Crítica de El espía
Todo empieza razonablemente bien. El guión interesa, la actuación de Chris Cooper (Hansen) es excelente, ganándole la partida por goleada a Phillippe (como era de esperar), y la presencia de Laura Linney es, como siempre, un auténtico placer para los sentidos por más que su personaje sea completamente plano y previsible. La dirección no es nada del otro mundo y peca de demasiada impersonalidad, convirtiendo la película en algo que difícilmente se distingue de una tv movie, pero aún así no se hace pesado pues está siempre a merced del guión.
Vamos que la cosa promete.
La pena es que todo se queda ahí. No es que baje el nivel, es que simplemente no se interesa lo más mínimo por subirlo. Cuando el personaje de Hansen es presentado, ofrece muy buenas expectativas, y empieza a desglosarse de manera sumamente interesante (los comentarios de lo más coercitivos que hace sobre las mujeres en el trabajo justo antes de entrar en una capilla son un claro ejemplo de la dualidad moral -o no- que nos propone). Del mismo modo, las dudas que asaltan al personaje de Phillippe sobre la veracidad de la denuncia del FBI hacia él llegan a transmitirse al espectador, que pese a saber de antemano cómo acabará todo (la película empieza con escenas reales de después de a detención del espía) no puede evitar sentirse incomodo. Pero a partir de ahí la maquinaria se detiene en seco. Asistimos a situaciones algo repetitivas y caricaturescas que siguen delineando la obsesiva religiosidad del sospechoso, y a fin de cuentas son solo un entorpecimiento rítmico de una ya de por sí pausada película.
Cierto es que también ocurren situaciones de tensión, en que parece que Hansen esté a punto de descubrir toda la tapadera, pero son demasiado previsibles y, como digo, no llevan a nada. Al final, todo se convierte en un cúmulo de escenas algo repetitivas que poco a poco van bajando el interés (sin llegar a perderlo del todo, eso sí). Ni siquiera la presencia (más bien cameo) de Dennis -presidente Palmer- Haysbert salva los muebles, pues de nuevo hablamos de un personaje estereotipado y plano, completamente desaprovechado.
Al final, parece que alguien se dé cuenta de que ya llevan bastante metraje gastado, por lo se llega una conclusión algo precipitada (no explican uno de los aspectos más críticos del personaje real, como es su conocimiento de la existencia de un túnel a través del que se podía acceder con total facilidad a la Casa Blanca) que pese a todo al espectador le supone más bien un alivio, pues por aquel entonces ya sabe que la película no va a dar más de sí, y por tanto no le aportará absolutamente nada nuevo.
El resultado final es, pues, más bien agridulce, ya que si bien la sensación de déjà vu es demasiado explícita, y el aspecto televisivo de la película llega a ser hasta molesto, tampoco se puede negar que le hace pasar un buen rato a uno, pues resulta solvente y sobria, y contiene un par de escenas incluso dignas de mención.
5/10
Totalmente de acuerdo, la película se queda en un «se deja ver». He estado pensando y creo que uno de los problemas ha sido la selección de actores (en cuanto a la publicitación). Es decir, si hubieran puesto a unos actores más conocidos, la película habría encontrado a su público; al poner a Cooper y a Phillippe (poco conocidos para la gran mayoría) hace que arrastre al cine a un público que espera ver algo que más que un telefilme.