Crítica de Desierto
Papá, papá, quiero hacer películas yo también. Vale, no, quiero pensar que no es este el motivo por el que existe Desierto. Pero en el fondo, ojalá lo fuera así. Porque lo contrario, hablamos de alguien a quien le ha parecido bien una de las películas más vergonzosamente maniqueas de los últimos tiempos, lo suficiente como para producirla, vaya. Peor aún, alguien ha visto con buenos ojos un guión tan engañoso, previsible y falto de ideas. Que alguien le ha encontrado valores artísticos a un trabajo que en el mejor de los casos puede tildarse de correcto. Así que prefiero quedarme con el supuesto de que a Jonás Cuarón le entró la puñeta y le concedieron hacer esta película, que directamente puede tildarse de dañina.
Vale, quizá me haya excedido, pero si existe algo peor que una película mala, es una película mala con ínfulas, y Desierto pretende ser una crítica social cuando no debería salir del exploit de serie Z al que en verdad pertenece. A saber qué hubiera pasado de haber sido una película con Mel Gibson, a ser posible dirigida por Joe Carnahan, o Jaume Collet Serra. Seguramente el entretenimiento que aquí asoma la cabeza tan sólo a veces, sepultado por un estilo pretencioso pero falto de ideas, y una mayor voluntad por expresar la opinión crítica, comprometida, de su responsable, antes de trabajar en la empatía que deberían contagiar sus personajes al espectador. Porque esto va de un americano profundo (Jeffrey Dean Morgan) persiguiendo a inmigrantes que acaban de cruzar la frontera para abatirlos de uno en uno (Gael García Bernal y La Quica entre ellos). Y sólo hay pie para una opinión: qué malos son los estadounidenses.
Y si es la opinión que Cuarón Jr quiere imponer, perfecto, pero él, como cualquier otro, debe abrir en todo caso la puerta a una confrontación de opiniones para que luego, el espectador crea estar tomando sus propias decisiones. No es el caso, aquí no hay pie a grises porque al no dedicar una mera línea del libreto al trabajo de los personajes, estos son beatamente blancos, o demoníacamente negros. Imposible tomarse en serio su discurso, imposible tomarse en serio la propuesta en general, e imposible tener el menor aspecto por sus personajes, algo que el director debería tener controlado. Como no es el caso, Desierto quizá en un survival aburrido y monótono, risible y, ay, sin personalidad alguna pese a los esfuerzos de un director que debería replantearse su carrera.
Trailer de El desierto
Valoración de La Casa
En pocas palabras
Una película ridícula tanto en fondo como en forma. Incapaz de definirse como seria o como divertimento, acaba siendo una chorrada sin gracia alguna.