Crítica de Desde París con amor
Por eso, presintiendo su última producción, «Desde París con amor», el mote vuelve a pasarnos por la mente. Pero viéndola, muta ligeramente a «terrible». Sí, el buen hombre sigue destrozando su propia leyenda (que no empezó nada mal; fue con «Leon: El profesional»), empeñado en construir, un poco desde la nada, un gran panorama de cine de acción con (la justa) denominación de origen galo, y lo hace casi siempre a costa de la presentabilidad del producto final, normalmente petardos del calibre de «Taxi» o «Transporter». La cuestión es que a veces logra entretenimientos de encefalograma plano, sí, pero con un aceptable nivel de descarga adrenalínica, de espectáculo cerril pero moderadamente vibrante.
Pues bien, aquí, ni eso.
El argumento, prácticamente inexistente, cuenta la carrera de James Reece (Jonathan Rhys Meyers), el secretario del embajador americano en París por proteger la vida de su jefe ante la amenaza terrorista, por lo que contará con la ayuda de otro agente (Charlie Wax, interpretado por John Travolta), este mucho menos ortodoxo, más bien dado a la brutalidad y con una preocupante atracción por las armas y la coca.
Pues eso. Dos «colegas» dolorosamente arquetípicos, con una relación tópica a más no poder. Como una versión destartalada de la pareja protagonista de «Training Day», pero más simple aún. Como Bruce Willis y Samuel L. Jackson en «Jungla de Cristal: La vengaza», pero sin maldita la gracia. Una relación basada en una desquiciada sucesión de momentos chulescos por demostrar lo grande que la tienen los dos, lo bipolar que puede ser Rhys Meyers y lo machote que es Travolta. Que no pongo en duda que el actor de «Pulp Fiction» (por cierto, aquí cabe también un homenaje muy tontorrón a la de Tarantino) se lo habrá pasado teta con el rato, pero su Cahrlie Wax, rape al cero y perilla al viento resulta demasiado agorilado, mamotrético, demasiado portero de discoteca de extrarradio como para sentir una mínima simpatía por él.
Y eso es la cara visible, que lo que hay detrás tampoco es muy alentador. La labor del director, Pierre Morel (el mismo de aquella «Venganza» con Liam Neeson) no es ya discreta, sino directamente chapucera. Si «Desde París con amor» no tiene el pulso de otros recientes compañeros de subgénero (¿podríamos denominarlo «thriller en Europa»?), como «El caso Bourne» o, en menor medida «The Italian Job», es por la poca pericia o las pocas ganas que pone en ello el tal Morel, que parece más interesado en salir del paso a todo trapo y entregar un producto lo más convencional posible. Lo más parecido a una gran superproducción, a ver si con suerte la gente lo confunde por ello, aunque haya que poner en entredicho esa camprichosa tendencia según la cuál, bah, las películas tienen que ofrecer algo nuevo al espectador. Pero no hay nada que hacer, esto está rodado con el esfínter, con un sentido de lo trepidante casi subdesarrollado y para colmo aderezado con una música tecno de garrafón que no ayuda nada, la verdad.
Para rematar la faena, meted en el conjunto giros de guión absurdos por gratuitos, un sentido del humor de dudosa gracia, líneas de diálogo del tipo «ven con papá» y una historieta romántica de dramatismo atrofiado. Y lo poco que saquemos de estos ingredientes realmente terminará acercándose bastante al resultado final de este bodriaco cósmico.
En fin, me he vuelto a quedar a gusto, me he despachado sin compasión tras prometerme a mí mismo «darle justo lo que se merece», pero es que esto no se puede pasar de ninguna de las maneras. Porque cada vez que alguien ve esta película, en algún lugar del mundo se incendia una biblioteca y el sentido común muere un poquito, que lo sepáis.
2/10
Jajajajaja me he meado con lo de las bibliotecas incendiadas y el difunto sentido común xD
Pues yo igual la veré cuando salga en el videoclub o en otras partes, vista la critica no gastaré las pelas pero tengo que verla porque, aunque es cierto que transporter y taxi me dejan brr bastante indiferente, resulta que, lo creas o no, el quinto elemento es una de mis pelis favoritas de mi infancia-adolescencia. Así que bien se merece una visión, porque total yo sentido común ya no tengo.
Jejeje… "total yo sentido común ya no tengo". Me gusta esta filosofía de "de perdidos al río", aunque me da que con ella te vas a termninar comiendo unos petardazos de aquí te espero… ;)
Lo de "El quinto elemento" me lo creo, me lo creo. A mí nunca me ha tirado demasiado, per tengo constancia de lo mítica y entrañable que es para alguna gente. De todos modos, ya te imaginarás que esto tiene tanto de aquella como Torrente de "Ciudadano Kane"…