Boyle.
Desde luego, tampoco ayudan demasiado la constante oscuridad y el angosto establecimiento carcelario, que si bien comienzan ofreciendo sensaciones de lo más claustrofóbicas, acaban desesperando rápidamente al imposibilitar en más de una ocasión la correcta distinción de los personajes (todos ellos iguales entre sí, tanto a nivel externo como intrínseco) o el entendimiento de ciertas situaciones.
Todo ello, dicho sea de paso, supone una auténtica lástima, pues los efectos especiales se antojan más que dignos, sobretodo teniendo en cuenta que se trata de una producción no-hollywoodiense.

Así pues, a menos que uno no sea fan incondicional de Dominique Pinon («Alien: Resurrection») o Lambert Wilson (visto en la trilogía de «Matrix»), que pase de largo de esta insoportable película que embrutece el ya de por sí bastante devaluado género de la ciencia-ficción.
A este paso, se agradecerá el día en que Caro y Jeunet dejen de hacer cine.
3/10 (y mira que me gusta a mí la ciencia-ficción…)

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En diciembre de 2006 me dio por arrancar mi vida online por vía de un blog: lacasadeloshorrores. Empezó como blog de cine de terror, pero poco a poco se fue abriendo a otros géneros, formatos y autores. Más de una década después, por aquí seguimos, porque al final, ver películas y series es lo que mejor sé hacer (jeh) y me gusta hablar de ello. Como normalmente se tiende a hablar más de fútbol o de prensa rosa, necesito mantener en activo esta web para seguir dando rienda suelta a mis opiniones. Esperando recibir feedback, claro. Una película: Jurassic Park Una serie: Perdidos

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Comentarios

  1. Es mala de cojones, con perdón XD, yo también he subido la crítica hoy, la vi ayer y casi me duermo. Eso si, a mi el trabajo conjunto de Jeunet y Caro me encanta, y el de Jeunet en solitario..de momento, también.
    Pero este filme es infumable.
    Saludos!

  2. Pues bueno es saberlo, Spaulding, para no ir a verla. Gracias y saludos.

  3. XD, no tenía ninguna duda de que eras fan de esos onanistas, ivan!! jejeje, es broma, pero sí, toda la razón del mundo, es mala de cojones!

    sesión golfa, no pierdas tu tiempo, de verdad…

    un saludo a los dos!

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