Crítica de Defensa (Deliverance)
En 1972, John Boorman sorprendía con Defensa, terrible película e perseguidores y perseguidos con un río salvaje como telón de fondo, que además de valerle tres nominaciones a los Oscar (dos de ellas mejor director y mejor película), hizo eso de, y perdón por el cliché de turno, marcar un antes y un después en la historia del cine.
Y es que la prueba de supervivencia que los cuatro amigos protagonistas se ven obligados a pasar perdura aún en la mente de muchos de los espectadores que han tenido ocasión de verla, y su impacto en su día fue tal como para convertirse en el verdadero precursor del género del survival (tal y como hoy lo conocemos), sirviendo como fuente de inspiración para películas como Las colinas tienen ojos y similares.
Densa, indigesta, anticlimática y sin concesiones, Defensa cuenta entre sus muchos puntos fuertes con un un Boorman que se recrea alargando secuencias, de manera incluso irritante, para forzar al espectador a sentir todo lo que el autor busca. Bien sea por el respeto que siente hacia el escritor (del guión y del libro en que se basa), o simplemente hacia su carrera personal, el director del próximo remake de El mago de Oz deja bien claro desde sus comienzos que Defensa no es una película comercial apta para todos los paladares: ahí está la dilatada y aparentemente intrascendente secuencia introductoria, con su culminación en el duelo de banjo y guitarra entre uno de los protagonistas y un niño deficiente; diez minutos en los que se fuerza al espectador a decidir si prosigue o no con su visionado, con el esfuerzo extra que conlleva la respuesta afirmativa.
Ese plus de involucración va dejando más constancia conforme progresan los minutos. Primero, porque esa personalidad pausada reduce los actos de la película, de 110 minutos de duración, a poco más de una decena.
Segundo, porque la espiral de violencia y locura va rizándose impregnando tanto argumento como estilo, y así, conforme se va ensuciando la película (lo cual no quita que sea de gran belleza fotográfica, ojo) se suceden situaciones verdaderamente terribles sin apenas tregua pese a la calma natural que rodea a los personajes.
Efectivamente, desde el primer encontronazo entre protagonistas y antagonistas, Defensa abandona su disfraz de apático fin de semana y se convierte sin ningún miramiento en una dramática persecución por el río que desde un comienzo pretendían bajar John Voight, Burt Reynolds (geniales en sus respectivos papeles, en especial el segundo) y compañía. Dicho pistoletazo de salida supone sin duda el momento más memorable de toda la película, un primer intercambio de golpes entre ellos y el grupo de rednecks que los acosa, saldado de manera tan brutal e impredecible como increíble (y hasta aquí puedo leer).
Es tan insalvable la situación, que ya desde entonces espectadores y acosados saben que no hay salida. Buenos y malos pecan por igual y se transforman los unos en los otros, y se desprenden de su condición humana: la única prioridad la recibe el (animal) instinto de supervivencia.
Ya sea navegando, haciendo rafting o pertrechándose tras las rocas a la espera de movimientos enemigos, la tensión se mantiene al rojo de manera constante, y cualquier momento de aparente respiro se trastorna y echa por tierra, aunque sólo sea con la atenta mirada del niño del banjo, desde lo alto de un puente, ¿vigilando a sus presas?
Quizás el único borrón de la película lo constituya su tramo final, un epílogo excesivamente descafeinado que deja un amargo regusto a primera vista. Es más adelante, cuando uno le da vueltas a la película en sí, cuando se da cuenta de que es esa clase de conclusión, precisamente la más consecuente, justa, justificada, pero no menos demoledora…
Sin ánimo de descubrir más secretos de los ya analizados, sólo queda recomendar el visionado de una película que debería conocer todo aficionado al cine (caprichos gafapastosos a parte), en especial los amantes del survival y el american gothic que encontrarán en ella la base de sus películas favoritas.
Sorprendentemente sencilla, efectiva, y con un único objetivo: hacérselas pasar putas al espectador.
El épico duelo de banjos de Defensa (Deliverance)
Valoración de La Casa
En pocas palabras
Un clásico donde los haya. Defensa es un survival cuyos mecanismos son tan sencillos como efectivos. Sigue sin encontrar rival casi medio siglo después de su estreno.
Estoy de acuerdo contigo. La primera vez que la vi, me dejó con los pelos de punta. Una película que cualquier aficionado al buen cine ha de ver.
Amén. No son pocos los que la consideran como una de las mejores películas del cine y todo, en serio!
Saludos nocturnos…
Gran película, entretenida. Se nota que ha sido base de muchas otras películas, Km.666 bebe muchísimo de ella, la grúa, los 3 lugareños, el arco…
Una cosa que me ha llamado muchísimo la atención es la tensión homosexual entre el personaje de Jon Voight y el de Burt Reynolds…muy entre lineas, pero apreciable, en momentos como el de la conversación en la barca mientras Burt pesca con el arco.
Muy buena recomendación Capi, se aceptan mas recomendaciones.
jejeje, me alegro, me alegro. Ahora bien, lo de Reynolds y la homosexualidad no es sólo en esta película, creo yo ;)
Y ya irán saliendo más pelis, ya… se aceptan sugerencias también por tu parte, por eso, eh?? ;)
Dos de las grandes, me imagino que ya las habras visto: TRIANGLE, de Christopher Smith, y mi Melissa George; y Hard Candy de David"soy un vendido por dirigir Eclipse"Slade, con Ellen Page y Patrick Wilson. Esta ultima mi TOP 1.
Triangle la tengo por mi disco duro, pendiente de cuando haya un momento.
Hard Candy mola que te cagas. Y sale Ellen Page. Punto.
A mi Ellen Page…es algo…vale que tenga mas curvas en los omóplatos que en el pecho…pero me tiene ganau…y luego me hace películas como esta, Super, o Inception y ya…enamoraico.
no te olvides de XMen 3!! (que ahí… en cuero/lycra/loquesea…. ñam!
Yo la descubri en esa…y es de lo poco salvable la verdad…Bueno aunque en su momento me gusto, deja en muy mal lugar a Fenix Oscura, pero como pasatiempos tampoco estaba tan mal.
First Class 2 con un Club Fuego Infernal buscando a Fenix!!!! y Dazzler como cantante años 60…que bueno es soñar…y como han bajado de calidad los comics de los X-Men…
yo dejé de leerlos con la Civil War. Qué gran mierda nos endosaron ahí, madre mía…
Hay los X-men no metían mucha baza…pero es que desde entonces todo son grandes sagas=muy truñetes. Solo destacaría las consecuencias del Dia M en los New X-Men…me encanta ese arco, no dudan en cargarse a los personajes.
Hay que dolor ese hay
juas, sabes cuando sintonizas canales de radio, ese galimatías ininteligible del que a lo sumo pillas una palabra o dos? Pues así me he sentido yo, jejeje. Ya te digo, de Civil War para delante lo (poco) que he leído de Marvel ha sido clásico, o clásico moderno, pero nada actual….