Crítica de Despierto
Clayton Beresford (Hayden Christensen) vive en sus carnes ese síntoma al ser operado de un trasplante de corazón a manos de su amigo Jack Harper (Terrence Howard), mientras su novia Sam (Jessica Alba) y su madre (Lena Olin) esperan en una sala colindante. Pero es precisamente gracias a su condición de despierto, que Clay se entera de que nada es lo que parece…
La verdad es que al principio, «Awake» no deja de ser como poco una propuesta de lo más interesante. La historia es bastante atractiva, y la operación del paciente, consciente en todo momento, consigue incomodar. Incluso cuando se desvela el tinglado no deja de ser un momento curioso (aunque algo previsible), prometiendo por lo menos un correcto film/entretenimiento que no le haga pensar a uno que está perdiendo su tiempo.
Sin embargo, estoy hablando solo de los primeros veinte minutos.
Lamentablemente, a partir de ahí «Despierto» se ha acaba, y lo que queda es una hora en la que se alarga todo de manera bastante inoperante, demostrando que lo único que tenía Joby Harold (escritor y director de la película) era una buena idea.
Una eternidad de flash-backs (intrascendentes en su mayoría) y un puñado de giros en el guión (todos ellos sumamente previsibles) se convierten a partir de ahí en los protagonistas de una película que empieza a dar tumbos de un lado a otro sin demasiado sentido.
Y el guión era lo único que podía salvar el film, pues como era de esperar, Jessica Alba y Hayden Christensen no logran convencer en ningún momento, ni como pareja (¡qué sosos son los dos!), ni en los momentos destinados únicamente a su lucimiento, llevando peligrosamente algunas escenas a la comicidad. De hecho, mucho mejores son sus secundarios, haciendo hincapié en una Lena Olin que domina a la perfección el papel de madre dura pero devota de sus hijos, pues para esta ocasión su labor no deja de ser una reinterpretación de Irina Derevko… y bienvenida sea.
Así pues, a «Despierto» le ocurre lo mismo que en su día le pasó a «El Efecto Mariposa». Se trata de una película que a simple vista parece no ser más que una cinta más de terror teen, que sin embargo se aleja de ese género para convertirse en un thriller atípico y dirigido a un público más amplio. Parte con buenas ideas, y por ello su principio no deja de ser prometedor. Pero igual que en aquella protagonizada por Ashton Kutcher, el globo se desinfla pasados los primeros minutos, convirtiéndose en una fallida propuesta completamente prescindible. Se agradece que, por lo menos, dure apenas una hora y veinte.
Advertencia: intentad no fijaros demasiado en el cartel de la película, pues desvela el 90% de la trama en su frase promocional… avisados quedáis.
4/10