Crítica de Descansa en paz, Dick Johnson (Dick Johnson Is Dead)
Kirsten Johnson es la directora del documental que nos ocupa, titulado nada más y nada menos que Dick Johnson Is Dead. A saber por qué no se han atrevido a traducirlo tal cual en español (en lugar de Descansa en paz, Dick Johnson), puesto que se trata de los nombres más radicales que un servidor recuerda… ya que Dick Johnson es el padre de la cineasta. Efectivamente, esto va sobre la muerte de Johnson Sr., pero no voy a ahondar más en detalles ya que todo intento por desarrollar el entramado caería en el spoiler, y eso arruinaría la que, digámoslo ya, es una de las propuestas más estimulantes que Netflix ha tenido jamás.
Porque Kirsten Johnson investiga sin cortarse un pelo en las implicaciones emocionales que puede tener la muerte de un ser tan querido, y tan cercano, como es su padre. Pero lo hace desde un punto de vista totalmente inesperado, descolocando al espectador ya desde su loquísimo prólogo, capaz de atajar de sopetón su respiración. A partir de entonces, da comienzo un documental que es a la vez canto a la vida y enfrentamiento a la muerte. Una carta de amor de una persona que desaparece, y el mejor homenaje posible para su posteridad. Para ello, recurre a momentos íntimos y emotivos dentro del seno familiar, y a otros que en cierto modo continúan la senda loca del inicio, extremadamente ficcionados y cinematográficamente barrocos. Y cargados de humor negro.
Y ojo, que la mezcla puede serle discutida. En realidad, a Descansa en paz, Dick Johnson se le notan un poco demasiado las costuras, precisamente en ese choque frontal entre escenas cuidadísimas con otras voluntariamente amateur (buscando un extra de dramatismo que no siempre encuentra). O cuando juega al despiste con demasiada intensidad, pasándose de frenada. Pero el discurso que consigue hilvanar sobre la muerte, tanto cuando empieza a asomar la cabeza como cuando toca centrarse en el legado que dejamos, prevalece. La carta de amor al padre que la Johnson Jr. compone, se antoja sentida e intensa. Y las cuestiones que airea, entre risa por aquí y lagrimita por allá, dan para un buen rato de reflexiones posteriores. Por otro lado, muy mal no habrá salido la mezcla, a tenor de cómo confluye todo en unos minutos finales que probablemente sean lo mejor que hayamos visto en 2020.
No sé, es ver Dick Johnson Is Dead y tener ganas de abrazar a alguien, de sonreír más fuerte. Uno se siente con ganas de ser mejor persona sin que la película hable necesariamente de ello. Y joder, qué a gusto se queda uno. Vedla, es el mejor regalo que os podéis hacer en este 2020 de mierda.
Trailer de Descansa en paz, Dick Johnson
OJO: Recomendamos no verlo puesto que desvela toda la gracia… pero allá vosotrxs
Reseña de Descansa en paz Dick Johnson
Dick Johnson Is Dead en un tuit
Estudio sobre la muerte de un ser querido que no es, en absoluto, el lacrimógeno latigazo de dolor que uno podría imaginar. Al contrario, se trata de un sorprendente y fascinante documental con el que se ríe, se llora, se reflexiona y se disfruta a partes iguales. De lo mejor del año.