the diary of a teenage girl critica

Crítica de The Diary of a Teenage Girl

De buenas a primeras el núcleo temático, y especialmente el envoltorio formal, de The Diary of a Teenage Girl podría conducir al equívoco. El debut de Marielle Heller (dirige y escribe a partir del libro de Phoebe Gloeckner) parece una comedia indie americana más. Parece un producto diseñado para triunfar en Sundance donde, efectivamente, lo hizo. Parece una nueva peliculilla rodada con filtro Valencia y llena de tics visuales propios del cine independiente del siglo XXI, animaciones incluidas. Y parece una historieta tontuna entorno a las vivencias de una adolescente más o menos marisabidilla que descubre precoz y accidentadamente su sexualidad. Parece. Pero aunque algo de todo esto tiene, la película esconde entre sus surcos narrativos mucho, muchísimo más. Porque si desde hace un buen puñado de años detectamos cierta impostura estilística y narrativa en esa clase de títulos The Diary of a Teenage Girl rezuma honestidad, verdad y matiz. Se moja, se moja de verdad, y decide no andarse con medias tintas en esta la historia de una quinceañera en el San Francisco de 1976 que se enamora del novio de su madre, veinte años mayor, y descubre con ello su atropellado despertar sexual.

Así que sí, esta es otra historia de maduración. Pero es frontal, directa y casi despiadada. Es tierna, es melancólica y a ratos entrañable, pero su concepción del drama no deja lugar a equívocos: la maduración es un camino de piedras que le dejan a uno los pies destrozados. No hay falsa benevolencia hacia unos personajes que no son buenos ni malos, sino sólo humanos: ese hombre adulto que se mueve entre lo paternal, lo pusilánime y lo delictivo. Esa madre que a pesar de estar acompañada está más sola que nunca, ahogando sus penas en alcohol y enterrándolas bajo montañas de coca. Y especialmente esa Minnie que pasa de ser un proyecto de inadaptada a una Inadaptada, con gloriosa mayúscula, amante del S.E.X.O. y posible relevo generacional de Aline Kominsky, la dibujante de cómic underground de los setenta. En semejante reflejo ilustre (además de por sus propios méritos a Kominsky se la conoce por haber compartido vida con Robert Crumb) Heller encuentra la auténtica veta de poder de la película: esto no es más que un musculoso, siempre necesario, alegato feminista. Una historia que observa con ojos atentos a un proyecto de mujer liberándose y viviendo su vida, en la que comete aciertos y se da morrazos, pero que lo hace porque quiere y como quiere.

Heller muestra y habla del sexo de manera abierta, no siempre bonita. Y aun así lo convierte en una fuente de vida, no de muerte. En un motivo de alegría que se funde, ocasionalmente, con sentimientos dolorosos. La película habla de esa liberación sexual, pero también de la soledad, de la búsqueda de afecto, de la ausencia (el padre real, un snob falsamente afrancesado, está más desaparecido cuando aparece en la película que cuando no), de los secretos y la responsabilidad. Y es consecuente en ofrecer una puesta en escena rica en matices que se escapa de los tópicos que comentábamos más arriba a partir de una ligera subversión: las escenas animadas son de un lirismo sucio algo incomodante; la iluminación preciosista disimula el veneno que contienen las escenas; la banda sonora está llena de éxitos… que no lo son (The Stooges, Television, T.Rex, Nico o Heart desfilan por una de las mejores selecciones musicales que servidor recuerda para una película); y las interpretaciones, claro, podrían responder a unos patrones de «premiabilidad» domesticada cuando en realidad esconden una cantidad increíble de capas, de subtextos, en especial el recital de una espléndida Kristen Wiig y esa nueva pequeña joya llamada Bel Powley, centro neurálgico de esta potente película. Posible culto a la vista.

 

Trailer de The Diary of a Teenage Girl

https://www.youtube.com/watch?v=NO8g95Ufigk

 

 

Valoración de La Casa
  • Xavi Roldan
  • Carlos Giacomelli
3.8

En pocas palabras

Lejos de la comedia indie que parecería de entrada, estamos ante una película honesta, creíble, adulta y sumamente vívida. De culto.

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Xavi Roldan empezó la aventura casahorrorífica al poco de que el blog tuviera vida. Su primera crítica fue de una película de Almodóvar. Y de ahí, empezó a generar especiales (Series Geek, Fantaterror español, cine gruesome...), a reseñar películas en profundidad... en definitiva, a darle a La casa el toque de excelencia que un licenciado en materia, con mil y un proyectos profesionales y personales vinculados a la escritura de guiones, puede otorgar. Una película: Cuentos de Tokio Una serie: Seinfeld

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