Crítica de Dead Ant
Existen innumerables ejemplos de películas de colegas o de festival de medianoche que, pese a una buena idea, un reparto majo y unos cuantos gags de calidad, no llegan a superar esa barrera de producto para echarse unas risas, pero que no destacan ni como comedia ni como filme de género. Y Dead Ant, por desgracia, forma parte de este selecto grupo, aunque a veces parece que podría haber volado alto.
En la película, una banda musical de glam metal con un único éxito en los años ochenta, llamados Sonic Grave, se dirigen en una autocaravana a un festival de música en medio del desierto, con el fin de recuperar a sus extintos fans. Con ellos viaja su manager, que confía en que recuperen la fama de antaño, gracias a un nuevo tema que lo pete en las ondas. En su camino tomarán un ligero desvío para comprar un peyote muy especial, que propiciará que más adelante tengan que enfrentarse a una marabunta de hormigas gigantes. Todo muy SyFy y muy Sharknado, con esa clase de efectos especiales, pero con más cariño por el resultado final.
Con un reparto de caras bien conocidas, como Tom Arnold, Sean Astin o Jake Busey (si hubiera actuado su padre esto serían palabras mayores), Dead Ant juega con una idea así de tonta con una baraja de cartas defectuosa, ya que muchos chistes sobre el pasado de los músicos en la élite del rock están bien, pero en su mayoría resultan forzados y reiterativos. Nos gusta reírnos de esos estereotipos, como cuando el manager usa una pistola para matar a una de las hormigas asesinas, y después dice que posee un arma por trabajar en la industria musical; no obstante, limitar el humor grueso de la cinta a este tipo de comentarios le hace un flaco favor al conjunto.
El terror no es lo más buscado aquí, pero algunos sustos nos llevamos, y no por la presencia amenazadora de los insectos, salidos de una cinta de Asylum. A su favor, indicar que su corta duración hace a la película muy llevadera. En su contra, muchos personajes podrían haber estado mejor explotados, porque ninguno parece destacar, salvo el bajista, que encima dura poco, o el representante del grupo.
Una oportunidad desperdiciada (de hecho, se terminó de rodar en 2017 y ya ha llovido hasta su estreno, por algo será), aunque habrá que seguir la senda que toma en este género su director y guionista. Al menos, buen gusto musical sí que tiene, como descubrimos al sonar Quiet Riot.
Dead Ant tuvo su premiere a finales del mes de enero y ya se puede ver en algunas plataformas online. Y si no, acuda a su festival de medianoche más cercano.
Trailer de Dead Ant
Valoración de La Casa
En pocas palabras
Por muy curtido que tengamos el estómgao (y lo tenemos) Dead Ant decepciona, ya que no consigue ser la cafrada a la que aspira.